Por Pedro Lipcovich
Crecen las denuncias por abuso sexual infantil en colegios. Ayer se conocieron dos nuevas acusaciones: una en el jardín de infantes del Normal Nº 1 y la otra en un colegio primario del barrio porteño de San Cristóbal. Un especialista sostiene que �asistimos al momento en que el fenómeno del abuso sexual empieza a visualizarse socialmente�, y el defensor de menores que denunció el caso del Normal 1 explicó a Página/12 cómo deben hacer los padres para denunciar un abuso con la discreción necesaria para no �sobrevictimizar� a los chicos.
La primera de las denuncias fue efectuada contra un maestro del jardín de infantes del Normal 1 por el defensor oficial Atilio Alvarez: �El 29 de mayo un grupo de padres hizo la denuncia en la Defensoría, luego de haber consultado en un centro especializado en abuso de menores. Dos días después se separó al profesor, por orden de la Defensoría y con aceptación de la directora general de Educación de la Ciudad de Buenos Aires�.
En esos dos días, �yo había obtenido datos de siete criaturas �continuó Alvarez�: todos, con distintas palabras, narraban lo mismo�. La causa quedó a cargo de la jueza de menores María Cecilia Maiza. La denuncia no es por violación sino por abuso deshonesto contra nenas y nenes: �Todos los testimonios hablan de manoseos�, observó el defensor.
También ayer, Gladys Reigosa, madre de una niña de 8 años, alumna en la escuela José Federico Moreno, Humberto 1º 3171, acusó ayer a un maestro, en la puerta del colegio y ante periodistas, porque �varias veces le exigió que se sacara la ropa para manosearla�, además de �llevarla al baño de hombres y obligarla a que mirara cómo orinaba�. El padre de la niña, Horacio Rosas, había presentado la denuncia el domingo pasado en la comisaría 20ª. Tomó intervención la jueza de menores Adriana Leyras.
Ese maestro está con licencia médica desde el 7 de este mes. Según explicó a este diario una fuente de la Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, �la decisión de que no siguiera a cargo del grado no se tomó por abuso deshonesto sino por mal desempeño�, luego de una reunión de padres �en la que surgieron acusaciones de que se quedaba dormido en clase o no corregía los trabajos de sus alumnos�. En cuanto al abuso deshonesto, �la única que lo denunció fue aquella mamá, y las demás se mostraron sorprendidas�, según la misma fuente.
Alvarez señaló que �la mejor manera de proceder en estos casos es pedir asesoramiento especializado y concurrir a una defensoría de menores. Esto protege a los chicos de situaciones de escándalo que escarban en sus heridas y los marcan como abusados. Es importante que la denuncia sea colectiva, para que la prueba no recaiga sólo sobre un chico; la paidofilia es una perversión generalizada y las víctimas suelen ser varias. Además, cuando la denuncia la hace un defensor oficial, los padres quedan protegidos de ser a su vez enjuiciados por calumnia o falsa denuncia�.
Los casos se agregan al que fue denunciado la semana pasada en un jardín de infantes del barrio de Núñez, por el cual continúa detenido un maestro de música de 31 años, acusado de abusar de tres niñas.
El psicoanalista Juan Carlos Volnovich, autor del libro Claves de infancia, comentó a este diario que �estamos asistiendo a un momento muy particular, en que el fenómeno del abuso sexual, que para nada es nuevo, empieza a visualizarse por la sociedad, como ya sucede desde hace unos años con el maltrato infantil. Se lo detecta en espacios públicos, donde es más fácil que intervenga la Justicia, pero éstos son sólo la punta de iceberg del abuso, mucho más frecuente, en el ámbito familiar�.
También Alvarez destacó que �el grueso de los casos, hasta tres por día, son intrafamiliares: en la Argentina, el lugar más riesgoso para un niño es su propia casa�.
ASESINO A SU VICTIMA PERO ESCAPO SIN EL BOTIN
El robo que frustró el propio ladrón
Un hombre, que pocos minutos antes había retirado 4500 pesos de un banco, fue asesinado a mansalva por un joven, en un intento de robo que finalmente no se concretó porque el agresor huyó en una moto, junto con un cómplice, sin llevarse el dinero. El escenario del cruento ataque fue el local comercial de una fábrica de colchones, en Federico Lacroze 2483, en el barrio porteño de Belgrano. La víctima, de 46 años, murió tres horas después del ataque en el Hospital Pirovano.
Los hechos comenzaron pasado el mediodía, poco después de que un hombre que hasta anoche sólo había sido identificado por su apellido, Iturralde, argentino de 46 años, sacara dinero de la sucursal Belgrano del BankBoston. Voceros de la comisaría 33ª dijeron que la hipótesis que se maneja es que la víctima �advirtió que lo seguían y buscó refugio en el negocio de un amigo suyo�, ubicado a 150 metros de la entidad bancaria.
A las 12.30, cuando Iturralde se encontraba dentro del local comercial de Federico Lacroze 2483, uno de los presuntos ladrones entró al lugar y amenazó a Iturralde con una pistola calibre 45. �Dame la plata o te boleteo, dame la plata o te boleteo�, le dijo el ladrón a Iturralde, según relató uno de los propietarios del negocio.
Tal vez por el miedo que sintió al verse apuntado, Iturralde dio un paso y se tropezó con el borde de una alfombra. Eso lo hizo inclinarse hacia adelante y el ladrón, pensando que lo iba a atacar, disparó contra la víctima. Fue uno solo el disparo que hirió de gravedad a Iturralde, quien se desplomó sobre la alfombra, arrastrando una almohada en su caída. La escena fue observada y relatada a la policía por los dos dueños del local. El balazo, según consta en la autopsia, entró por el hombro, atravesó el cuello y salió por la espalda, lo que confirma la posición del cuerpo de Iturralde, semicaído hacia adelante, luego de tropezar en la alfombra. Una ambulancia llevó el cuerpo hasta el Hospital Pirovano, donde falleció a las 15.30, luego de ser sometido a una operación quirúrgica.
La vaina del proyectil fue encontrada en el lugar por la policía, que también realizó una fotofit del autor del crimen, quien actuó a cara descubierta. Una vez cometido el homicidio, el joven escapó del lugar sin llevarse un solo peso. Huyó en una moto Honda Translap que lo estaba esperando en la puerta del comercio y que era conducida por otro joven.
La policía cree que se trata de un hecho que fue �derivación de un clásico intento de robo dentro de la modalidad �salidera de banco��, descartando de plano la versión sobre una posible venganza. �Los testigos presenciales confirmaron que el ladrón le exigió el dinero, lo que confirma que lo habían visto mientras hacía la extracción en el banco.� Los investigadores tomaron otros testimonios de personas que aseguran haber visto a los ladrones merodeando la sede de la entidad bancaria. En el caso se dio intervención a la jueza Mónica Berdión de Crudo.
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