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En Irlanda del Norte, siempre resultó difícil decidir quiénes son los más extremistas de los extremistas. Pero al gobierno laborista británico le ha costado convencerse de que los lealistas (es decir, los protestantes adversarios de un acuerdo con los católicos) son los que más tienen por perder en cualquier alteración del statu quo. Y la bomba que ayer explotó en una barriada católica de Belfast y dejó dos heridos graves, padre e hijo, confirmó la amenaza de poner fin a una tregua de seis años pronunciada un día antes por el grupo extremista probritánico Combatientes por la Libertad de Ulster (UFF). En otro hecho de violencia, el martes fue hallado un artefacto explosivo en la residencia de Peter Mandelson, secretario británico para Irlanda del Norte, en Hillborough Castle, que pudo ser desactivado. Según informó ayer Mandelson en Londres, desde enero se registraron unos 111 ataques �de estilo paramilitar�. Y advirtió que el atentado de ayer podía significar el comienzo del fin para las anunciadas liberaciones de presos norirlandeses. El servicio de ambulancias de Irlanda del Norte dijo que dos hombres, en edades de 59 y 29 años, resultaron gravemente heridos en el atentado de ayer. Uno de ellos estaba consciente y a los dos se les proporcionó asistencia médica mientras eran trasladados al Hospital Royal Victoria. La explosión abrió un hueco en el cobertizo del jardín de una casa con terraza ubicada en un vecindario en el occidente de Belfast. En el barrio, habitado por católicos republicanos, además ya se está registrando cierta tensión ante la próxima marcha unionista (es decir lealista, es decir de los protestantes que querrían que la ocupación británica durara por siempre), que será el sábado en el vecino distrito de Upper Springfield Road. El líder del Sinn Fein �brazo político del Ejército Republicano Irlandés (IRA)�, Gerry Adams, pidió ayer a la Comisión de Desfiles norirlandesa que ante la tensión reinante en el área ordene variar el itinerario de la marcha. Si se rompe el cese del fuego acordado con los grupos paramilitares, alertó ayer Mandelson en un discurso ante la Cámara de los Comunes, esto significaría la cancelación de la liberación anticipada de presos norirlandeses. Según el ministro, en lo que va del año se han producido 111 ataques paramilitares, tanto republicanos como lealistas: 54 tiroteos y 57 �palizas de castigo�, que estos grupos terroristas propinan a quienes ellos consideran que tienen un comportamiento �antisocial�. En Irlanda, la división clásica entre izquierda, centro y derecha se superpone con otras. En Irlanda del Norte la política ha estado siempre trazada por la línea que divide a católicos y protestantes. Y ahora, cada vez más, en este último bando hay una división novedosa cuyas consecuencias nadie es capaz de predecir aún: una enorme proporción de protestantes es partidaria de compartir el poder con los más radicales del Sinn Fein, y otra enorme proporción �más radical en su querer� no quiere convivir. Los primeros se adaptan y los segundos prefieren antes morir o matar. �Aún no se han dado cuenta de que los 80 años de dominación y sectarismo se han terminado�, dice Martin McGuinness, número dos del Sinn Fein. Durante medio siglo, desde la partición hasta el inicio del conflicto y la suspensión del poder autónomo, en 1972, los unionistas tuvieron el monopolio del poder en Irlanda del Norte. La discriminación no era sólo política: también la sufrían los católicos en términos de empleo, vivienda y educación. Esto se hizo cruelmente evidente en lugares como Londonderry, donde una mayoría católica era gobernada por la minoría protestante. Hoy, aquello es el pasado, pero muchos protestantes no parecen darse cuenta, a pesar de que el líder unionista �oficial�, David Trimble, el Sinn Fein y los propios resultados electorales se lo están recordando todos los días.
LA CUENTA REGRESIVA PARA EL GOBIERNO ISRAELI The Guardian de Gran Bretaña En Israel, las campanas empezaron a tocar a duelo ayer por el gobierno de Ehud Barak, a pesar de la posibilidad abierta de que los socios que se retiraron el día anterior cambiaran de idea a último momento. Los ministros del partido religioso ultraortodoxo Shas pueden retirar su renuncia antes de que se haga efectiva hoy, evitando así el colapso de la coalición. Pero aun si lo hacen, han acortado la duración del gobierno de Barak y puesto en peligro sus magras chances de alcanzar en los meses venideros un acuerdo de paz con los palestinos.
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