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Por Fabián Lebenglik ![]() El curador y organizador del proyecto Imagem do som, Felipe Taborda, es un diseñador gráfico carioca de 43 años, que estudió cine y fotografía en Londres y tiene una maestría en Arte y Comunicación en Nueva York. Trabajó como diseñador en tres compañías discográficas y realizó varios proyectos editoriales, discográficos y culturales. Taborda, antes de partir ayer de Buenos Aires donde estuvo para montar la exposición dialogó con Página/12. ¿Qué es el proyecto Imagen do som? El proyecto Imagem do som con el que se busca desde el título un juego de palabras entre el sentido literal imagen del sonido y la similitud, en portugués, con imaginación, que tomó alrededor de siete años poder llevarlo a cabo, intenta mostrar un panorama significativo de las artes plásticas brasileñas en el cambio de siglo, en un cruce creativo con la música de Brasil. El año pasado, en Río de Janeiro, el proyecto comenzó con la música de Caetano Veloso, ahora sigue con la de Chico Buarque, después vienen Gilberto Gil, Antonio Carlos Jobim, Rock y Pop -en dos partes, Roberto y Erasmo Carlos, Dorival Caymmi y MPB (Música popular brasileña) en dos partes. ¿Cómo se organiza el proyecto? El proyecto es muy complicado de realizar, en varios sentidos. Las muestras se hacen con el acuerdo del compositor y con permiso de los titulares de los derechos de las canciones. Por eso lo primero es llegar al compositor, cosa que no siempre resulta fácil. Todos son grandes músicos populares, pero algunos son más complicados que otros. Roberto Carlos, por ejemplo, es difícil. En el caso de Caetano, una vez que llegamos a él todo lo demás fue relativamente más sencillo. Y gracias a Caetano, que fue el primer homenajeado, las demás exposiciones resultan menos complicadas. En cada exposición se eligen 80 canciones y se le encarga a otros tantos artistas plásticos que realicen una obra inédita en relación con una canción que les toca por sorteo. El sorteo tiene ventajas y desventajas. Los plásticos están encantados con la idea pero a veces les toca trabajar sobre una canción que no les despierta la creatividad inmediatamente. A los 80 artistas convocados se les paga un honorario y luego de las exposiciones la obra vuelve al artista. Entre los ochenta invitados hay pintores, escultores, dibujantes, videastas, fotógrafos, instalacionistas, diseñadores, historietistas, escenógrafos, publicitarios. En la exposición, junto a cada obra, se reproduce la letra de la canción que evoca el artista y además hay un reproductor de CD donde se pasa la canción. ¿Hay alguna restricción para los artistas participantes? No tienen restricciones de carácter estético o ideológico. Salvo dos cuestiones que se fijan por contrato: por una parte la medidas y el peso máximo de las obras. Por la otra la obra a realizar no puede ser peyorativa respecto del compositor que se homenajea. ¿Se repiten los artistas entre una exposición y la siguiente? Sí, se repiten, según un criterio establecido por nosotros: en la primera muestra, los propios participantes votaron por las mejores obras, y los más votados quedaron invitados a la muestra siguiente. Pero, porotra parte, una cantidad de nuevos artistas es convocada para cada nueva exposición. ¿Dónde se hicieron y cómo resultaron las muestras en Brasil? Las muestras se inauguran en el Palacio Imperial de Río de Janeiro, durante el verano. Hasta ahora, las experiencias fueron muy buenas: han concurrido unas 30.000 personas a cada exposición y sucede un fenómeno muy interesante. El Palacio Imperial está ubicado en el corazón de Río antiguo, en la plaza 15 de Noviembre, y la gente lo tiene asociado con buena parte de la historia del Brasil porque fue construido a mediados del siglo dieciocho y allí estuvo la sede de los gobernadores de Río, del reino y del Imperio. Durante la República funcionó el Correo. En la década del ochenta se restauró y ahora es un centro cultural. ¿Hay músicos que resulten más convocantes que otros para los artistas plásticos y para el público? Tanto Caetano como Chico, los dos homenajeados hasta ahora, son músicos que intervienen activamente en las cuestiones públicas. Tienen opinión formada sobre muchos temas y son polémicos en sus intervenciones sobre cuestiones sociales, políticas y culturales. En este sentido, Gilberto Gil resulta una figura más ecuménica. El está más concentrado en la música, su actividad se mueve casi exclusivamente en ese campo y despierta menos controversias. La popularidad de Gil está más extendida que la de Caetano y Chico. También internacionalmente, Gilberto Gil es más popular, aunque por otras razones. Caetano y Chico han hecho algunas presentaciones en Europa, pero Gil es más conocido allá porque toca seguido y desde hace mucho en los festivales internacionales de jazz y en giras. Lo interesante en cuanto a la convocatoria, que fue masiva, en las dos exposiciones que hicimos hasta ahora, es que se trata de un público que no es habitué de las muestras de arte, ni de las galerías y museos. De algún modo estas exposiciones, a través de la música popular, introducen a un público masivo en las artes plásticas contemporáneas. Hay grandes músicos populares que no están incluidos. Sólo incluimos autores que componen música y letra. En la muestra sobre MPB incluiremos a gran parte de los que no están homenajeados de manera individual. De todos modos hacemos diferencia entre compositor, letrista y creador de un estilo. El caso de Joao Gilberto, por ejemplo, que compuso sólo dos canciones pero es un gran estilista, no es homenajeado de manera independiente, sino que seguramente será incluido en alguna de las dos muestras dedicadas a la MPB. Nosotros tomamos a los compositores y letristas y elegimos el número de 80 canciones para mostrar un cuerpo significativo de obra. ¿La música hace una parte del trabajo que los propios artistas plásticos, los medios masivos o los críticos de arte no pueden hacer? Algo así. A través de la música popular, en Brasil se generan muchas cosas. Como todas las canciones elegidas forman parte del inconsciente colectivo, la gente las siente propias. Las ochenta canciones son seleccionadas por un comité de especialistas. Y se sabe que las canciones suelen estar asociadas con experiencias y momentos específicos de las personas. La gente se queda frente a cada obra, se pone los auriculares, baila, comenta... incluso discute los cuadros, fotos y esculturas, porque tal vez tiene un punto de vista diferente que el del artista plástico. Pienso que en la Argentina va a ser diferente. Aunque ya conocen las canciones y a varios de los artistas plásticos, aquí la reacción del público va a ser más contenida. (La mayoría de la muestra se exhibe en el Centro Cultural Borges, de Viamonte esquina San Martín; el resto, en la Fundación Centro de Estudios Brasileños, de Esmeralda 965. Ambas muestras siguen hasta fines de julio.En el marco de la exposición se presentará la cantante Miúcha, hermana de Chico Buarque, para interpretar las canciones del compositor.)
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