Por M.G.
Se puso muy enfático para decirlo: �El liderazgo político y el gobierno son cruciales�. Y fue todavía más tajante cuando pidió �que el mercado y el comercialismo no invadan todo�. Anthony Giddens, el teórico de la Tercera Vía, repartió algunas vaguedades por Buenos Aires, donde pasó tres días con el auspicio del British Council, pero ayer a la mañana se las ingenió para dejar un par de frases agudas durante un seminario en la hermosa residencia del embajador británico sobre las barrancas de Plaza Francia.
William Marsden invitó a que cuarenta personas compartieran en el salón de su casa un debate con Giddens, el intelectual preferido de Tony Blair, a quien Giddens aportó la idea de que la Tercera Vía es la alternativa entre el viejo laborismo keynesiano y el salvajismo neoliberal al estilo Margaret Thatcher.
�La clave es cómo aplicar políticas de centroizquierda�, detalló ayer Giddens, que dirige la poderosa London School of Economics. Parado, con un micrófono inalámbrico en la mano y en mangas de camisa, dio su clase delante de un enorme tapiz, al costado de dos retratos reales y un piano de cola, en el mismo salón donde hace dos años británicos y argentinos vieron juntos la derrota inglesa en el último Mundial. En primera fila, junto a Marsden, lo escuchaba el ministro de Trabajo Alberto Flamarique, el único miembro del gabinete que aceptó el convite.
�Un problema básico es la crisis de legitimidad de los políticos por la baja credibilidad que sufren�, enunció el académico. �Otro es la desigualdad�, rezó sin demasiadas precisiones. Y después pidió �más gobierno, no menos gobierno�, una fórmula que reemplaza a la que antes pedía más Estado. Un modo de seguir la recomendación sería, hoy, cumplir con lo que llamó �segunda ola de democratización, basada por ejemplo en el federalismo y la transparencia�. Otro, una �política de redistribución que acompañe a la severidad en la recaudación de impuestos�.
Otro académico, el argentino Marcelo Cavarozzi, de la Universidad de San Martín, bajó el planteo más a tierra. �En América latina sufrimos por la pérdida de soberanía, problema especial en el Caribe y México; por la irrelevancia creciente de las instituciones democráticas, que aqueja sobre todo al Cono Sur; y por la destrucción del vínculo social, que afecta mucho a los países del área andina�.
La irrelevancia podría plantearse así: �La degradación de la democracia no va a terminar volteando a nadie, pero irá corroyendo a las democracias�.
El diputado Marcelo Stubrin dijo a Giddens que en la Argentina �la sociedad pide al Estado cosas que no son compatibles con el mercado�, y le contó que el peso anual de la deuda �es mayor que los gastos operativos del Estado�.
�Yo prefiero siempre discutir políticas alternativas que imaginar quejas alternativas�, dijo pragmático Giddens, que ante otras preguntas aprovechó para dejar dos conceptos iconoclastas:
�La desigualdad en Alemania está creciendo más que en los Estados Unidos, y eso que en el primer caso el sistema del Estado de Bienestar es más sólido que en el segundo�. Traducción: olvídense de Keynes.
�Ningún país escapa a ciertas tendencias. En Francia, Lionel Jospin privatizó más que Carlos Menem.� Traducción en clave interna: Jospin aparece en Europa como el crítico principal de la Tercera Vía, casi en la posición del sociólogo francés Alain Touraine, quien sostiene que se trata de una coartada teórica para que la socialdemocracia pueda desplegar políticas de derecha. Si es más neoliberal que el más neoliberal de los latinoamericanos, no tiene derecho a criticar a Blair, ni a Giddens, desde una postura situada más a la izquierda de ambos.
El experto laboral Ernesto Kritz preguntó al profesor cómo podía pensarse en mayor estabilidad política con tanta inestabilidad en eltrabajo. �Así es el nuevo mundo�, fue la reflexión más concreta de Giddens.
Naturalmente, retomó conceptos sobre la globalización desarrollados en su último libro Un mundo desbocado: los efectos de la globalización en nuestras vidas. Su idea principal es que el cambio más importante no reside en el mercado global sino en la modificación introducida en la naturaleza de la familia, en la sociedad, en el conocimiento. Dio un dato: en Gran Bretaña, el sector manufacturero representa hoy solo el 15 por ciento de la economía.
Para Giddens, tampoco la pobreza puede explicarse por la economía global. �La clave es en qué condiciones entra cada país en la globalización�, dijo. La frase puede quedar de esa manera, más bien genérica, o puede ser llenada con otro criterio: por ejemplo, teniendo en cuenta que la Argentina se articuló con la economía global sobre la base de fortalecer la concentración interna y afirmar el poder de los grandes grupos económicos locales.
Una interpretación, u otra. Una conclusión determinada, o una conclusión totalmente distinta. La mañana con Giddens, considerado por los sociólogos como un teórico brillante, dejó la sensación de que, cuando se vuelca a las propuestas políticas, el profesor entona la melodía de los consultores de campaña, tan centrada y carente de aristas como la música funcional.
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