Por David Cufré
En la Alianza crece el debate sobre el rumbo de la política económica. Va ganando adeptos la visión de que los próximos 90 días serán definitorios para modificar el mal humor social o, de lo contrario, se corre el riesgo de caer en una crisis grave. Arnaldo Bocco, economista de la Alianza y director del Banco Ciudad, le dijo a Página/12 que confía en un golpe de timón. �Los 90 días que vienen son invalorables. Habría que aprovecharlos�, sugirió, en su apuesta por abandonar la ortodoxia y propiciar medidas reactivantes.
�Machinea sostiene que el segundo semestre será el de la reactivación.
�Hay señales tenues, como el aumento de las exportaciones. En mi opinión, el equipo económico debería jugar un rol más activo para que podamos salir de la recesión. Machinea es un ministro que puede mostrar ortodoxia en lo fiscal y heterodoxia en lo productivo. Esa es su historia. El tiempo de la ortodoxia ya pasó, ya está. El mundo sabe que Machinea ha manejado bien la transición fiscal, que ha sido dolorosa y que el costo político fue alto. Ahora necesitamos del Machinea heterodoxo. Necesitamos un ministro con políticas públicas de alto vuelo para sacar a la economía de la recesión y cambiar el humor social.
�Sin embargo, en la reunión de ABA los banqueros volvieron a reclamar pruebas de disciplina fiscal.
�El discurso de la ortodoxia tiene una cuota de riesgo muy alta. El sector que pide más ajuste sabe que está ordeñando piedras. El recorte de gasto se hace a costa de pérdida de calidad de vida de un sector de la población. No creo que Machinea haya tomado medidas de ajuste y suba de impuestos con satisfacción, porque no forma parte de su filosofía de vida.
�¿Hay sectores de la Alianza que le reclaman a Machinea un cambio de rumbo?
�Hay sectores de la Alianza, cada vez más activos, dispuestos a seguir ayudando a Machinea. Acá hoy dos posibilidades: caer en la melancolía de que no se puede hacer nada mejor o montarse en un debate positivo. Creo que hay un sector tanto del radicalismo como del Frepaso, movilizado para allegar iniciativas parlamentarias, políticas, que ayuden a resolver los problemas y que el Gobierno tenga éxito en cambiar el humor. Necesitamos lograr el crecimiento y avanzar hacia el 2001 con posibilidad de discutir otras cosas más fuertes.
�¿Al equipo económico se le agota el tiempo para mostrar resultados?
�Los 90 días que vienen son invalorables. Habría que aprovecharlos.
�¿Son definitivos?
�Para este ciclo, sí. Si los excluidos y los que perdieron calidad de vida con Menem le dieron cuatro años para que se fuera, a la Alianza le dan seis meses para recuperar calidad de vida. Las mismas personas son fuertemente demandantes de otras políticas. Esa gente se siente miembro de la Alianza, no del menemismo. Contra Menem sabía que estaba luchando. Con la Alianza, el que está ocupado quiere que le conserven su trabajo, el desocupado que se lo generen y el subocupado que le den trabajo estable. Porque votó a la Alianza y viene soñando con otra cosa.
�¿Hay que barajar y dar de nuevo?
�Es un momento donde el mal humor se combate con políticas precisas de recuperación del mercado interno y un debate fuerte sobre la estrategia de largo plazo. Lo bueno de los últimos 30 días fue que en el Gobierno, el Congreso y en la sociedad civil, con los empresarios, los sindicatos y la Iglesia, se puso sobre la mesa el debate del proyecto a largo plazo. Hay ambiente para discutir otras cosas.
�¿El equipo económico está dispuesto a sumarse a ese debate?
�Creo que Machinea tiene una justa apreciación de la coyuntura y otros funcionarios de su equipo también. Si en 60 o 90 días hay inestabilidad fiscal, si el ciclo sigue siendo poco alentador, es obvio que vamos a tener problemas y tal vez otro ajuste. Quiero pensar que antes de 90 días habrá medidas para cambiar el humor. No niego que se pueda pensar en elprimer escenario, pero prefiero que pensemos el segundo. No por una victoria política o intelectual, sino sencillamente porque la gente está esperando eso del Gobierno.
�¿La crisis de la economía puede desatar una crisis política y social, como advierte la UIA?
�Muchos empresarios creen que estamos al borde del abismo. Yo no. Para mí estamos en medio de un clima de mal humor, en medio de un pantano. De no salir del pantano, el pantano se convierte en ciénaga. Ahora, si uno pone esfuerzo, creatividad y suma voluntades, con la sinergia que eso puede producir en el interior de la Alianza, hay capacitad de fortalecer al Gobierno, y ayudarlo a que apele a instrumentos no ortodoxos. El riesgo país también baja con menor desocupación, mejor educación y un Estado fuerte.
SE DEFINIO EL REGIMEN AUTOMOTOR PARA EL MERCOSUR
�El acuerdo está consensuado�
Argentina y Brasil lograron zanjar sus diferencias sobre el régimen para el sector automotor. Tras la reunión mantenida por los negociadores de ambos países en el Palacio San Martín, el ministro extraordinario brasileño para cuestiones del Mercosur, José Botafogo Gonçalvez, sostuvo que el acuerdo estaba cerrado y que las delegaciones habían ajustado la letra fina del nuevo régimen. En tanto la secretaria de Industria, Débora Giorgi, confirmó que Paraguay aceptó los términos acordados, pero aún restaba sumar la conformidad de Uruguay.
En el caso de los dos socios mayores, las negociaciones se habían dilatado por la marcha atrás de Brasil sobre algunos puntos aceptados inicialmente, en particular en la inclusión de los rubros de maquinarias agrícolas, acoplados y carrocerías para transportes colectivos en el intercambio comercial compensado. Los industriales de aquel país habían reclamado las condiciones acordadas por sus diplomáticos en marzo. Sin embargo, Argentina no aceptó resignar los primeros acuerdos, pues Brasil posee en estos items un importante superávit comercial. Pero finalmente el acuerdo parece haber llegado. Al menos Botafogo Gonçalvez fue contundente: �está todo consensuado�, declaró.
Las dudas persistían, al igual que tras los acuerdos de marzo, sobre la aceptación de Paraguay y Uruguay, países que al tener nula o escasa producción propia, y consecuentemente mayores importaciones, rechazaban en especial el nivel del arancel externo común, previsto en el 23 por ciento, bien por debajo del 35 por ciento de los socios mayores, diferencia que lleva a eliminar la palabra �común� cuando en adelante se hable de la política automotriz del Mercosur.
Sin embargo, a última hora de ayer, la secretaria argentina de Industria confirmó que Paraguay había aceptado sumarse a la nueva política automotriz, aunque faltaba superar la resistencia de Uruguay, quien pidió extender hasta hoy el plazo para dar una respuesta. Giorgi explicó que para destrabar el acuerdo, Argentina y Brasil ofrecieron incrementar los cupos uruguayos para la importación de autopartes manteniendo el arancel del 2 por ciento. En el caso de Paraguay se les ofreció también un arancel intrazona. A cambio, los guaraníes se comprometieron a �regularizar� sus registros de propiedad automotor y a limitar la importación de usados.
En un plano más académico y sin grandes matices, el tema Mercosur fue debatido ayer en la reunión anual de ABA. A la diputada aliancista Beatriz Nofal le tocó defender los argumentos oficiales. En su exposición se repitieron cuestiones tales como �relanzamiento� y �convergencia macroeconómica�.
|