El País de Madrid
Por Ferrán Sales
Desde Jerusalén
 Los cuatro ministros del partido ultraortodoxo israelí Shas presentaron ayer su dimisión en el gobierno de coalición de Ehud Barak. La salida del ejecutivo de estos ministros �Asuntos Sociales, Infraestructura, Sanidad y Asuntos Religiosos� no quedará formalizada hasta dentro de dos días, lo que permite abrir un último tramo de negociaciones con el gobierno para tratar de solventar una crisis que se prolonga desde hace tres semanas, y en la que se mezclan reivindicaciones económicas con desacuerdos políticos vinculados al proceso de paz.
Rafael Pinjasi, secretario general del Consejo de Sabios de la Torá �el órgano máximo de dirección del partido Shas� presentó el martes al mediodía ante la oficina del primer ministro Ehud Barak una carta de dimisión de los cuatro ministros de la formación ultraortodoxa, lo que conlleva la retirada del apoyo parlamentario al gobierno, dejando a la coalición gubernamental con sólo 51 diputados sobre un total de 120 escaños. La decisión de la dirección de Shas de formalizar su retirada ha sido interpretada en medios políticos de Jerusalén como un último intento de los ultraortodoxos religiosos sefaradíes por presionar a Barak en las negociaciones, que se reanudaron el martes por la tarde tras anunciarse la dimisión, y en las que trata de arrancar al ejecutivo importantes subvenciones para financiar la red de escuelas y guarderías, extendidas por todo el país.
El gobierno, que en principio ha aceptado financiar con 25 millones de shekels �857.000 dólares� la red de centros de enseñanzas del Shas ha acordado asimismo otras demandas concernientes a los sistemas de control y supervisión de los centros. Pero sin embargo parece negarse a admitir otros reclamos, como por ejemplo la legalización de cinco emisoras de radio pirata, subvencionar el transporte escolar, pagar las deudas atrasadas de la red educacional u otorgar atribuciones extraordinarias al viceministro de Educación, un dirigente del Shas, en detrimento del ministro Yossi Sarid, del partido laico Meretz.
Pero al margen de las razones puramente economicistas el gobierno de Barak opina que las exigencias y la salida del Shas del ejecutivo esconden un segundo objetivo político: bloquear el proceso de paz con los palestinos, ya que se producen en un momento especialmente delicado en el que el equipo laborista trata de llegar a un principio de acuerdo con Yasser Arafat, para lo que necesita el apoyo de todos los miembros de la coalición.
El ministro de Hacienda, el laborista Abraham Shohat, recordaba que el partido religioso Shas, que históricamente había defendido un acuerdo de paz con los palestinos, había venido en los últimos meses cambiando de actitud, apoyando posiciones nacionalistas radicales, próximas al movimiento colono, lo que lo ha llevado en más de una ocasión a reclamar las fronteras bíblicas de Israel �El Gran Israel� y a negarse a cualquier concesión territorial. El ministro recalcó que �todas las cuestiones económicas habían sido ya solucionadas, pero que se mantenían divergencias vinculadas a la negociación con los palestinos�.
PROTESTANTES AMENAZAN CON ABRIR FUEGO EN IRLANDA
La calma previa a la tormenta
The Guardian de Gran Bretaña
Por Nicholas Watt y Maggie O�Kane
Desde Belfast
El ministro británico para Irlanda del Norte, Peter Mandelson, advirtió anoche a los paramilitares lealistas que volverán a la cárcel si los Combatientes por la Libertad de Ulster (UFF, grupo terrorista lealista) efectivizan su amenaza de romper el cese de fuego de seis años en Belfast. Mandelson reaccionó a la amenaza del UFF de dispararles a los católicos si los nacionalistas no ponen fin a una serie de ataques a hogares protestantes a lo largo de la �línea de paz� al norte y oeste de Belfast.
La declaración, hecha por un miembro enmascarado del segundo batallón de la brigada de Belfast occidental de la UFF, representa la amenaza más seria al cese de fuego lealista. Los disidentes republicanos también dieron una señal de la continua amenaza de violencia cuando se encontró una bomba en los terrenos del Hillsborough Castle, la residencia oficial de la reina en Irlanda del Norte donde vive Mandelson. La policía aseguró que el artefacto, que explotó parcialmente, fue dejado en un maletín detrás de la verja de seguridad que protege los terrenos del castillo.
Mandelson, que ayer estaba de visita en Cork, declaró que suspendería la inminente liberación de los prisioneros del UFF si los paramilitares ponen fin al cese de fuego. En un mensaje directo al liderazgo de la organización aseguró que, �antes de comenzar a hacer declaraciones o amenazas de este tipo, piensen en las consecuencias no sólo para Irlanda del Norte en su totalidad sino también para ustedes y los miembros de sus propias organizaciones�. Además de poner punto final a la pronta liberación de prisioneros, Mandelson también puede volver a encarcelar a los ex paramilitares ya liberados.
El UFF advirtió que volvería a recurrir a la violencia terrorista a menos que los nacionalistas pongan fin a �una sistemática u orquestada campaña de intimidación� en Belfast. Un líder enmascarado del UFF, flanqueado por tres paramilitares enmascarados y portando armas automáticas, declaró que �desde la cero horas de hoy, 20 de junio de 2000, el UFF se reserva el derecho de dispararle a cualquier persona que sea vista atacando hogares protestantes. Esto estará en contradicción directa con nuestro cese de fuego, al que hemos adherido consistentemente a pesar de la intensa provocación, pero esto es más que suficiente. No podemos quedarnos quietos mirando mientras los protestantes son intimidados fuera de sus hogares�.
La declaración, leída a un selecto grupo de periodistas en un lugar secreto del área lealista Shankill Road de Belfast, causó asombro en Irlanda del Norte porque no existían informes sobre intimidaciones de parte de católicos a protestantes ni en el norte ni en el oeste de Belfast. El Ejecutivo de la provincia, en cambio, dio a conocer 21 casos de intimidación, pero todos contra católicos.
SUS CHECHENOS ALIADOS SE REBELAN
Disparen contra Rusia
Además de una sangrienta guerra de guerrillas, ahora los rusos tienen que lidiar con el caos político en la república separatista de Chechenia. Ayer Ajmed Kadírov fue presentado como el nuevo jefe checheno de la administración de la república, parte de la Federación Rusa. Su nominación provino del actual comandante ruso de la Región Militar del Cáucaso, Viktor Kazantsev. Pero eso suscitó una auténtica revuelta por parte de los líderes locales, que habían sido nombrados por el anterior general del Kremlin en la región, Nikolái Koshman.
Los jefes de 12 de los 18 distritos de Chechenia escribieron una carta a Putin en la que pedían la destitución de Kadírov �para evitar un nuevo baño de sangre�. El argumento era que el mufti se alineó con los independentistas durante la guerra anterior, si bien en esta cambió de bando. La revuelta fue descrita como �anarquía� por los diarios rusos. Pero Putin no tiene mucho de donde elegir, si es que quiere nombrar a un checheno. Sólo se vislumbran dos alternativas: a) el ex alcalde de Grozny, ex presidiario en Rusia, y ex comandante de las milicias chechenas pro rusas, Bislán Gantamírov; b) El jefe del Consejo de Estado checheno (con rigurosa base en Moscú) Malik Saiduláyev. Optar por un ruso, por otra parte, sería admitir que lo que existe en Chechenia es un régimen de ocupación. Putin, sin embargo, tuvo una buena noticia ayer cuando la Unión Europea (UE) acordó levantar en julio las leves sanciones económicas que había impuesto a Rusia por la guerra en Chechenia.
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