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 El director de Cultura de Santiago del Estero, Luis Ledesma, y el director del Teatro 25 de Mayo de esa ciudad, Gustavo Fayet, presentaron ayer sus renuncias al gobernador Carlos Juárez, en una consecuencia directa del escándalo nacional que suscitó la cancelación, por un acto de censura, de la puesta de la obra teatral �El cartero�, una adaptación de un texto del chileno Antonio Skármeta, protagonizada por Darío Grandinetti. El actor �que es director, productor e intérprete de la pieza� saludó la decisión de ambos, afirmando que fue �un disparate, una cosa de locos� la situación generada en Santiago del Estero. �No nos dejaron hacer la obra porque tiene una escena de desnudo�, recordó el actor, que tuvo un violento choque verbal con Ledesma, al ser cruzados en un programa radial ayer por la mañana. �Sos un mentiroso, hermano�, le espetó Grandinetti a Ledesma, cuando éste negaba haber actuado como un censor, horas antes de renunciar. Ledesma cortó al aire la comunicación.La filial Santiago de la Asociación Argentina de Actores había cargado duramente contra los funcionarios. �Este acto de censura previa �subrayó el gremio� ataca las libertades civiles y socava los cimientos de un Estado democrático, poniendo al descubierto una perversa política autoritaria, que desconoce y desprecia toda manifestación popular que entienda contraria a su pensamiento.� Los actores recordaron dos recientes episodios de censura en Santiago a espectáculos de tono revisteril, uno del cómico cordobés El Negro Alvarez, a quien le prohibieron aparecer con vedettes y otro de la inefable Silvia Süller, a quien le impidieron agregar funciones a un show de tono erótico. Grandinetti, en declaraciones a Radio Nacional, contó ayer que las autoridades santiagueñas le habían propuesto al empresario que organizaba una minigira por el Noroeste que eliminara la escena de desnudo para que la obra se montase sin problemas. Los funcionarios afirmaron, en un texto firmado por ambos, que hicieron eso porque la puesta les parecía �reñida con la dignidad, la moral, la familia y las buenas costumbres�. El comunicado de la renuncia conjunta parece confirmar las peores sospechas sobre los funcionarios. �Nuestra tarea de siempre fue bregar por mantener inalterables los valores tradicionales y de excelencia de nuestro arte, sin desviaciones reñidas con la dignidad, la moral, la familia y las buenas costumbres, que deben ser los pilares a robustecer frente al impudor�, dijeron Ledesma y Fayet. La función de �El cartero� fue suspendida el domingo, luego de una decisión personal de la vicegobernadora, Marina Aragonés, que es la esposa del gobernador. �El tema es que al frente de un teatro y de la Dirección de Cultura de la provincia están un abogado y un escribano, que deben ser buenos en sus profesiones, pero que no tienen nada que hacer al frente de un teatro y de una Dirección de Cultura�, ironizo Grandinetti. Los renunciantes afirmaron además en su comunicado que creen que �la difusión de la cultura no implica el relajamiento de los límites, pues de ser así ni los medios periodísticos respetarían ciertos parámetros y libremente podrían editar suplementos eróticos que afecten a la opinión pública�. Más claro, imposible.
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