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En pie de guerra hasta el final, la Iglesia Católica largó su último embate contra el proyecto de ley de Salud Reproductiva y Procreación Responsable de la ciudad. Esta vez el Arzobispado de Buenos Aires lanzó un comunicado en el que reclama que �no se admitan métodos en los que cabe duda de efectos abortivos� y que se contemple la �objeción de conciencia� de los médicos ante la aplicación de la norma destinada a garantizar a la población, y especialmente a los adolescentes, el acceso a métodos anticonceptivos en hospitales públicos. Ante las presiones, ayer los diputados de la Alianza le imprimieron algunas aclaraciones al proyecto que será votado hoy: explicitaron que los métodos anticonceptivos incluidos en la ley no son abortivos y están autorizados por el Ministerio de Salud de la Nación, y abrieron la puerta a �promover cuando sea posible la reflexión conjunta entre adolescentes y padres�. Sin embargo, hoy la Iglesia y las organizaciones conservadoras volverán a protestar alarmadas también porque ayer en la comisión de Minoridad de la Cámara de Diputados de la Nación hubo acuerdo sobre un proyecto similar. El escenario de hoy al mediodía frente a la Legislatura será una contienda pública de las dos posturas básicas en torno al proyecto que como objetivo fundamental tiene el �garantizar el acceso de varones y mujeres a la información y a las prestaciones, métodos y servicios necesarios para el ejercicio responsable de sus derechos sexuales y reproductivos�. Tal como ya lo hicieron el jueves cuando el proyecto fue aprobado en comisión, Lita de Lázzari, la Liga de Madres de Familia y una decena de entidades del Movimiento Pro Vida ahora repudiarán la votación. En la vereda de enfrente también habrá manifestantes: organizaciones de mujeres que avalan el proyecto y militantes de las juventudes políticas de la UCR y el Frepaso que repartirán preservativos y no llevarán banderas. En esa contienda, que ha incluido durante las últimas semanas acaloradas declaraciones públicas de Lita y críticas del arzobispo platense, Héctor Aguer, se anotan en la oposición a la ley los diputados de Nueva Dirigencia y de un sector del PJ porteño que califican de �abortista� la ley. La estocada de ayer estuvo a cargo del Arzobispado de Buenos Aires, que emitió un comunicado de cuatro puntos dedicados a repasar lo que han sido los reparos durante el debate del proyecto. El eje de la crítica del Arzobispado es que �no se admita en la ley aquellos métodos en los que cabe la duda de efectos abortivos o se tenga certeza de los mismos�. Allí apelan a la �patria potestad� que, según el punto de vista católico, estaría siendo violada al permitírsele a los médicos de los hospitales públicos entregar información sobre anticoncepción a los menores de edad. En un segundo punto se refieren a la �objeción de conciencia por motivos éticos, morales y científicos� de los profesionales de la salud que no estén de acuerdo con divulgar los métodos que la Iglesia no acepta. La objeción de conciencia, rechazada por la Alianza, se resolvió al crear un registro de médicos de la ciudad que al inscribirse acuerdan el cumplimiento de esta ley, de manera que quienes no estén en él directamente no trabajarán en salud reproductiva. Esas críticas fueron rechazadas desde la Alianza por la diputada Gabriela González Gass, quien opinó que era �imposible aceptar la objeción de conciencia porque los métodos no son métodos abortivos�. Se refería al Dispositivo Intrauterino, incluido en la ley dentro de los métodos que serán promovidos desde la salud pública para evitar los embarazos no deseados. Los médicos y especialistas han explicado ya hasta el hartazgo que los DIU actuales no son abortivos porque no permiten la fecundación. En la polémica terció la electa diputada por Izquierda Unida, Vilma Ripoll, quien opinó que al limitarse a �detalles que la cúpula de la Iglesia objeta con manifestaciones y comunicados, se elude el debate de fondo sobre la necesidad de despenalizar el aborto porque siguen muriendo entre una y dos mujeres por día por abortos clandestinos�. Ayer se reunieron los legisladores de la Alianza para darle forma definitiva al dictamen de la mayoría que será votado esta tarde. Hasta ellos llegó el susurro del electo jefe de Gobierno porteño Aníbal Ibarra, quien sugirió retoques �de forma� al texto que ya había sido consensuado para �frenar las críticas erróneas de los sectores conservadores�. Así fue como, al hablar sobre la prescripción de métodos anticonceptivos, se especificó que en todos los casos serán �de carácter reversible, transitorio, no abortivos, aprobados por el Ministerio de Salud y elegidos por los beneficiarios�. Con ello, Ibarra refuta la crítica sobre el DIU, un método avalado por el ministerio, y de paso se pone en sintonía con los diputados nacionales de la comisión de Mujer, donde ayer consensuaron un proyecto similar al porteño para todo el país, con el aval del PJ.
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