La Argentina ya no está en el Tercer Mundo como en los tiempos
de Raúl Alfonsín. Tampoco en el primero como autoproclamaba
Carlos Menem para justificar su alineamiento automático con Estados
Unidos. Ahora, en la presidencia de Fernando de la Rúa, llegamos
a la época del segundo mundo, de acuerdo con la definición
aportada ayer por el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini. La
Argentina no está en el Tercer Mundo, yo diría que está
en el segundo, porque nos faltan ciertas cosas para acceder al primero,
definió el canciller, que acompañó a De la Rúa
en la sesión inaugural de la cumbre Grupo de los 15 (G-15) en El
Cairo.
La reincorporación a todo trapo de la Argentina en el G-15 obligó
al Gobierno a redefinir la estrategia exterior. Es que durante el gobierno
de Menem los alineamientos junto a los países en desarrollo como
los que componen este organismo fueron dejados de lado en pos del seguidismo
a las posiciones de Estados Unidos. A su llegada a Egipto, De la Rúa
explicó su presencia en la apertura del G-15 enmarcada en la necesidad
de mejorar las relaciones sur-sur. También admitió
que llegaba con intenciones preponderantemente comerciales porque su deseo
era abrir nuevos mercados para los productos argentinos.
Ayer, Rodríguez Giavarini arriesgó la calificación
de segundo mundo para definir la ubicación argentina
comparada con otros países asiáticos y africanos. Agregó
que algo parecido ya había dicho el historiador Natalio Botana
en la pasada cumbre de la Tercera Vía en Berlín. En los
días previos, en Cancillería justificaban la presencia argentina
en el grupo de países reunidos en Egipto en que se trataba de sociedades
en las que prevalecía la clase media. Con todo, en las discusiones
paralelas que llevan adelante los funcionarios que participan de la cumbre,
queda en claro que las expectativas de los países miembros no coinciden
totalmente.
En esta cumbre es evidente que los intereses tienen matices importantes,
reconoció el canciller. Y especificó: En el caso de
la Argentina y los países latinoamericanos tenemos un discurso
actualizado para lo que son las necesidades para dialogar con el grupo
de los 7 países industrializados. Durante los debates quedó
en claro que mientras algunos países del grupo tienen una posición
más combativa frente a las naciones desarrolladas, otros, como
la Argentina, proponen acercarse al Primer Mundo. La posición
de la Argentina en el G-15 es mejorar tanto el diálogo sur-sur
como también norte-sur, explicó el canciller.
De la Rúa, Rodríguez Giavarini y el embajador argentino
en Egipto, Juan Carlos Sánchez Arnau, participaron ayer de la sesión
inaugural del G-15, en la que escucharon el discurso del presidente egipcio,
Hosni Mubarak, quien reclamó que los países miembros trabajen
juntos para alcanzar el objetivo de incorporar a las naciones en
el desarrollo de la economía global para que el equilibrio
entre el Norte y el Sur no se quiebre.
Los efectos dañinos de la globalización en las sociedades
subdesarrolladas es uno de los temas más debatidos entre los diplomáticos
que vienen trabajando en el documento final que se dará a conocer
hoy en el cierre de las deliberaciones.
La sesión se desarrolló en el Presidencial Heliópolis
Headquarters, el lujoso cuartel central de Mubarak que por estos días
luce hipervigilado, con un dispositivo de seguridad que incluye francotiradores
en los alrededores. Poco antes de asistir a la cumbre, De la Rúa
se reunió con el vicepresidente de la India, Shri Krishan Kant,
con quien analizó posibles acuerdos de cooperación. El Presidente
no habló en la sesión pero sí posó para la
foto oficial del encuentro. Ayer De la Rúa juntoa su esposa, Inés
Pertiné se regocijó con el espectáculo de Luz y Sonido
en las Pirámides (ver nota aparte) .Hoy, luego del cierre el Presidente
subirá al Tango 01 para retornar a Buenos Aires, poniendo fin a
la gira que comenzó hace 10 días en Estados Unidos, en el
centro de lo que, nadie de lo duda, es el centro del Primer Mundo.
“No pensar con egoísmo”
Desde la calurosa El Cairo, el presidente Fernando de la Rúa
le pidió a la oposición no pensar con egoísmo
por temas electorales y que lo ayude a resolver los
problemas de la Argentina. Dije que llevaré
al país a un nuevo camino de crecimiento con equidad y
sin corrupción y voy a cumplir, sostuvo el Presidente
cerca de la medianoche egipcia, luego de participar de la cena
oficial ofrecida por el anfitrión de la cumbre del Grupo
de los 15, Hosni Mubarak. Ya llegará el momento de
competir en las elecciones, ahora tenemos que resolver los problemas
del país. Nadie me va a apartar del camino porque, para
hacer lo que estoy haciendo, he sido elegido, completó
De la Rúa, quien hoy emprenderá el regreso a Buenos
Aires.
|
DOS LECTURAS SOBRE
LA SEGUNDA POSICION
|
Por Rodolfo Gil*.
Tiburones y sardinas
Primero
quisiera saber qué es el segundo mundo, porque según
todos los trabajos que he leído sobre relaciones internacionales
el segundo mundo era el mundo del socialismo real. Y éste
desapareció cuando se derritió la Unión Soviética.
Ahora, en relación con que nos faltan sólo algunas
cosas para pertenecer al Primer Mundo, ésa es una cuestión
de puntos de vista. Si nosotros tuviésemos tasas cercanas
a las del Primer Mundo en desocupación, calidad de las instituciones,
mortalidad infantil, niveles de pobreza, independencia de la Justicia,
castigo a las prácticas corruptas en la administración,
delincuencia, crecimiento del Producto Bruto, y además un
principio de igualdad impositiva, es decir que los que más
tienen más pagan y no que el pago de las crisis recae sobre
las espaldas de los más vulnerables, quizá podría
estar de acuerdo con lo que dice el canciller. Pero como creo que
esto no es así, creo que estamos muy distantes de pertenecer
a ese tan deseado Primer Mundo. En fin, hasta en la retórica
este gobierno empieza a parecerse cada vez más al menemismo.
La revalorización del Grupo de los 15 es auspiciosa porque
en la política y en las relaciones internacionales nuestro
país tiene que armar asociaciones con países más
o menos parecidos en tamaño y situación en el contexto
internacional. Lo contrario es repetir la historia del tiburón
y la sardina.
* Especialista en Relaciones Internacionales (PJ).
Por Carlos Escude *.
Un juego de palabras
feliz
La
afirmación de Natalio Botana citada por nuestro canciller
Rodríguez Giavarini respecto de que la Argentina es parte
de un segundo mundo me parece un juego de palabras feliz.
Antes del colapso de la Unión Soviética se llamaba
Primer Mundo al mundo desarrollado capitalista. El Tercer
Mundo era el mundo subdesarrollado o en vías de desarrollo
y quedaba implícito que el segundo mundo eran la Unión
Soviética y sus satélites europeos. Con el colapso
de la Unión Soviética, desaparece el segundo mundo
y pierde sentido hablar del tercero. La Argentina es aliada del
bloque occidental y del Primer Mundo pero no es parte del Primer
Mundo porque para ello tendría que aumentar por lo menos
un 50 por ciento su Producto Bruto per cápita, porque los
países del Primer Mundo tienen alta riqueza por habitante.
No obstante, para ser un país en vías de desarrollo,
la Argentina tiene una riqueza per cápita bastante alta.
Está sólo un escalón por debajo del Primer
Mundo. Eso está confirmado por el Banco Mundial que hace
el punto de corte entre el mundo desarrollado y el mundo en vías
de desarrollo con la Argentina. Por consiguiente, este nuevo uso
del término segundo mundo es absolutamente aplicable
a la Argentina. Respecto de la revalorización del Grupo de
los 15 anunciada en Egipto, me parece un anuncio totalmente compatible
con esta política de Estado en que ha devenido la política
exterior argentina. Esa declaración es atinada y no entraña
ningún cambio significativo frente al pasado reciente.
* Experto en Relaciones Internacionales. Ph D. en Harvard.
|
|