Por Maximiliano Montenegro
El martes Página/12 publicó que la Unión Industrial presentará un recetario de �medidas para salir de la recesión� que no sólo dividiría aguas en el seno del poder económico sino también en el propio oficialismo. Ese mismo día, Machinea salió al cruce de la propuesta. Y ayer se reunió con el Consejo Empresario, integrado por el núcleo del establishment �bancos y multinacionales� que defiende el ajuste fiscal a rajatabla. Hoy la UIA discutirá el proyecto, que incluye una medida audaz: transferir ingresos de las empresas privatizadas, bancos y grandes empresas de servicios a los desocupados, con el doble propósito de aliviar las tensiones sociales y estimular el consumo interno.
�¿La economía está todavía en recesión?
�Sí. Si bien hay algún sector que puede haber repuntado, no hay índices que muestren que se esté consolidando una reactivación. Al contrario, vemos que la economía entró en una espiral deflacionaria muy peligrosa que puede arrastrarnos a la depresión. Hoy esta economía es incapaz de generar demanda: bajan los precios e igual caen los volúmenes de consumo.
�Machinea dijo que la propuesta de elevar los aportes patronales para las empresas privatizadas no puede ser considerada porque aumentarían las tarifas de los servicios públicos. ¿La UIA va a insistir con esa propuesta?
�Sí, nosotros creemos que hay espacio para negociar. Si uno mira los niveles de rentabilidad de las grandes compañías de servicios está claro que tienen capacidad contributiva como para hacer un aporte.
�¿Por qué plantean atar lo recaudado por esa vía �se calcula más de 1000 millones de pesos al año� con un subsidio a los desocupados?
�Eso lo sugirieron los dirigentes del interior del país, que están representados dentro de la UIA en las reuniones de Junta Directiva. Ahí describen una situación social muy grave. Plantean que se los tenga en cuenta, porque no encuentran ningún tipo de ayuda para la desocupación, en un contexto de grave crisis de las economías regionales y de ajuste estatal. Un seguro de desempleo para los jefes de familia desocupados ayudaría a aliviar la tensión social y, al mismo tiempo, generaría una demanda de los productos alimentarias de primera necesidad.
�¿Hay un escenario cercano al estallido social en el interior?
�Está en las actas de Junta, que están gravadas. Los empresarios del interior nos trasmiten una situación muy dramática, donde la crisis económica se mezcla con una crisis social. Hoy se pone todo el énfasis en la baja del gasto público de las administraciones provinciales, pero lo que no se escucha con la misma intensidad es cómo reactivar las economías regionales. Con este nivel de actividad en las provincias, ¿quién va a tomar más empleados, quién va a pagar el impuesto inmobiliario? Paralelamente, en un pueblo como Charata, en Chaco, hoy se vende choclo envasado en Francia, tomates italianos o embutidos españoles. Esto es parte de la tilinguería argentina, cuando el Estado no tiene estrategia de mediano plazo. El eje de la discusión es cómo hacemos para salir de la recesión. Y ahí entra todo: cuál es el nivel deseable de apertura de la economía con estos niveles de desocupación, qué medidas se toman en la coyuntura para reactivar el mercado interno, cuál será el rol de las empresas nacionales en una economía cada vez más extranjerizada.
�Si Machinea plantea que con estas propuestas aumenta el riesgo país porque ponen nerviosos a los inversores para quienes la prioridad es el ordenamiento de las cuentas fiscales, ¿qué responden?
�Los inversores internacionales hoy también están mirando con mucha atención cómo Argentina puede generar riqueza y crecimiento. Esa es la única forma de garantizar el aumento de la recaudación. Además, sólo en la medida en que se recreen condiciones para que haya actividades productivas rentables el país va a ser confiable. Mire Brasil: cuando recreó las condiciones para que la producción aumentara recibió 33 mil millones dedólares de inversiones. Mientras Argentina no haga rentables a sus sectores productivos, no va a llegar ninguna inversión.
�¿Ustedes creen que hay algún margen para renegociar metas fiscales más flexibles con el FMI?
�Nosotros creemos que sí, en la medida en que se demuestre que hay un proyecto capaz de generar reactivación, lo que va a mejorar nuestra posición para honrar los compromisos financieros. El año pasado Brasil renegoció tres veces con el Fondo.
�¿El 1 a 1 peso-dólar está fuera de la discusión?
�Abolutamente. Ese es un tema que se va a tener que resolver en algún momento, pero no es algo para discutir ahora.
�¿Machinea es lo mismo que Fernando de Santibañes?
�No. Machinea tiene conceptos productivos claros y tiene una visión más cabal de la economía real. Ha estado muy condicionado por una herencia complicada que le hace difícil poder aplicar lo que �estamos seguros� él piensa que hay que hacer en una situación como ésta.
�¿Todavía está a tiempo para cambiar de política?
�Nosotros confiamos en que sí.
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