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OPINION

¿Qué mostrar en el 2003?

Por Julio Nudler

Tiempo atrás, Roberto Frenkel publicó un aséptico artículo de columnista invitado en La Nación para ilustrar sobre la relación entre PBI y desempleo. Luego de referir prolijamente el comportamiento de las variables pertinentes, llegaba a la siguiente conclusión: “Si el PBI crece 4 por ciento (este año 2000), el desempleo en la población urbana total se reduciría en 0,1 punto porcentual (0,4 de aumento de la tasa de empleo menos 0,3 de aumento de la tasa de actividad). En porcentaje de la población activa, como se publica habitualmente, la tasa de desempleo se reduciría en un año en 0,24 punto porcentual. Digamos, aproximadamente, del 13,8 por ciento de la última medición a 13,6 por ciento, o 1,5 por ciento.”
En otros términos: aun creciendo a un ritmo del 4 por ciento, la desocupación descenderá imperceptiblemente. Peor aún, por supuesto, si se crece la mitad, como al promediar el año pronostican todos, menos el equipo económico oficial. Pero si además, por razones fiscales, se destruyen empleos artificialmente creados (planes Trabajar) o se despide personal del Estado (cortando contratos o induciendo retiros y cesantías en las provincias), la desocupación puede incluso agravarse. No tuvo nada de sorprendente entonces que José Luis Machinea haya debido admitir recientemente el fracaso en reducir el ocio forzoso en el mercado laboral.
Con la cruda verdad de las relaciones matemáticas, si el país no consigue crecer de modo sostenido y a tasas superiores, la situación de los trabajadores seguirá tan mal o peor y el descontento social irá en aumento. Por ahora, en que el voto de los mercados es el único que guía los pasos del gobierno de la Alianza, la señal del cul de sac podrá ser ignorada. Pero cuando se acerque, en el 2001, el momento de las elecciones legislativas, la tensión entre economía y política hará estallar los restos de armonía. La reducción del período presidencial a cuatro años no es un dato menor. ¿Qué piensa exhibir Fernando de la Rúa en el 2003: que logró reducir el desempleo en 0,4 por ciento?
Con cuatro años de Plan de Convertibilidad a cuestas, Carlos Menem venció cómodamente en las elecciones de 1995, pero ya entonces por el pánico de un electorado que se sentía rehén de sus deudas en dólares. Otros cuatro años de Convertibilidad, más la corrupción y el desparpajo, destruyeron su capital político. ¿La Alianza cree que un tercer cuatrienio de Convertibilidad, cuando saltan a primer plano los costos del régimen y se esfuman en el olvido sus beneficios, le permitirá alzarse con la reválida popular en el 2003? ¿Prematuro plantearlo? ¿Habría que hacerlo cuando sea demasiado tarde?

 

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