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DE LA RUA BUSCA UN PLAN SOCIAL PARA SU GOBIERNO
Madre de todas las batallas

Ante su Gabinete, primero, y frente a legisladores aliancistas de ambas Cámaras después, el Presidente expuso la idea de un plan social único. Pidió aportes para generar políticas.

El Presidente se apresta a iniciar la reunión de Gabinete.


Por Eduardo Tagliaferro

t.gif (862 bytes) Luego del rechazo de los senadores peronistas a los recientes decretos de ajuste, la Alianza comprendió que el Congreso nacional es, hasta este momento, el principal escenario en el que se enfrentan el oficialismo y la oposición justicialista. Escenario que incluso puede poner en jaque al diálogo político. Para evitar el jaque peronista, todos los esfuerzos de los dirigentes aliancistas estuvieron destinados a unificar el bloque, su discurso y recuperar la iniciativa. Ayer el presidente Fernando de la Rúa recibió a las autoridades de ambas bancadas oficialistas para discutir la agenda parlamentaria y a su vez analizar de qué manera los legisladores pueden aportar proyectos a la gestión de gobierno. El Presidente repasó junto a ellos algunas propuestas gubernamentales y fijaron fecha para la próxima reunión, que se realizará cada 15 días, una vez finalizadas las habituales reuniones de Gabinete.
El presidente Fernando de la Rúa, acompañado por el jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, el secretario general de la Presidencia, Jorge de la Rúa, y el secretario de Políticas Sociales, Eduardo Bustelo, junto al titular de la Cámara baja, Rafael Pascual, y el del bloque de diputados, Darío Alessandro, los diputados Mario Negri, Horacio Pernasetti, y los senadores José Genoud y Raúl Galván, entre otros, analizaron la intención del Gobierno de tener �una política social más firme y definida�.
Terragno reiteró frente a los legisladores un informe que anteriormente había realizado en la reunión de Gabinete, en el que se describen algunos de los cerca de 68 planes asistenciales que actualmente están en vigencia en los ministerios de Desarrollo Social, Trabajo y Economía. Muchos de ellos no podrán unificarse en el programa que pretende el Gobierno, ya que son producto de créditos internacionales y están monitoreados por las instituciones prestamistas, Banco Mundial, BID, etcétera.
La idea del Gobierno es centralizar la mayor cantidad de programas en uno que sea la cara visible de la Alianza en políticas sociales. Este proyecto aparece como un tema todavía abierto a la discusión y se perfilan en el debate más de dos posiciones.
Una de las propuestas apuntará a crear nuevos puestos de trabajo, cuyo formato sería el de un subsidio directo a las pequeñas y medianas empresas que tomen mano de obra. Otra de las iniciativas �resistida por el gabinete económico� impulsaría que el dinero de ese subsidio esté dirigido a los jefes de familia desocupados. Como ambas propuestas dividen aguas en el Gabinete, ayer un importante legislador aliancista no descartaba que finalmente se llegue a un consenso entre las dos posiciones y surja una tercera que contenga aspectos de cada una de ellas. 
Terragno informó que, sin tener en cuenta los fondos del Fonavi, el Estado podría disponer de aproximadamente 2000 millones de pesos. En el futuro plan social se inscribe la iniciativa del �Padrón Unico de Beneficiarios�. Terragno informó que se llegó a identificar a cerca del 90 por ciento del total de los beneficiarios de la ayuda social. Esta tarea, según Terragno, habría permitido un ahorro cercano a los 40 millones de pesos. De esos 40 millones, 20 se habrían ahorrado cuando el PAMI, luego de revisar sus padrones, dejó de prestar servicios a personas fallecidas.
�El responsable de unificar y manejar estos planes, hoy por hoy, es el jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno�, dijo ayer el jefe del bloque aliancista en Diputados, Darío Alessandro, recordando los 180 días de plazo que le había impuesto De la Rúa al jefe de Gabinete. Así evitó definirse sobre un tema que genera más de un enfrentamiento interno en el Gabinete. 
De la Rúa planteó a los legisladores que para comenzar los rondas del diálogo político es una condición excluyente que los participantes reconozcan el estado económico social en el que se encuentra el país. El Presidente dijo que el diálogo debe realizarse en cuatro grandes campos a los que definió como: el de los partidos políticos, el del Parlamento, los gobernadores y el área económico-social. De la Rúa pretende que una de lasconclusiones del diálogo defina a las políticas sociales como políticas de Estado. 

 


 

IBARRA TIENE LISTO SU GABINETE 
Esperando a De la Rúa 

Por Santiago Rodríguez

Aníbal Ibarra no quiere postergar innecesariamente el anuncio de los nombres de los colaboradores que lo acompañarán en la primera línea del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y, si fuera posible, le gustaría hacerlo antes de viajar a Europa el sábado próximo. Lo que puede llegar a complicar su deseo es la demora del radicalismo en resolver qué dirigentes le propone para acompañarlo en su gestión. Ibarra no encontró en Carlos �Chacho� Alvarez objeciones a sus candidatos a ocupar cada uno de los diez cargos del gabinete porteño y la palabra la tiene ahora Fernando de la Rúa, con quien ya se reunió y volverá a hablar del tema antes de emprender su gira por Berlín, Londres y Barcelona.
Entre el domingo y el lunes, Ibarra se encontró por separado con Alvarez y con De la Rúa. En ninguna de las dos reuniones, ni siquiera en la que mantuvo con el Presidente, participó su vice Cecilia Felgueras, quien no está convencida en apurar el anuncio del gabinete porteño porque especula con que una demora le permitiría tal vez conseguir mayores beneficios para el radicalismo.
El eje de las charlas que Ibarra mantuvo con De la Rúa y Alvarez fue el mismo: les planteó cuál era su criterio para designar a sus colaboradores y los nombres que tenía pensados. Después pidió opiniones y sugerencias.
Equilibrio entre las fuerzas de la Alianza, incorporación de extrapartidarios como señal de la apertura de la coalición y candidatos adecuados al perfil de cada área son las reglas que Ibarra fijó para integrar su gabinete. Además, cuidó una adecuada representación de los diversos sectores del radicalismo, para lo cual habló personalmente con Enrique Nosiglia, Rafael Pascual y Jesús Rodríguez. 
Alvarez no puso reparos a los hombres que Ibarra designará en su gabinete en nombre del Frepaso, a pesar de la presencia de dos extrapartidarios en la nómina, como Jorge Telerman (Cultura y todavía resistido por Felgueras) y Filmus (Educación). La lista la completan Abel Fatala (Obras y Servicios Públicos) y Eduardo Hecker (Desarrollo Económico). Todo indica que la Secretaría de Gobierno también quedará para el Frepaso, aunque el nombre de su ocupante es una incógnita.
De la Rúa tampoco objetó a los radicales que Ibarra le mencionó para acompañarlo, pero le pidió tiempo para darle una opinión y quedó en hablarle en un par de días. Si los frepasistas se quedan con Gobierno, Ibarra quiere a Facundo Suárez Lastra en Justicia y a Miguel Pesce en Hacienda. Para las áreas de Salud, Planeamiento y Promoción Social está dispuesto a escuchar qué le ofrecen.


opinion
Por James Neilson

Las culpas son ajenas

Exportar responsabilidades es una vieja tradición nacional. Los militares fingían sospechar que los montoneros eran cubanos, cuando no rusos, disfrazados de argentinos, y muchos antimilitares se aseguraban que la guerra sucia se debió casi exclusivamente al adoctrinamiento yanqui. A su modo, unos y otros fueron víctimas de un mundo exterior malévolo que trataba a la Argentina como un laboratorio para sus experimentos más sádicos. Asimismo, la política económica de turno es siempre consecuencia de la vileza ajena. Ultimamente, �dirigentes� políticos de todo tipo, acompañados por pelotones de sindicalistas, obispos e intelectuales se las han ingeniado para convencerse de que si no fuera por la deuda �externa�, el FMI y el �neoliberalismo�, no sería necesario ajustar nada porque no existirían límites al dinero disponible. Todos viviríamos como reyes. Incluso al presidente Fernando de la Rúa le gusta dar a entender que en el fondo comparte dicho punto de vista, sobre todo cuando está hablando con brasileños, egipcios o nigerianos.
Para quienes piensan así, la �globalización� es un regalo caído del cielo. Siempre tuvimos razón, insinúan, nada fue culpa nuestra, somos juguetes en las manos de fuerzas foráneas malignas, pero no nos resignaremos, lucharemos. Y luchan, organizando manifestaciones callejeras contra �el ajuste del FMI�, fulminándolo en sermones y discursos furibundos, votando por derogarlo en el Senado, aguándolo en comisiones, fallando contra él en tribunales, actividades patrióticas si las hay.
¿Sirve para algo tanta militancia �antiliberal� por parte de quienes, por mucho que lo nieguen, están decididos a mantener el statu quo? Sí, para mucho. Casi todas las lacras que se denuncian son de origen interno, no externo, y achacarlas al resto del planeta es una manera muy eficaz de excusarse de afrontarlas. La desigualdad es por antonomasia un problema interno, pero puesto que por razones acaso comprensibles ni la clase política ni el clero tienen la más mínima intención de proponer la redistribución del ingreso �operativo que supondría no sólo el aumento de los ingresos de los pobres, lo cual sería buenísimo, sino también la reducción espectacular de aquellos de los demás, lo cual sería atroz�, para todos es incomparablemente más simpático hablar como si creyeran que por motivos misteriosos �la globalización� obligara a la Argentina a ser un país muchísimo más injusto que los desarrollados, además de tener que pagar dietas espléndidas a sus legisladores, a permitir la evasión impositiva en escala masiva y a tolerar niveles delirantes de corrupción.

 

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