Por Martín Granovsky
 Pudo haber sido una felicitación, una forma de competir con Guido Di Tella, una presión sutil o una simple pintura de la realidad vista desde los Estados Unidos: Manuel Rocha, representante norteamericano en la Argentina, dijo que en su último encuentro Bill Clinton y Fernando de la Rúa �se enamoraron�. Pero lo más importante vino después: Rocha opinó que hay �continuidad absoluta� entre el gobierno de la Alianza y el de Carlos Menem en materia de vínculos con Washington tal como se establecieron desde 1989. Y dejó una cifra: en la Argentina hay 173 McDonald�s.
Rocha es el número uno virtual de la embajada porque el senador de ultraderecha Jesse Helms nunca aprobó el pliego del reemplazante de James Cheek, el embajador que empezó encantado con San Lorenzo y, tras el retiro, terminó embelesado por Eduardo Eurnekian. Pero Rocha pertenece a la primera línea del Departamento de Estado en cuestiones de América latina. Si nada, es decir Helms, se interpone en su camino, será el próximo embajador en Bolivia. Como su sucesor, James �Jim� Walsh, llegará en estos días para estar aquí en la fiesta del 4 de julio, las palabras de Rocha deben leerse como un legado. Con un detalle importante: en la diplomacia norteamericana no hay herencias personales; solo hay instrucciones. Algo así como Vox Rocha, vox Dei. O vox Bill.
Durante una conferencia en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales al presentar el libro �Argentina-Estados Unidos. Acuerdos bilaterales 1853-2000�, de Rosendo Fraga, Rocha dijo textualmente sobre la reunión De la Rúa-Clinton del último martes 13: �Yo he utilizado una palabra, quizás poco diplomática, pero que describe muy bien lo que pasó: se enamoraron�.
Fue �un acercamiento de dos líderes que compartían no sólo políticas sino valores�, completó.
Relató que él estuvo �presente en la Casa Blanca, cuando lo dos se saludan y comparten por dos horas�. Que vio �la dinámica entre estas dos figuras�. Que �dentro de lo que dos hombres se pueden enamorar, se estaban seduciendo el uno al otro� hasta conseguir una relación �muy, muy, cercana, muy calurosa, muy positiva�.
¿Menem o Di Tella no podrían ponerse celosos por esa descripción? Rocha no lo permitiría. �En los últimos 10 años se forjó algo que el ex canciller llamó con un adjetivo que no voy a repetir, pero sí se estableció una relación muy cercana entre Estados Unidos y la Argentina�, dijo al hablar de las relaciones carnales definidas por Di Tella.
�Nunca antes había existido una relación tan cercana como la que se forjó en el gobierno anterior�, historió Rocha.
Y más claramente: �Lo que está pasando es muy sencillo. Hay una continuidad absoluta de la excelente relación que forjó el anterior gobierno y hay un deseo absoluto de profundizar esa relación�.
En el fondo de las palabras de Rocha se esconde una meta doble fijada por los Estados Unidos:
 Por un lado, siempre buscó una relación con la Argentina donde los conflictos fuesen absolutamente secundarios y al alineamiento tan fuerte que se tradujera no solo en el modelo económico sino en el compromiso estratégico y militar. Así sucedió con el envío de tropas al Golfo en 1991 por parte de Menem y así pasa ahora con la participación de militares y gendarmes argentinos en misiones de paz diseñadas por la ONU con el copyright de Washington.
Por otro, siempre trató de que ningún cambio de gobierno alterase las buenas relaciones diplomáticas o el compromiso con una economía de mercado desregulada y abierta. Y procuró en todo momento de crisis un acuerdo entre radicales y peronistas. Un ejemplo: a fines de 1990 el entonces embajador, Terence Todman, insistió a los radicales, entre ellos José Luis Machinea y Juan Sourrouille, para que apoyaran el ajuste de Menem. Y después, en junio de 1991, durante un almuerzo en casa de Carlos ConradoHelbling, intentó convencer a Ricardo Yofre y el actual cavallista Adolfo Sturzzeneger de que la UCR estuviese dispuesta a aportar nuevas figuras al menemismo. Cuando sus interlocutores le explicaban los matices de la política, Todman solía responderles: �Lo que está en juego es una cosa más profunda�.
Pues bien: esa cosa más profunda es la que quedó construida en diez años de menemismo, en los que la Argentina optó por dejar de fabricar el misil Cóndor II (una decisión sensata, aunque podría haberlo hecho por acuerdo con Brasil y no por imposición norteamericana), promulgó su primera ley de patentes del siglo XX, dejó de cuestionar a los organismos como el FMI y el Banco Mundial y, sobre todo, pagó parte del principal de la deuda externa, al capitalizar en activos físicos de empresas que se privatizaban los títulos en poder de los bancos extranjeros.
Como sucede cuando todo está atado y bien atado, quitar los nudos no solo exige energía. También produce costos. De la Rúa decidió no pagarlos, aunque al mismo tiempo él y su canciller Adalberto Rodríguez Giavarini abundaron en compensaciones simbólicas. La más reciente es la participación en el Grupo de los Quince, un nucleamiento de países de desarrollo intermedio, como Egipto y Polonia, que no proclaman a cada momento su alineamiento con Washington aunque tampoco desafían a la Casa Blanca. Otra movida es la decisión de repolitizar el Mercosur, incorporando también a Chile.
Pragmático, Rocha no se quedó en las interpretaciones académicas. �Una de las cosas más importantes de la visita por el lado argentino es que el presidente De la Rúa firmó el decreto estableciendo las nuevas reglas para desregular el sector de telecomunicaciones�, dijo. �No hay suceso, no hay decreto que vaya a influir tanto en la economía como esto que él acaba de hacer, porque el posible monto de inversiones está entre 3 mil y 5 mil millones de dólares en menos de 3 años�, añadió.
Fue una forma de reconocer que la medida permitirá, por fin, la entrada de empresas norteamericanas de telecomunicaciones en un mercado que no pudieron alcanzar en los �90, cuando las operadoras europeas Telecom y Telefónica les ganaron de mano, aunque la segunda lo hizo en alianza con el estadounidense Citibank, propietario de los títulos de deuda necesarios para la operación.
Y fue, de paso, un modo de señalar que al Departamento de Estado le importa más la desregulación telefónica que la aérea, en la que de todas maneras, y énfasis al margen, puede pronosticarse que los Estados Unidos insistirán con fuerza.
Naturalmente, Rocha también destacó que su país dejó entrar las importaciones de limón argentino, una producción tucumana que, advirtió, compite con los limones de California, donde el candidato oficialista Al Gore necesita recolectar votos.
El amor, incluso el de los presidentes, también tiene sus momentos de sabor agridulce.
James Walsh estara aqui el 4 de julio
Embajador con tonada cordobesa
Por M.G.
Un diplomático norteamericano que hasta sabe cordobés será el próximo embajador que ya estará en Buenos Aires el 4 de julio: se trata de James Jim Walsh, quien ya revistó con Terence Todman como consejero político y luego como encargado de negocios.
Ayer Manuel Rocha informó que en esa fecha Walsh se hará cargo de la embajada. Es una ocasión especial, porque los 4 de julio el embajador de los Estados Unidos invita a unas dos mil personas en su residencia de Libertador al 3500 para festejar la independencia del país. Así, pone a prueba un poder de convocatoria que en los últimos años vienen disputando los representantes de Israel, Brasil, Chile y Francia.
Walsh formó parte en Córdoba de un programa de intercambio estudiantil del que participó el ex embajador en Naciones Unidas Jorge Vázquez. Cuando volvió a la Argentina ya como diplomático dominaba perfectamente el idioma, y rápidamente le añadió un tejido de relaciones que incluyó a los funcionarios del menemismo, a los radicales y a Domingo Cavallo. Solo habrá dos novedades. Una, que su principal interlocutor de aquellos tiempos, el negociador cavallista Guillermo Seita, ya no hace política. Otra, que deberá recorrer el andarivel del Frepaso para completar el arco de relaciones.
El próximo embajador jugó un papel clave en la incorporación de la Argentina a la coalición de naciones que combatieron a Irak después de la anexión de Kuwait. También se encargó de presionar sin vacilaciones a la Argentina cuando el Gobierno dudaba si suspender o no un embarque argentino de equipos para convertir uranio y elaborar combustible nuclear. �Insistimos con toda firmeza en que se adopten las medidas necesarias para evitar cualquier embarque�, escribió Walsh en una nota confidencial de 1991 a la que entonces tuvo acceso este diario. Y poco después, cuando el vicecanciller Juan Carlos Olima le pidió alguna compensación financiera por no enviar el equipo, Walsh le contestó: �El gobierno de los Estados Unidos no puede asumir ninguna responsabilidad financiera derivada de la muy adecuada decisión del gobierno argentino en este asunto�, porque �estos costos son la lamentable, aunque necesaria, consecuencia de la actitud de gobiernos responsables�.
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Tres puntos de vista de las relaciones con Estados Unidos |
Juan Pablo Lohle*.
�Lo carnal fue un exabrupto�
Creo que hay una continuidad de fondo y una modificación en lo que hace a las formas de las relaciones bilaterales con Estados Unidos. Eso estaba previsto incluso en los discursos de campaña, donde ya se anticipaba que la política exterior con ese país iba a ser igual, pero con un cambio de actitudes. Y ese cambio fue bueno porque lo de las relaciones carnales fue un exabrupto del ex canciller Guido Di Tella que tuvo un costo alto: que la relación con EE.UU. se hayan desarrollado con un lenguaje inadecuado que ahora se adaptó. Aquello fue una exageración que no tiene antecedentes en la historia de las relaciones exteriores. Volviendo al presente, creo que la relación de fondo que se está planteando es correcta, aunque la agenda de la región está cambiando y hay cosas que hay que volver a conversar. Por ejemplo, la fortaleza de las democracias y la cuestión de la equidad, que es el problema de esta década.
* Titular del Centro de Estudios Internacionales.
Marcelo Stubrin*.
�No hay comparación con lo anterior�
Creo que el gobierno de Fernando de la Rúa está estableciendo una relación distinta con Estados Unidos, muy difícil de comparar con la anterior, en la que la política exterior era una parte de la política doméstica. Esto es muy serio, muy sobrio. Nadie quiso sobreactuar en el viaje, fue una cosa como corresponde y considero que fue un éxito. Incluyó el pronunciamiento de Cartagena y estamos satisfechos por la comprensión lograda en Estados Unidos. Hay que reconocer que llevábamos una ventaja: íbamos desembarazados del duopolio telefónico, y eso para las empresas fue miel para sus oídos. Además, obtuvimos ventajas porque trajimos inversiones. Creo que eso nos diferencia de la gestión anterior, y que el cambio es claramente a favor de la Argentina. Pero lo más interesante, lo que estuvo en juego en el viaje fue una suerte de liderazgo democrático en la región. Habría que preguntarse si De la Rúa logró presentarse como el presidente del Mercosur. Yo creo que estuvo en ese camino.
* Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados.
Jorge Altamira*.
�Quiere abrir el Mercosur a EE.UU.�
Yo diría, en referencia a la continuidad de que la habló Rocha, que a confesión de parte relevo de prueba. Será entonces la hora para la que se lleve a la práctica la consigna �Chau De la Rúa�, ya que ellos en la campaña querían decirle �Chau a Menem�. Si son tan iguales...
Pero en las declaraciones de Rocha hay algo más profundo: un proyecto vinculado a las telecomunicaciones y al Mercosur. Lo de Rocha responde aun acuerdo para abrir el Mercosur a EE.UU. y las telecomunicaciones a los grupos yanquis bajando las tarifas arancelarias del bloque con respecto al exterior y lo mismo en las telecomunicaciones. Naturalmente Rocha, que ha sido un representante muy empresarial, refleja la continuidad de estos acuerdos. Pero es una continuidad en el peor de los sentidos. Antes era el momento de tirar manteca el techo y ahora hay que limpiar el techo. La misma política, pero en condiciones más negativas.
* Legislador electo del Partido Obrero. |
EL PRESIDENTE HABLO EN EL CIERRE DE LA CUMBRE DEL G-15
Pedido a los organismos internacionales
�Es necesaria una reforma en los organismos internacionales de crédito�, dijo ayer el presidente Fernando de la Rúa en su discurso de cierre de la X Cumbre del Grupo de los 15 (G-15) en El Cairo. Coherente con su meta original de ampliar los mercados para los productos argentinos, De la Rúa calificó la política de subsidios agrícolas aplicada por algunos países industrializados como una �práctica desleal� que impone barreras al intercambio comercial.
Después de una década de fiel alineamiento argentino con Estados Unidos, en esta gira internacional De la Rúa abrió el juego en varias direcciones. Así como visitó a su par del país del Norte y participó de la reunión del Grupo Río en Cartagena, también viajó a Egipto para sellar la reincorporación al G-15, que está formado por países en desarrollo y surgió en 1989 para contrarrestar al llamado Grupo de los siete países desarrollados más Rusia.
Al llegar a El Cairo el Presidente se mostró seguro en sus aspiraciones: �Vengo a trabajar y a vender productos argentinos en el exterior�. De todos modos, tuvo que atravesar algunos momentos de incomodidad durante la Cumbre, especialmente cuando los representantes de algunos países �ante todo aquellos alineados con Nigeria� plantearon su reclamo de condonación de la deuda externa, un pedido que estaría en franca contradicción con el reciente ajuste en el Estado con que Argentina intenta satisfacer las pautas del Fondo Monetario Internacional. De la Rúa dijo estar en favor de una �solución adecuada a los problemas financieros para que la deuda deje de ser un obstáculo para el desarrollo de América latina� y pidió la implementación de reglas internacionales para contrarrestar la �volatilidad de los mercados de capitales�.
Al hablar ayer en el palacio Heliópolis �residencia del mandatario egipcio Hosni Mubarak� en nombre de las naciones latinoamericanas que integran el G-15 (México, Chile, Brasil, Perú y Jamaica, además de Argentina), el jefe de Estado no sólo reclamó un cambio en los organismos financieros internacionales; también se refirió al impacto de la globalización en los países en vías de desarrollo. Sostuvo que algunas naciones del continente han estado marcadas por �economías cerradas y proteccionistas� y otras por �gestiones que llevaron a tener deudas financieras y deudas sociales�. �Frente a eso �dijo� es necesario un crecimiento con equidad para recuperar y asegurar puestos de trabajo dignos.� A su vez, justificó la política fiscal aplicada en Argentina como un lineamiento destinado a �permitir un ritmo de inversiones nacionales y extranjeras que nos permitan crecer�.
�Nuestro compromiso es trabajar para evitar que aumenten las distancias entre pobres y ricos para no caer en la inestabilidad social y política�, sostuvo. Y para no dejar de lado ningún ingrediente, destacó la importancia de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.
Argentina y Egipto suscribieron un pacto de cooperación económica. �Los objetivos conjuntos de ambos países son ampliar el intercambio comercial entre las empresas y los estados, explorar y desarrollar nuevos mercados, promover la transferencia de tecnología y crear facilidades para insertar los productos en cada país�, dice el acuerdo, que firmaron el canciller argentino Adalberto Rodríguez Giavarini y su par egipcio Amr Moussa. Uno de los principales puntos del convenio señala la condición de �trato de nación más favorecida�. Como parte del plan de ampliar mercados, la Cancillería apunta a profundizar el diálogo con la India, Canadá, España y México.
En la última jornada de su periplo de 11 días, De la Rúa aprovechó para ir a ver la momia de Ramsés II, los objetos de lujo pertenecieron al faraón Tutankamón, entre otras reliquias que hay en el Museo de El Cairo. Finalmente se subió al avión Tango 01, que lo traería de regreso, a las 21 de Egipto. Ahora tendrá que inaugurar la convocatoria al diálogo social que prometió el oficialismo después del último paro que llevaron a cabo las dos CGT.
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