|
A priori, la nueva Cumbre de Presidentes del Mercosur, que se inicia esta mañana, promete ser la más distendida de los últimos tiempos. De dos años a esta parte más precisamente desde la devaluación del real, la Argentina y Brasil han venido apagando uno por uno los incendios que se fueron desencadenando tras la caída de la moneda brasileña. Por este motivo, la Cumbre que se desarrollará durante toda la semana en Buenos Aires intentará retomar la agenda perdida, como la convergencia macroeconómica y la inclusión de Chile y Bolivia como socios plenos del mercado regional. No obstante, todavía hay conflictos para resolver en distintos sectores (calzados, azúcar, autos) y los técnicos y ministros pasarán toda la semana negociando. En todo caso, los dos Fernandos De la Rúa y Cardoso tomarán esta cumbre como un barajar y dar de nuevo dentro del bloque. Junto con la foto que se sacarán el próximo viernes en la quinta de Olivos, el último día de la reunión, los presidentes de la Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay dirán que el relanzamiento del Mercosur es un hecho. El clima de tranquilidad que rodea a la cumbre no implica que no vaya a haber tironeos entre los especialistas de los cuatro gobiernos. Si bien es cierto que atrás quedaron algunos cortocircuitos, como en el comercio de textiles, que incluso amenazaron con hacer estallar al Mercosur, también es verdad que aún persisten diferencias que los países intentarán zanjar a lo largo de la semana. En este sentido, existen varios conflictos comerciales que aún restan solucionar. Autos: Uruguay y Paraguay ponen trabas al régimen automotor acordado por la Argentina y Brasil hace un par de meses. Los dos socios mayores del bloque coincidieron en dejar para más adelante la desregulación total del comercio de autos, manteniendo una política de aranceles durante los próximos seis años. Ahora, De la Rúa y Cardoso pondrán en juego toda su muñeca política para convencer a sus colegas Luis González Macchi (Paraguay) y Jorge Battle (Uruguay) para que adhieran y le pongan el moño al régimen común. Azúcar: será el punto más conflictivo de la cumbre ya que Brasil vendrá a la carga para reclamarle a la Argentina la liberalización de ese mercado. Mantendremos la protección por cuatro años más, se adelantó Antonio Berhongaray, secretario de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación. Y añadió: (quitar los aranceles) provocaría graves problemas económicos y sociales en las provincias productoras del noroeste. Necesitamos protección por cuatro años más para desarrollar un plan ordenado de reconversión del sector. La intención de Brasil de llevar a cero el arancel del 13 por ciento en el comercio de azúcar, a partir del 1º de enero de 2001, se debe a que el país vecino utiliza la caña como insumo para la elaboración de alconafta. De esta manera, disminuiría sensiblemente los costos de su economía ya que gran parte de los vehículos se mueven con alconafta. Visto desde la Argentina, el problema es distinto. Los funcionarios argumentan que Brasil, el principal productor y exportador de azúcar del mundo, subsidia su producción; que el producto es esencial para la subsistencia de las economías de las provincias del NOA; y que una gran cantidad de países del mundo protege su propia producción. Brasil aceptaría postergar la liberalización a cambio de que la Argentina se comprometa a aplicar un cronograma de reducción gradual del arancel a partir del próximo año. Calzados: se estancaron las negociaciones entre los privados para renovar el acuerdo que vence a fin de esta semana. Mientras los empresarios argentinos pretenden prorrogar el sistema de cupos para limitar el ingreso de zapatos importados desde el país vecino (4,4 millones de pares por semestre), los brasileños reclaman poder colocar sus productos en la Argentina de manera irrestricta. Las cámaras industriales de ambos países ya dijeron que el problema tendrá que resolverse entre los funcionarios, tal como sucedió hace un año. Arroz: Brasil pretende restringir las compras a sus socios del Mercosur aduciendo que puede autosatisfacer su demanda. En el 99, la Argentina le vendió cereal por 75 millones de dólares (500.000 toneladas). Arancel Externo Común (AEC): el país vecino quiere bajar el arancel para la importación de bienes de capital procedentes de países extrazona. En la actualidad, el AEC se encuentra entre 16 y 18 por ciento. Tribunales: Argentina propondrá la creación de un fuero permanente con jueces estables para dirimir las controversias. Brasil se opone, pero realizará una contrapropuesta, que consistiría en disminuir la cantidad de expertos que analiza cada conflicto.
|