Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


Clinton dice un �sin embargo...�

Ayer el presidente Bill Clinton respaldó el aligeramiento del embargo contra Cuba, pero criticó las restricciones del Congreso.

Muchos esperan que ahora Cuba pueda importar alimentos. 
Sin embargo, Clinton se pregunta si realmente habra ventas. 


t.gif (862 bytes) Ayer el presidente norteamericano Bill Clinton se mostró decididamente ambiguo respecto al aligeramiento del embargo contra Cuba. Aseguró que �respaldaba� la medida. Pero al mismo tiempo dio a entender que, tomando en cuenta todas sus restricciones, el acuerdo logrado el martes en el Congreso podría constituir un revés para su política hacia Cuba. �Lo que yo quiero saber es si esa ley traerá beneficios para nuestra estrategia de acercarnos al pueblo cubano sin respaldar a Fidel Castro�, explicó. En cualquier caso, el presidente enfatizó que Cuba no puede esperar nuevos aligeramientos en tanto que �no se produzcan cambios fundamentales allí�. 
Irónicamente, las dudas de Bill Clinton lo acercaron ayer a la posición del mismísimo Fidel Castro. Si bien el líder cubano todavía no se ha pronunciado al respecto, altos funcionarios de su gobierno criticaron duramente un aligeramiento que, según ellos, �no cambia el embargo, sino que lo empeora�. Ayer quien habló extensamente sobre el tema fue el ministro de Salud, Carlos Dotres. Listó cuatro motivos por los que la supuesta abertura del embargo no era tal: a) Cuba deberá pagar todo lo que compre en efectivo, del cual es crónicamente escasa; b) el acuerdo no modificó las laberínticas normas en Estados Unidos para el comercio con Cuba; c) la falta de relaciones bancarias entre ambos países significa que La Habana deberá triangular con otros países para realizar los pagos en efectivo, lo que subirá el costo total, y, por último, d) el acuerdo no aligeró las duras restricciones que rigen sobre las embarcaciones de carga que naveguen entre Cuba y Estados Unidos. �Las limitaciones y obstáculos alrededor de esta medida prácticamente la convierten en un enunciado que no podrá ser llevado a los hechos�, sintetizó el ministro. 
A grandes rasgos, y con mucha cautela, Clinton reveló ayer algunas coincidencias con la posición cubana. La política de su gobierno, recordó, es mejorar las relaciones entre los pueblos cubano y norteamericano. Y lo pactado el martes entre los líderes republicanos del Congreso podría socavar ese objetivo. Primero, dadas las restricciones para la compra de alimentos y medicinas, �hace falta un análisis para ver si realmente habrá nuevas ventas con esta ley�. Segundo, hay que recordar que el acuerdo endurecía las restricciones al turismo norteamericano en Cuba. Esa fue la libra de carne con la que se compró el apoyo de los congresistas cubanosamericanos al acuerdo. Y Clinton consideró que podría traer malas consecuencias: �Podría socavar los contactos entre nuestros pueblos, que han ido aumentando los últimos meses y que yo considero muy importantes�. 
De todos modos, el presidente recordó que el levantamiento del embargo dependía de que se cumplan las condiciones establecidas por la Ley para la Democracia en Cuba de 1996. O de que se la modifique. Clinton estimó que �no podremos cambiar esta ley, pues no existe una mayoría bipartidista que considere que el gobierno cubano ha realizado esfuerzos para tendernos la mano�. Todo depende entonces del régimen en La Habana. Y Clinton mantuvo fuertes reservas sobre la voluntad de Fidel Castro de mejorar sus contactos con Estados Unidos: �Me pregunto si el señor Castro espera que nunca normalicemos nuestras relaciones, de manera que pueda seguir usándonos como una excusa para los fracasos de su régimen�. 


opinion
Por Jorge Telerman *

La normalidad más rara

Probablemente Cristóbal Colón nunca haya dicho que Cuba es la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto. Sin embargo, nadie se atreve a discutir la veracidad de esa frase apócrifa, so pena de ganarse el desprecio de ese estupendo pueblo.
Lo que sí puede afirmarse es que Cuba fascina. Cuba ha fascinado a lo largo de su historia a españoles de derechas y de izquierdas; a los norteamericanos �desde Lucky Luciano hasta Hemingway y Francis Ford Coppola, que paga multas al fisco americano por ese amor� a los soviéticos �que nunca comprendieron ni a Cuba ni a los cubanos�, a los angoleños y a los argentinos; a los intelectuales, a los revolucionarios y a los contras; a los músicos y a los cantantes de boleros; a los mejores futbolistas de la historia y a los turistas europeos. Todos ellos, todos nosotros, se fascinan con ese país bello y contradictorio, y con ese pueblo alegre, inteligente, culto y sensual, algunos de cuyos componentes suelen embullarse �consulte el lector el diccionario de cubanismos� y se suben a una balsa para cruzar el estrecho de La Florida.
Una mujer cubana, embullada, subió con su pequeño hijo Elián a una de esas balsas y, sin saberlo, aceleró la historia: la mayor potencia del mundo empieza a tomar nota de que no tiene por qué preocuparse por el -imposible� peligro que significaría tener a 100 kilómetros de su costa un país que le ocasionó más de un dolor de cabeza en el pasado, pero que ahora, crisis económica mediante, ha reconvertido a sus submarinos en atracciones turísticas.
Una vez más, David fue más sabio que Goliat. Fidel Castro percibió, desde el inicio, que la crisis desatada por el niño balsero le ofrecía una oportunidad inestimable: fortalecer la cohesión interna del pueblo cubano y exponer urbi et orbi las habituales actitudes irracionales de la mayoría del exilio cubano de Miami. Lo que seguramente no evaluaron los más intransigentes de los exiliados cubanos fue el fortísimo rechazo que sus actitudes iban a producir en el mismo pueblo americano, desinteresado habitualmente de los vaivenes de la relación entre Whashington y La Habana. Los norteamericanos en general, y los actores políticos, periodísticos y económicos en particular, comenzaron a decir en voz alta lo que antes se decía bajito: fue la tarea de lobby de ese grupo, y no la defensa genuina de los intereses de los EE.UU., quien determinó �sobre todo luego de la desaparición de la URSS� las estrategias de Washington sobre la isla.
Para los herederos de Mas Canosa, las imágenes televisivas de sus acciones ampulosas y sobrecargadas, emitidas de costa a costa por todos los noticieros de la TV americana, tuvieron consecuencias catastróficas: la opinión pública norteamericana estaba azorada ante las manifestaciones de histeria de un grupo que anteponía su interés al de la nación americana. Y, para colmo, transgrediendo principios inviolables: el respeto a las decisiones de la ley jurídica �la de acatar sus dictámenesy a las de la Ley Moral: no impedir que un padre se reúna con su hijo. La payasada del video mostrando a Elián recitando un papel escrito por un mal guionista fue la gota que derramó el vaso de la buena conciencia americana.
¿Qué pasará de ahora en más? En lo inmediato, los cubanos podrán comprar medicamentos y alimentos indispensables a un precio mucho más razonable y el poder político norteamericano ya no escuchará tanto lo que dice Miami cuando decida sus políticas hacia Cuba. Y en el mediano plazo, veremos que esta decisión ha sido la primera de una serie de medidas que seguramente llevarán a la normalización de la relación entre el país más poderoso y pujante de la tierra y uno de los más pequeños y fascinantes. Ese día celebraremos la normalidad más rara de la época, por que el embargo o el bloqueo, conforme al corazón del lector, es anacrónico, torpe y como recordó Juan Pablo II, éticamente injusto e inaceptable. Todos lo saben, ytodo indica que, con sus propios tiempos, los poderes políticos norteamericanos han comenzado a obrar en consecuencia.

* Ex embajador argentino en La Habana.

 

PRINCIPAL