La nube de periodistas, movileros y camarógrafos apostada en la
puerta del edificio Centinela podía helar la sangre al más
valiente. Igual fueron varios los que se animaron a desafiarlos para acercarle
una palabra de aliento a Víctor Alderete. Esposa e hijos pasaron
casi inadvertidos, pero una señora que se negó a identificarse
sólo respondió una pregunta: “¿Es pariente de
Alderete? No, del pato Donald”. No fue el caso más llamativo.
Un joven no tuvo problemas en contar que quería saludar al ex titular
del PAMI. “Vine porque él me invitó a un acto con Menem
–aseguró sin ponerse colorado–. Lo vi una sola vez en
mi vida.”
La nube de periodistas, movileros y camarógrafos apostada en la
puerta del edificio Centinela podía helar la sangre al más
valiente. Igual fueron varios los que se animaron a desafiarlos para acercarle
una palabra de aliento a Víctor Alderete. Esposa e hijos pasaron
casi inadvertidos, pero una señora que se negó a identificarse
sólo respondió una pregunta: “¿Es pariente de
Alderete? No, del pato Donald”. No fue el caso más llamativo.
Un joven no tuvo problemas en contar que quería saludar al ex titular
del PAMI. “Vine porque él me invitó a un acto con Menem
–aseguró sin ponerse colorado–. Lo vi una sola vez en
mi vida.”