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Los Pumas se comieron nueve tries
y fueron vapuleados por Australia

El resultado final fue 53-6. Sólo dos penales de José Cilley para el equipo argentino, muy superado por el profesionalismo de los Wallabies.

Un scrum del partido de ayer en Brisbane.


t.gif (862 bytes) El dulce sabor de la victoria ante Irlanda, hace dos semanas, ahora es un regusto amargo: los campeones del mundo, los Wallabies de Australia, vapulearon a Los Pumas en Brisbane, venciéndolos 53-6 en el primero de los dos test-matches programados en esta gira. 
Los australianos, que jugaban su primer partido internacional desde la obtención de la Copa del Mundo en Cardiff, en noviembre, lograron marcar nueve tries, en tanto que los argentinos sólo incursionaron en el marcador con dos penales de José Cilley. 
A los australianos, que inauguraron el marcador a los 22 segundos, no les fue muy fácil el primer período, lapso en el que la defensa argentina trabajó con eficacia para llegar al descanso con una desventaja de 15-3. 
Pero en el segundo tiempo, la resistencia de los Pumas fue mermando y al final Australia encontró los huecos necesarios para ampliar el marcador. 
El centro Lisandro Arbizu admitió que los campeones del mundo habían sido demasiado grandes y rápidos para un equipo semiprofesional como es el argentino. �Ellos están acostumbrados a jugar con gran intensidad y nosotros debemos defender con mucha firmeza y buscar la sorpresa en ataque�, dijo Arbizu, quien confió en que los Pumas pueda mejorar en el segundo test del próximo sábado en el Bruce Stadium de la capital australiana. 
La victoria tuvo un costo nada despreciable para los Wallabies, ya que tres de sus jugadores considerados clave tuvieron que abandonar lesionados el campo de juego.

 

opinion
Por Diego Bonadeo

Preservar la identidad

Durante muchos años y, con la televisión todavía en blanco y negro, de vez en cuando y, especialmente cuando de visitas de seleccionados nacionales extranjeros se trataba, podían verse partidos de rugby, casi siempre los denominados �test-matches�. Esto es, seleccionado local contra seleccionado visitante.
Con la aparición de la televisión por cable se dio un caso insólito en las relaciones entre productores o empresas de medios audiovisuales y algunos clubes. Fue cuando el Club Universitario de Buenos Aires y el Club Newman decidieron impedir el ingreso a cámaras enviadas por canales de televisión abierta, permitiendo al mismo tiempo el de sus colegas de cable.
Independientemente del tema del derecho de admisión que pasa por otros carriles de la discusión, lo que entonces llamó la atención fue el criterio de los clubes que, con esta determinación, de alguna manera estaban induciendo a suponer que mientras las empresas de televisión abierta eran comerciales, las de cable parecían como filantrópicas entidades sin fines de lucro.
Este y otros tantos episodios fueron eslabonándose en el tiempo si se trata de recordar y analizar todo lo que en las últimas décadas rozó el tema de los dineros vinculados al rugby en la Argentina.
Las largas discusiones sobre la sponsorización del rugby, en especial en lo que hace a la indumentaria, fue otro de los temas de larguísimos y bizantinos debates. Y muchas veces los criterios imperantes pasaron más por privilegiar a los privilegiados �que jueguen los que pueden pagarse el jugar� que difundir el juego más allá de televisar los partidos internacionales.
Pero pareciera que el aggiornamiento del rugby argentino, por cierto bastante vertiginoso en los últimos años, si se piensa en los criterios casi cavernarios que imperaron en otros tiempos, no exentos de hipocresías por otra parte, ha llegado a límites casi desnaturalizadores. Innecesarios además. Desde siempre la camiseta del seleccionado argentino �Los Pumas desde la gira por Africa del Sur en 1965� ha sido a franjas horizontales celestes y blancas.
En esta gira por Australia, un indefinido enchastre cromático con el azul como color dominante hace suponer, por lo menos en lo que hace al partido de presentación, que la tarjeta de crédito que auspicia a la Selección, inclusive desde la camiseta o, en todo caso la empresa de indumentaria deportiva que provee las camisetas, haya impuesto como condición el cambio. Aunque en el test-match de ayer se haya vuelto a los colores originales. No se trata de ser tradicionalista a ultranza, sino solamente de saber que algunas pequeñas cosas �o quizá no tan pequeñas como los colores de un conjunto deportivo sea o no una selección nacional- tienen que ver con la identidad.

 

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