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Por Silvina Friera En el corazón del teatro, que es contacto vivo entre actores y espectadores, algo está cambiando: la forma de divulgación. Las páginas y sitios en el cyberespacio, dedicados a las artes escénicas, crecen y se multiplican vertiginosamente. Este nuevo fenómeno abarca a compañías teatrales de diversos países, instituciones, organismos gubernamentales, librerías y revistas especializadas. El grupo de teatro multimedia La Fura dels Baus estrenó el 2 de mayo en Bruselas OBS, su séptima creación, que para expresar las contradicciones entre lo real y lo virtual, irá un poco más allá en su ya conocido interés por las nuevas tecnologías. Además de convocar a espectadores convencionales, que reciben anteojos para ver en tres dimensiones las enormes pantallas móviles de sus espectáculos, tendrán espectadores y/o actores virtuales. No es extraño que la Fura sea vanguardia en este sentido. Pep Gatell, su director artístico, ya había dicho que a veces se cree más al mundo de la televisión que al mundo real. Y ahora definió a OBS como un ejemplo de teatro digital. Los catalanes sumarán, a su ya clásica web (http://www.teknoland.es/arte/fura/index.html), una iniciativa de teatro digital, que convertirá al internauta por obra y gracia del espíritu de la red en actor virtual, lo que le permitirá introducir cambios en las escenas o crear su propio argumento. Muchos de los principales grupos teatrales del Primer Mundo no quieren perderles pisada en la actualización tecnológica. Los seguidores del director italo-danés Eugenio Barba, uno de los máximos representantes de la antropología teatral, encuentran información sobre el Odín Teatret (fundado en Oslo en 1966) en la dirección http://www.odinteatret.dn. Además, pueden comprar libros, videos y leer debates académicos. Una verdadera joyita visual, con un diseño atractivo, es el site de los canadienses del Cirque Du Soleil (http://www.cirquedusoleil.com), que ofrecen la posibilidad de hacer una visita guiada virtual por el bunker que tienen en Montreal. Desde 1995, el grupo argentino De la Guarda es precursor en cuanto a la familiaridad con Internet. Su refugio informático bilingüe inglés y castellano (http://www.delaguarda.com) incluye la historia de su formación, críticas periodísticas, fotos y de yapa se puede bajar la música que Gaby Kerpel compuso para el espectáculo Período Villa-Villa. Armamos algo muy simple para empezar. En ese momento nos interesaba que nos conocieran a través de la página, pero cuando nos dimos cuenta de que no alcanzaba a cubrir la expectativa que teníamos nos embarcamos en un nuevo desafío, cuenta Diqui James, uno de los fundadores del grupo, en diálogo con Página/12. De la Guarda se está asociando con inversores de los que prefiere no dar nombres para crear algo superior. El nuevo sitio tendrá el mismo nivel que un evento en vivo, anticipó Diqui. El lanzamiento internacional del sitio sería para fines de diciembre de este año. Me interesa la masividad y que el tipo que entre a nuestra página pueda interactuar y hacer su propio viaje, resume James. Una de las direcciones más visitadas (12.000 cybernautas) y mimadas por la comunidad teatral es la del Celcit (http://argen-guia.com/celcit). La página, construida entre noviembre y diciembre del año pasado, se lanzó el 2 de enero del 2000. La evolución del sitio fue, cuanto menos, curiosa y sorprendente detalla a este diario Carlos Ianni, director de la institución. Surgió como un espacio puramente institucional, para difundir festivales, espectáculos y publicaciones del Celcit. Durante los primeros dos meses recibimos innumerables pedidos, incluso desde los lugares más remotos del continente y del mundo, solicitándonos textos dramáticos. Esto nos decidió a continuar las ediciones de la Colección Dramática Latinoamericana, únicamente en formato digital. La respuesta fue impresionante y era estimulante observar, por un lado, cómo poníamos laobra de autores iberoamericanos contemporáneos en contacto directo con los teatristas. Por otro lado, los autores empezaron a constatar la difusión que alcanzaban sus obras y cómo, poco a poco, se iban concretando montajes en lugares que, de otro modo, jamás se hubieran realizado. Una veintena de obras de dramaturgos de la talla de Javier Daulte, Mauricio Kartun, Rafael Spregelburd, Adriana Genta, Ignacio Apolo y Alejandro Tantanian, entre otros, pueden bajarse sin costo alguno, al igual que la revista del Celcit, que ya está en el disco rígido de las computadoras de más de 1200 personas. La red nos permite mantener una comunicación activa y permanente con la comunidad teatral iberoamericana. Internet se ha revelado como un instrumento formidable, que recién empezamos a explorar, destaca Ianni. Otro sitio que viene avanzando en la red de redes es http://www.camaranegra.com. Se puede acceder a obras de Ana Alvarado, Marcelo Bertuccio, Bernardo Cappa y Daniel Veronese, entre otros. Además, hay notas y críticas de obras. El varieté de la red es http://camarines.com.ar, que empezó a gestarse en julio del año pasado. Inauguró su lugar en el mundo el 1º de marzo, en principio como un espacio destinado a la comunidad artística. La información que brindamos no está dirigida únicamente a los artistas, sino también a aquellos que necesitan los servicios que utilizan los artistas aclara Fabián Pandolfi, actor y docente, uno de los responsables del sitio. Además, estamos orientados a escuelas, organizaciones, estudios, eventos y fiestas. Por los mails que recibimos, llegamos a todo tipo de públicos. Los que decidan tipear la dirección e ingresar encontrarán becas, concursos, información sobre espectáculos, un listado de las salas de teatro con sus responsables y los avisos clasificados gratuitos para compra, venta o canje de vestuario y utilería. Entre las perlitas, las secciones de monólogos incluyen desde Un paseo encantador, de Niní Marshall, hasta La Gaviota, de Anton Chejov, pasando por Confesiones de mujeres de 30, de Domingos Oliveira, La zapatera prodigiosa, de Federico García Lorca, El zoo de cristal de Tenesee Williams, y, por supuesto, varios monólogos de distintas obras de William Shakespeare. En tres meses, más 3500 cybernautas recorrieron la web, que se actualiza dos veces por semana. Sorprendido por el crecimiento de camarines.com, Pandolfi asegura que no había otro sitio nacional que se ocupara de este rubro. Ahora tenemos que seguir, agregar foros de discusión, en principio de formato semanal, como por ejemplo ¿Qué pasa con los directores teatrales argentinos frente a los extranjeros que vienen a dirigir?. También ampliaremos la base de datos hasta lograr una guía completa, subraya el actor y docente. Pandolfi tiene dos pasiones: el teatro e Internet, con estéticas y lenguajes aparentemente antagónicos. En todo caso las veo como complementarias aclara. De la misma manera que el teatro es actuación, investigación y laboratorio, Internet es un recurso nuevo y con un alcance muchísimo mayor en tiempo, difusión, información e intercambio. Ese es el objetivo. Ciertamente, que desde el punto de vista de la estética pueden ser diferentes, pero el armado, la búsqueda de datos, leer y tipear escenas de teatro, para subir a la página, no está lejos de ser un hecho creativo. Otro muy buen sitio argentino se encuentra en http://www.theatro.com, que tiene 366 links con lo mejor del teatro en la red. Aparecen grupos de la provincia de Buenos Aires como Añil (de Wilde), Comedia de la Campana (que viajará al próximo Festival Internacional de Praga), entre otros. Vale la pena navegar por http://www.redteatral.aris.com.ar, un completísimo site orientado al teatro y sus protagonistas. La página de Artes Escénicas (http://www.artesescenicas.com.ar) se puso en marcha hace poco más de un año. La biblioteca tiene revistas, periódicos, apuntes y obras de teatro clasificadas por autor, título y editorial y libros de teoría e investigación. Además, se puede acceder aun directorio de grupos y profesionales, servicios y docentes, legislación teatral, links y recomendados. En la sección lecturas sugeridas, el sitio presenta 8 obras de teatro, entre ellas Puro Lucro Rompe Todo (título que debe irritar a varios jóvenes emprendedores de las telecomunicaciones), de Ricardo Talento. Otro texto disponible es El hombrecito del azulejo, versión teatral del cuento de Manuel Mujica Lainez. El Instituto Nacional de Teatro (http://www.inteatro.gov.ar) despliega todas las indicaciones sobre cómo conseguir un subsidio, información sobre las actividades del organismo (fiesta nacional del teatro, de mimo, etc.) y links con otros teatros: el Nacional de Costa Rica, Mermaid Thetre of Nueva Scotia, de Canadá, el New York Council on the Arts y el Amazonas de Manaos (Brasil). El teatro San Martín (http://www.teatrosanmartin.com) le dice sí a la red en dos idiomas castellano e inglés, con su programación anual, el origen del complejo escénico y una dirección de email para hacer consultas. Argentores, de cara al 2000, brinda acceso al catálogo de autores, becas, concursos, un cybercafé conectado a sitios telemáticos y la revista de la institución en http://www.argentores.org.ar. ¿Qué dirían los clásicos del teatro español del Siglo de Oro si viesen textos suyos en la red? En www.uqtr.uquebec.ca/dlmo/teatro, los investigadores Ricardo Serrano Deza, Alfredo Hermenegildo y Marc Vitse abrieron la página especializada en teatro clásico hispánico y portugués, de los siglos de Oro, renacentista y barroco, el 3 de diciembre de 1996. Serrano Deza asegura que su propósito es utilizar la herramienta informática para facilitar el acceso real a textos teatrales de los más importantes. Se pueden bajar La destrucción de Numancia, de Miguel de Cervantes, La moza de cántaro, de Lope de Vega, La verdad sospechosa, de Ruiz de Alarcón, entre otros. Las promesas de artes escénicas digitales en esta pretendida sociedad global son efímeras, porque tarde o temprano el teatro siempre vuelve al hombre. Por ahora, la red es tan sólo un puente virtual que da una manito, pero no mucho más.
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