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![]() Por Juan Jesús Aznarez Desde México ![]() El conservador PAN parte con ventajas históricas en la disputa de los votos católicos, pues los fundadores del PRI prohijaron en los años 30 a gobernadores como el de Tabasco, Tomás Garrido, que ordenaba a sus subordinados saludarlo marcialmente al grito de ¡Dios no existe!. El cacique se cuadraba al responder: ¡Ni ha existido!. El funcionario, según los historiadores, llamó Luzbel a su hija, y pertenecía a la generación que apaleaba hostias consagradas hacia los pesebres de las mulas de tiro. Otros gobiernos estatales prohibieron el agua bendita por razones de salud. ![]() La relación entre los clérigos y los políticos fue discreta, pero ahora todos los candidatos se bendicen y promueven con los obispos, agregó Roqueñi. Aprovechando el espacio abierto, el Episcopado impartió doctrina arremetiendo contra el PRI en una pastoral política que calificó de pecado moral y grave ofensa a Dios los fraudes electorales atribuidos al PRI durante décadas. La feligresía, no obstante, votará dividida, pues no sólo la fe influye en su voto; también influyen consideraciones terrenales. Desde su catolicismo de siempre, Vicente Fox difundió semanas atrás una declaración de intenciones, favorablemente acogida por el Episcopado, en la que ofreció cambios constitucionales en favor de una mayor influencia de la Iglesia en el Estado, en el sistema educativo y se pronunció contra el aborto. El asunto del aborto es delicado y no lo va a tocar mucho en campaña, comenta uno de sus colaboradores. El candidato, hábil a varias bandas, declaró que aunque la prohibición del aborto es absoluta por parte de la Iglesia, también lo es en el caso del divorcio y hay matrimonios que se anulan. Tampoco el priista Francisco Labastida perdió el tiempo en su objetivo de hacerse con el clero, y en la primera cena tras su renuncia a la Secretaría de Gobernación (Ministerio del Interior), el 21 de mayo de 1999, para presentar su candidatura a la presidencia, invitó al cardenal Norberto Rivera y a siete de los más influyentes obispos de México. La respuesta de la Iglesia fue un documento titulado Del encuentro con Jesucristo a la solidaridad con todos, que irritó sobremanera al PRI, que lo considera una dura crítica al modelo económico aplicado por el gobierno de Ernesto Zedillo.
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