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PAGINA/12 ACCEDIO EN EXCLUSIVA AL PLAN ECONOMICO DE LA CGT
El nuevo shock de Hugo Moyano

Combina aumentos salariales y la eliminación del IVA en la canasta familiar con una suba en aranceles de bienes de consumo y el reestablecimiento de aportes patronales. Hay coincidencias con la UIA, con la que busca redactar un proyecto común.

Por Diego Schurman
t.gif (862 bytes)  Cuando se habla de shock, son varias las generaciones que rememoran el comercial que disparó la fama de Susana Giménez. Hugo Moyano, sin embargo, quiere instalar esa palabra como la clave de una contrapropuesta al ajuste impulsado por el Gobierno. Se trata de un shock de demanda, con el que la CGT rebelde promete reactivar la economía mediante la recuperación inmediata del poder adquisitivo de la gente.
La iniciativa, a la que accedió en exclusiva Página/12, se terminó de diseñar la última semana, durante el “retiro espiritual” que el sindicalismo realizó en el centro recreativo de la Unión Tranviaria Automotor. El objetivo de la CGT rebelde es mostrar que las marchas y las huelgas generadas en apenas seis meses de gobierno vienen acompañadas de propuestas.
Luego de la repercusión negativa de las palabras de Moyano, cuando a principios de año planteó la necesidad de poner fin a la paridad cambiaria, las decenas de personas reunidas el martes en Ituzaingó se preocuparon en tallar un documento que no altere un ápice la ley de convertibilidad.
De todos modos, la idea de generar un shock de demanda interna, sobre la que trabajó el economista Daniel Carbonetto, contempla un cóctel de medidas que van en dirección contraria a la reducción salarial propiciada por el Gobierno.
El texto está en manos de Moyano, quien lo viene exhibiendo en privado a representantes de distintos sectores políticos. Además de un puñado de dirigentes del justicialismo bonaerense, la propuesta llegó informalmente al grupo de legisladores “rebeldes” de la Alianza. De hecho, el diputado frepasista Enrique Martínez fue uno de los invitados al “retiro espiritual”.
Pero el avance más sustancial se dio en el plano formal. Este fin de semana, en el encuentro de la Pastoral Social de Mar del Plata, la CGT rebelde y la Unión Industrial Argentina (UIA) intercambiaron sus proyectos y notaron que no diferían en lo sustancial.
“Ellos mostraron un cambio de óptica respecto del establishment. Coinciden con nosotros en que para cerrar las cuentas fiscales primero hay que producir una reactivación económica con protección y no producir un ajuste para satisfacer a los mercados”, opinó Carbonetto sobre el texto que recibió del representante de la UIA, Pablo Challú.
Carbonetto y Challú compartieron una comida el viernes por la noche en la casa de los padres de Moyano, oriundo de la ciudad balnearia. Con ellos se encontraban el titular de la CGT rebelde, el colectivero Juan Manuel Palacios y el cardenal Raúl Primatesta.
Moyano presentará mañana la propuesta de la UIA al resto de la conducción de la CGT rebelde, seguramente en el gremio de molineros. Y el 9 de julio, a instancias de la Pastoral Social, buscará acordar un proyecto común con este sector del empresariado para luego elevarlo al Gobierno en el marco del anunciado diálogo social. Para ese día también se prevé estudiar las iniciativas de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), la que elabore la CGT oficial de Rodolfo Daer, y los borradores que acerquen los distintos sectores productivos.
El shock de demanda interna de Moyano busca la recuperación del poder adquisitivo de los sectores más pobres, promoviendo un aumento sustantivo de los aranceles de bienes de consumo –una manera de beneficiar a la industria nacional– y estimulando las exportaciones.
La propuesta se completa con:
Una recomposición gradual de los salarios básicos de convenios colectivos, estimada en el orden de entre el 6 y el 8 por ciento anual.
Un subsidio de 350 pesos mensuales para un millón de jefas y jefes de familia desempleados.
El incremento del haber mínimo jubilatorio a 350 pesos mensuales recién al finalizar el primer año de implementado el shock.
La eliminación total del IVA a los bienes que integran la canasta básica de consumo familiar.
Según cuentan en la CGT rebelde, el incremento salarial lo permitirá la misma reactivación del mercado interno, mientras que la quita del IVA se compensará con la aplicación de IVA diferencial para otros productos que no integran la canasta familiar.
La pregunta del millón es cómo se financiará todo el paquete de medidas, que representa cerca de 8000 millones de dólares. Carbonetto estimó que uno 5000 millones provendrán de los ingresos fiscales nuevos, como resultado del crecimiento económico (del 6,5 a 7,5 por ciento del PBI). Los 3000 millones restantes surgirán de un paquete de medidas complementarias. Y que incluye:
Impuestos a los bienes suntuarios.
El incremento de los aportes patronales a empresas privatizadas, bancos y administradoras de fondos de jubilación y pensión. La idea es reestablecer el aporte del 18 por ciento que la administración de Carlos Menem redujo a 12.
Los economistas de la CGT rebelde aseguran que con el shock de demanda interno se producirá un crecimiento de casi el 8 por ciento durante el primer año. Y que, en consecuencia, su propuesta es mucho más conducente que la del Gobierno. El debate está abierto.

 

Sobre la �Alianza menemista�

Por D.S.
Además de la propuesta económica, la CGT rebelde también elaboró un documento interno (facsimil) donde equipara al actual gobierno con el de Carlos Menem. Los siguientes son los puntos más destacados:
“El gobierno aliancista eligió el peor de los caminos: la profundización del modelo Cavallo-Menem. Más ajuste y mayor flexibilización laboral”.
“Los políticos que habían marchado con el sindicalismo opositor contra las políticas de ajuste, una vez en el gobierno, avalaron las mismas acciones que repudiaron cuando eran oposición y no dudaron en reprimir al pueblo, inventando supuestos subversivos entre los manifestantes”.
“La menemización de la Alianza se expresó en los pactos oscuros con el sindicalismo menemista para obtener apoyo a la flexibilización, presión sobre sus legisladores, uso de los medios de información para intentar instalar como positivo un proyecto con graves perjuicios para los trabajadores, represión violenta con el objeto de disuadir a todos aquellos que se plantean una oposición a las decisiones del gobierno”.



Dijo lo que dijo, pero...

Por D.S.
Es un viejo enemigo del establisment financiero. Y sus consejos al ex presidente peruano Alan García para que acote el pago de la deuda externa lo marcaron a fuego. Cuando Hugo Moyano propuso salir de la convertibilidad, organizar una desobediencia fiscal e ignorar las recetas del FMI, todas las miradas giraron hacia él. Y si bien Daniel Carbonetto (foto), de cuna peronista, niega la autoría de las iniciativas –”sería subestimar a Moyano”–, se preocupó en justificar cada una de ellas.
1) Terminar con la convertibilidad: “Cuando a principios de año Moyano advirtió a Página/12 sobre el retraso cambiario no hizo más poner sobre la mesa lo que todo el sistema empresario ya discutía”.
“En el frente externo en este país hubo una combinación perversa de apertura indiscriminada, con una baja arancelaria espantosa y el desmantelamiento de la Aduana. Esto nos dejó mal ubicados en la competencia y bloqueó la demanda externa”.
“Se buscó recuperar la competitividad a través de reformas en el frente interno como la flexibilización laboral. Es que el tipo cambiario derrumbó el mercado interno, que ya no da respuesta para posibilitar un crecimiento razonable. Lo que nos queda entonces es optar entre devaluación nominal u otra comercial, subiendo los aranceles a bienes de consumo”.
2) Organizar la desobediencia fiscal: “Moyano hizo un diagnóstico, sin miedo ni temor, sobre algo que, como la convertibilidad, nadie se animaba a abordar. No es que se recomendó a los argentinos que se conviertan en evasores fiscales. Se llamó a la comprensión del tema y a que se preste atención sobre los grandes evasores y no sobre el dueño de un comercio que no pude avenirse a los pagos”.
3) Ignorar las recetas del FMI: “Estamos convencidos de que, si se siguen las recetas del Fondo y el Banco Mundial para poner de buen humor a los mercados, se van a terminar bajando nuevamente los salarios en un orden del diez por ciento. Un trabajo del economista de la CTA, Claudio Lozano, es claro cuando habla que la baja salarial en el Estado, dispuesta recientemente, induce la baja salarial en el sector privado”.

 

 

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