Por Enrique Arrosagaray
Antes de fundar una agencia de noticias íntimamente relacionada con la Revolución Cubana, Jorge Ricardo Masetti era un muchacho de 28 años que ejercía el periodismo en el noticiero de Radio El Mundo y en el flamante Canal 7. Corría el año 1958 y en el Buenos Aires de entonces se iniciaba una rara campaña electoral con la proscripción de Perón, derrocado tres años atrás. Con la banda en el pecho de Arturo Frondizi, Argentina saldría de la �revolución libertadora�. Al mismo tiempo, Cuba entraba en el año definitivo de una guerra revolucionaria que llevaría a Fidel Castro al poder.
En Canal 7 Masetti era reportero en la calle y escribía el material al regreso de cada nota, que luego en vivo era leído por Mermet y por Gilbert, los locutores oficiales. Esporádicamente, su rostro aparecía en la pantalla. En Radio El Mundo, en tanto, escribía las noticias y de sus directivos consiguió ese otoño el dinero para concretar un temerario desafío profesional: viajar a Cuba y entrevistar en Sierra Maestra a Castro y a un argentino al que llamaban Che Guevara. Decían que era médico, pero no se sabía mucho más. Tras varias semanas de arriesgar el pellejo logró el reportaje, evitando las bombas incendiarias que caían en la sierra y burlando el riguroso sistema de seguridad del presidente Fulgencio Batista. De regreso en la Capital, la radio emitió los reportajes a ambos dirigentes revolucionarios a lo largo de varios días y exhibió las fotos obtenidas en las pequeñas vidrieras de su sede sobre la calle Maipú.
En el café La Paz contó a sus amigos lo que había visto y lo que le habían propuesto si la revolución triunfaba: fundar la agencia oficial de noticias de Cuba. Luego de una ronda de charlas, sumó al proyecto a Carlos Aguirre, a Rogelio �Pajarito� García Lupo, al Chango Muñoz Unsain y a Rodolfo Walsh, entre otros. En dos o tres meses escribió el libro Los que luchan y los que lloran, sobre su estadía con los guerrilleros barbudos que empezaban a dar que hablar al mundo.
Masetti, nacido en Avellaneda en 1929, ya estaba casado y tenía dos hijos pequeños. Con todos marchó a La Habana el 9 de enero de 1959. Dos años después se separó y encaró una segunda experiencia matrimonial con Concepción Conchita Dumois, una joven empleada de la agencia. La agencia que creó y dirigió durante dos años se llama Prensa Latina y sigue teniendo su oficina central en el quinto piso de la esquina de las calles 23 y N, de La Habana. Masetti supo armar el equipo periodístico y técnico necesario para enviar sus despachos al mundo con gran rapidez: el 16 de junio de 1959 lanzaba el primer cable. Bajo su dirección estuvieron grandes plumas, como la del colombiano Gabriel García Márquez. Fueron años de éxito, pero también de lucha entre distintas líneas internas tanto en el país como en la agencia, con la aparición de lo que llamaron �el sectarismo�.
Masetti y Guevara eran amigos y se visitaban, por lo menos en sus lugares de trabajo. �Charlaban y tomaban mate�, relata Concepción Dumois. �Aleida o yo les conseguíamos yerba. Por la oficina el Che venía seguido y yo, la verdad, lo veía con mucho susto. Pero él siempre fue tan cariñoso y tan afectivo conmigo... Yo pienso que Jorge y el Che llegaron a tener una amistad muy profunda.�
A modo de ejemplo de esa amistad, Dumois cita lo ocurrido cuando el mencionado �sectarismo� se lanzó a ganar espacios de poder dentro de la estructura gubernamental desde mediados del �60. �Masetti renunció por las presiones del sectarismo�, precisa Dumois. �Se sentía aludido con cosas que no son para con él sino para con el Che. Era al Che al que lo estaban presionando, pero él se sentía un hombre del Che. Así lo veían y por eso lo atacaron tanto.� El �sectarismo�, también llamado �la microfracción�, fue una corriente muy obediente a las �sugerencias� rusas �que pretendían que transcribiéramos los cables de la agencia Tass sin una sola modificación; y eso que eran larguísimos, aburridos y mal escritos�, cuenta el periodista Ricardo Sáenz. �Y nosotros no lo hacíamos. Esa corriente, que dirigía una parte importante del partido, criticaba y combatía a la dirección de Masetti.�
Gabriel Molina, otro redactor de la época, agrega que �en aquel momento yo no recuerdo que se planteara como un tiro por elevación hacia el Che, pero si analizamos los discursos posteriores del Che en Argelia, especialmente uno en el que habla del intercambio comercial entre los países socialistas, parecería que sí�. Lo cierto es que Masetti, por estas presiones, renunció algunos días antes del desembarco contrarrevolucionario en Playa Girón, retomó luego, participó en los juicios públicos a los invasores capturados y se alejó definitivamente de la conducción de Prensa Latina cuando retornó la calma. Con él se fue casi toda la �vieja guardia� cubano-argentina de la agencia. Entre ellos, Rodolfo Walsh.
Un día Masetti decidió iniciar un foco guerrillero en Salta. Era el Comandante Segundo. Formaba parte de la estrategia que había planificado el Che para Sudamérica. �A Jorge la única persona que le entendía la letra era yo�, cuenta Conchita Dumois, y penetra en otro recuerdo relacionado con el Che: �Cuando Jorge estaba en la guerrilla, el Che me mandó a llamar para que yo les leyera a él y a Piñeiro una carta de Jorge, porque ellos no le entendían la letra. Como buen argentino, Jorge era muy malhablado, y ponía muchas groserías en la carta. Entonces yo, cuando leía, me iba comiendo las groserías porque me daba vergüenza decirlas delante del Che. Y de pronto el Che se da cuenta y me dice �vuelve para atrás y lee todo de nuevo�. Y tuve que decir todas esas groserías delante del Comandante�.
El foco guerrillero en Salta fue cercado y derrotado por las fuerzas legales del presidente Arturo Illia. Al periodista Masetti, hecho soldado, se lo tragó la selva por abril del �64. Su cuerpo nunca apareció.
�Sabemos que nos espera la victoria�
Antes de irse de la isla de Cuba, Masetti dejó una nota para algunos de sus mejores amigos de Prensa Latina. Estaba dirigida �A Ricardo, Juanito, Pancho, Roberto, Ivo, Cuza, M.P. y Tim McKoy�. Y dice en su texto:
Queridos amigos:
Basta de charla. Una vez dimos una batalla dura; sabiendo que las consecuencias no iban a ser justas.
Ahora damos otra más dura y más violenta, pero sabemos que nos espera la victoria.
Sigamos juntos. Colaboremos como antes. Ustedes en la isla de la Rebeldía. Yo en donde la Rebeldía me ha llevado.
Cuiden de mi Conchita y de mis chicos. Jamás podré olvidar nuestras viejas batallas contra los enemigos de adentro y de afuera. No olviden tampoco ustedes que se libraron por principios firmes y claros y que la historia demostró que teníamos razón.
Hasta la vista hermanos.
Ricardo Masetti
(Los mencionados en las primeras líneas son Ricardo Sáenz, hasta hace muy poco subdirector de la revista Bohemia; Juan Marrero, actual dirigente de la Unión de Periodistas; Francisco �Pancho� García; Roberto Agudo, directivo de noticias en la actual televisión isleña; Ivo, teletipista; Cuza, traductor; M.P., iniciales que no se logran identificar; y Tim McKoy, apodo del periodista Aurelio Silverio.) |
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