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Por F.C. Luego de una semana convulsionada, Carlos Chacho Alvarez espera, confiado, el respaldo de Fernando de la Rúa en la reunión que el Presidente mantendrá mañana en Olivos con los senadores radicales. Las señales que recibimos hasta ahora son muy positivas, explicaban ayer cerca de Alvarez. Por las dudas, los senadores de la UCR se apresuraron a aclarar que no irán a Olivos con protestas sino con ánimo de analizar lo sucedido en los últimos días. Acá se vivió una crisis y es importante lo que pueda hablarse con el Presidente. Pero tampoco hay que poner tantas expectativas en esa reunión, respondió el presidente provisional del Senado, José Genoud. El conflicto interno se disparó luego de que el bloque de senadores peronistas votó contra los decretos del ajuste. En actitud provocadora, los justicialistas también presentaron un proyecto para sacarle a Alvarez las facultades administrativas del cuerpo. Fiel a su estilo, Chacho eligió llevar la pelea al terreno de la confrontación pública. Entre otras lindezas, acusó a los peronistas de ser una banda de extorsionadores que sólo se preocupaban por mantener sus privilegios. La ofensiva molestó a la conducción del bloque radical que, en minoría, vive preocupada por armar un sólido canal de diálogo con la bancada peronista. Alvarez advirtió que los gestos de los radicales no eran los que él esperaba. Consecuencia: no sólo redobló sus ataques contra el peronismo sino que acusó a los senadores de la UCR de no defender con convicción al Gobierno. La reunión del martes se hace para renovarle al Gobierno nuestro respaldo en las líneas generales de su accionar y para llevarle propuestas, explicó ayer Leopoldo Moreau, uno de los hombres del oficialismo más críticos con las políticas de la Rosada que ahora promete llevarle al Presidente su iniciativa para reestablecer los aportes patronales a las empresas privatizadas, bancos e hipermercados. Su rebeldía no sólo motivó las acusaciones de Chacho sino que también abrió fisuras dentro del bloque. Hay un senador radical que sale a hablar por los medios sobre el análisis de propuestas diferentes para el gobierno, pero cuando uno es oficialista y discrepa con alguna medida del Presidente tiene todo el derecho y es necesario llevarle propuestas, pero no a través de los medios, acusó ayer el delarruista José María García Arecha. No puede referirse a mí, todas las propuestas se las he llevado primero al Presidente, fue la veloz respuesta de Moreau. Las preocupaciones de Alvarez y el bloque corren por caminos diferenciados. Chacho busca ahora la manera de ahorrar los 7 millones que los senadores peronistas le impidieron cortar. Cerca del vicepresidente sostienen que hay un notorio exceso de personal en la Cámara Alta y que las culpas están repartidas entre varios peronistas. Pero que también hay radicales que deberían adecuar su plantilla a los nuevos tiempos. Mantienen la base del viejo sistema de prebendas políticas, argumentan voceros del vicepresidente. Lo que no admiten los voceros es que exponer el tema ante la opinión pública le ha servido a Alvarez para recuperar su imagen, un tanto alicaída luego de siete meses de gobierno. En cambio, los legisladores radicales quieren que el Presidente les explique cómo deben tomar la ofensiva de Alvarez. Hay quienes tienen miedo ante la estrategia mediática de Chacho, respondía ayer un allegado al bloque radical. Es que los senadores radicales advierten que en sus apariciones Chacho no hace tajantes diferencias entre peronistas y radicales. Otra de sus preocupaciones es la posición que deben tomar frente al bloque peronista, con el que obligatoriamente tienen que sentarse a negociar para sacar las leyes. Es fácil salir a hablar en contra de ellos por la radio. Pero después las negociaciones por las leyes las tenemos que hacer nosotros, razonaban en la conducción del bloque.
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