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Desde Washington el Banco Mundial
le hizo un guiño a De la Rúa 

El organismo aprobó su estrategia para Argentina, que para los próximos cuatro años prevé créditos por 3000 millones de dólares. Historia de una disputa secreta.

Myrna Alexander, la canadiense directora del Banco Mundial para Argentina.
De muy buena relación con el menemismo, ahora trata de reacomodar las fichas con la Alianza.


t.gif (862 bytes) El Banco Mundial aprobó su estrategia para Argentina de los próximos cuatro años, la cual prevé desembolsar en el período créditos por un monto de 3000 millones de dólares. El documento en cuestión, aprobado ayer por el directorio de la entidad en Washington, es el habitual Country Assistance Strategy (CAS), que fija la política que el Banco tendrá con el país en esta nueva etapa: desde la receta para avanzar más rápidamente con la desregulación del sistema de obras sociales, la reforma del sistema de salud y la flexibilización laboral hasta el reclamo de llevar el ajuste fiscal a las provincias. En los últimos meses, se había desatado una fuerte puja entre funcionarios de la administración De la Rúa y del Banco, ya que éstos últimos impulsaban un mecanismo que hubiera dejado a Argentina fuera de los países en condiciones de seguir recibiendo préstamos de Washington. El gobierno argentino también logró que la estrategia sea revisada cada año, de modo tal que pueda ampliarse el volumen de préstamos programado. Por otro lado, el Banco emitió un comunicado felicitando al presidente De la Rúa por su decisión de profundizar el ajuste más allá de las circunstancias políticas. 
La representación local del Banco Mundial �encabezada por la inflexible Myrna Alexander� viene propiciando desde hace algún tiempo la �graduación� de Argentina dentro del esquema de asistencia del organismo. El argumento es que, dado su alto nivel de ingreso per cápita, el país debía ser retirado del grupo que necesita de los préstamos del Banco, liberando así recursos para los países verdaderamente pobres que requieren de los créditos para fines sociales. El planteo �como reveló Página/12� fue realizado por primera vez el año pasado, cuando todavía Roque Fernández estaba al frente del Ministerio de Economía. E incluso contaba con la simpatía del ortodoxo ex ministro y del ex presidente Menem, quienes soñaban con que el �galardón� de la graduación pudiera pavimentar el camino del país hacia el Primer Mundo, al mejorar su reputación ante los mercados financieros privados. 
Más aún, esta misma idea llegó a seducir a algunos integrantes del equipo de José Luis Machinea en los últimos meses. Sin embargo, en la práctica, esto hubiera significado que Argentina no pudiera disponer más de los habituales préstamos para obras sociales y de infraestructura que otorga el organismo en un país donde el 36 por ciento de la población vive bajo la línea de pobreza. Por eso, siguiendo una orden presidencial, tanto el jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, como el propio Machinea asumieron la misión de defender la posición contraria a la graduación, argumentando que el ingreso per cápita no era un indicador válido del nivel de desarrollo económico de un país, sino que también debían tenerse en cuenta otras variables como ser: desigualdad en la distribución del ingreso y desigualdad geográfica del desarrollo dentro de un mismo país, entre otros. 
Finalmente, las autoridades del Banco en Washington aceptaron esta posición. Y el directorio ayer aprobó un esquema de crédito de 3000 millones de pesos para los próximos cuatro años. Es bastante menos que los 1500 millones de dólares anuales que vino recibiendo Argentina en los últimos años, y la restricción se explica por la presión de Estados Unidos, en el directorio, por recortar fondos destinados a países de desarrollo intermedio como Argentina para redireccionarlos a los más pobres. Sin embargo, existe la alternativa de aumentar los créditos, en especial bajo una situación de crisis, porque �por primera vez� se aceptó que el CAS sea revisado anualmente y no sólo cada cuatro años. 
Un tema todavía pendiente es el desembolso de préstamos aprobados en años anteriores que están trabados porque el gobierno argentino no dispone de los fondos de contrapartida local necesarios para activar los programas. Según explicó Terragno, en las próximas semanas el gobierno buscará la fórmula para reponer estas partidas, ya que �de otro modo� todo el cronograma de desembolsos con el Banco quedaría congelado. �Nuestra estrategia busca apoyar al gobierno en su esfuerzo por reducir la pobreza y profundizar las reformas�, dijo Myrna Alexander, ayer desde Washington. En tanto que el Banco emitió un comunicado felicitando al gobierno argentino por �seguir el ajuste fiscal a pesar de las circunstancias económicas difíciles, mientras toma medidas para proteger el gasto social esencial dirigido a los grupos más vulnerables de la población�.

 


 

PELEA POR EL AZUCAR ANTES DE LA CUMBRE DEL MERCOSUR
Preparando el flash para la foto

Dos fueron las cuestiones que se destacaron en las reuniones previas a la cumbre de presidentes del Mercosur del próximo viernes. Por un lado, tras haber superado las diferencias sobre el régimen automotor, Argentina y Brasil comenzaron a analizar el comercio bilateral de azúcar, uno de los puntos más ríspidos que restan entre los dos socios. Por otro, la negativa de Uruguay a firmar el acuerdo automotor amenaza el inicio de la política automotriz regional.
Los negociadores argentinos, encabezados por el vicecanciller, Horacio Chighizola, y la secretaria de Industria, Débora Giorgi, escucharon del ministro brasileño para asuntos del Mercosur, José Botafogo Gonçalvez, el reclamo por la reducción progresiva de las restricciones locales al ingreso de azúcar. El vicecanciller argentino sólo respondió que se encuentra en elaboración un proyecto de comunicación sobre el particular que será mencionado en la Declaración de la Cumbre de Presidentes. La cuestión azucarera es particularmente sensible para Brasil, quien tiene una importante sobreproducción debido a su régimen promovido para la producción de alcohol de caña con destino a alconaftas, proceso donde el azúcar es un excedente. Para Argentina, en cambio, una mayor apertura destruiría la producción local y agravaría la ya delicada situación por las que atraviesan las regiones productoras, en particular las provincias de Salta, Tucumán y Jujuy. Sin embargo, Chiguizola adelantó que desde el Ejecutivo se estudia un proyecto para ofrecer a estas regiones alternativas de reconversión económica.
En tanto, en materia de autos, Uruguay todavía no aceptó la propuesta ya firmada por Argentina, Brasil y Paraguay para el establecimiento de la denominada Política Automotriz Común. Pero los negociadores de los dos socios mayores adelantaron que si los orientales finalmente no aceptan, firmarán un acuerdo tripartito. Aquí, los desacuerdos principales se producen por el nivel de arancel para las importaciones extrazona. Precisamente, el caso automotor fue destacado especialmente como un punto aparte, fuera de los 11 temas de análisis para el relanzamiento de la Unión Aduanera.

 

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