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 Todo parece indicar que las autoridades de Santiago del Estero quieren un teatro sanito: en sólo un fin de semana, dos espectáculos de estilo bien diferente fueron conminados a cambiar su contenido, acusados, insólitamente, de ofender las buenas costumbres. Así, El cartero, la obra basada en la novela del chileno Antonio Skármeta sobre un episodio de la vida de Pablo Neruda, protagonizada por Darío Grandinetti, fue levantada horas antes del debut, el domingo en el Teatro 25 de Mayo �el más importante de la capital santiagueña�, a causa de una escena de desnudo. El día anterior, el cómico Carlos �Negro� Alvarez debió presentarse solo sobre el mismo escenario, sin las vedettes que lo acompañan, también por �sugerencia� de las autoridades del teatro.�Esto es un caso de censura. Mi espectáculo fue levantado por el desnudo total que realizan Nicolás Cabré y Gabriela Sari�, acusó Grandinetti, quien afirmó que un funcionario (a quien no identificó) le informó que �no podía presentar la obra� por motivos �morales�. Indignado, el actor dijo que expondrá el caso ante las autoridades de Cultura a nivel nacional: la decisión de impedir la exhibición se habría producido en conjunto entre el director del teatro, Gustavo Fayet, y la Dirección General de Cultura, a cargo de Luis Paulo Ledesma. Hasta el momento, los funcionarios se negaron a explicar las causas del levantamiento de la obra. Por su parte, los miembros santiagueños de la Asociación Argentina de Actores manifestaron su �repudio por algo que censura previamente la libre expresión de un artista�. El caso de Alvarez, si bien refiere a un show de corte bien distinto, parece obedecer a las mismas causas: ese sábado, el cordobés fue informado por el productor de Cuenteando que la única manera de presentar el espectáculo era �sin las chicas�, es decir, sin las vedettes Adriana Salgueiro, Isabella Grohmman, Lía Sagés y Gabriela Lemes. Los dos casos, en realidad, responden a un sonado antecedente: el 28 de mayo, en el mismo teatro se presentó Y dicen que soy aburrido... (la joda continúa), un espectáculo protagonizado por Silvia Süller. Según las versiones que imperan en Santiago, la obra produjo un escándalo que terminó con la renuncia de la directora del teatro, Ana María Ramos. Para ello habría intervenido la Rama Femenina del justicialismo provincial �que consideró que se trataba de un espectáculo �grotesco��, liderada por la vicegobernadora Marina Aragonés, esposa del gobernador Carlos Juárez. Aragonés habría nombrado personalmente en sus puestos a Ledesma y Fayet.
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