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Ibarra volvió a decir no y Felgueras fue a Olivos

La vicejefa electa hizo un último intento para mantener el área de descentralización. Ibarra no accedió. Felgueras fue a quejarse con De la Rúa.

Una pareja en momentos tensos. Ibarra hizo su juego. Felgueras quedó herida. Habrá reconciliación.
Anoche, la interventora del PAMI hacía su último intento ante De la Rúa para retener un área perdida.


Por Santiago Rodríguez

t.gif (862 bytes) Fernando de la Rúa. Esa es la última carta que Cecilia Felgueras decidió jugar para tratar de mantener bajo su dominio la Subsecretaría de Descentralización porteña y a última hora de ayer fue en busca de un pedido presidencial �que ni siquiera los suyos se atreven a pronosticar si De la Rúa querrá formular� para que Aníbal Ibarra afloje en su decisión de no cederle a su vice el control pleno sobre esa área. Aunque Ibarra tiene casi resuelto aceptar al candidato de Felgueras para Salud, Marcos Buchbinder, la indefinición en torno de Descentralización le impediría dar a conocer hoy su gabinete. De todos modos, el futuro jefe de Gobierno no descarta la posibilidad de anunciarlo mañana, antes de viajar a Europa.
Felgueras contaba desde un principio que uno de sus hombres de mayor confianza, Daniel Siciliano, formaría parte del gabinete. Ahora, la única alternativa que le queda es tratar de colarlo en Descentralización. Las obligaciones partidarias le bloquearon, con Daniel Figueroa, la Secretaría de Promoción Social, que era el otro lugar posible para Siciliano. Ibarra puso a su compañera en un brete cuando le dijo que debía elegir si Descentralización seguía dependiendo de la vicejefatura de Gobierno y se designaba a un frepasista para conducirla o se la pasaba a la órbita de la Secretaría de Gobierno y se nombraba a un radical a su cargo.
A primera hora de la tarde de ayer, Felgueras llegó al despacho del frepasista en la Legislatura, donde Ibarra trató de hacerle comprender que había desempeñado un buen rol en la discusión por la integración del gabinete y le deparó el mismo futuro para cuando estén en el Gobierno. Ambos hablaron también de Salud y de Buchbinder, a quien Ibarra está a punto de aceptar entre sus colaboradores.
Felgueras insistió con la posibilidad de que Descentralización quedara bajo la dependencia de la vicejefatura de Gobierno como en la actualidad, pero Ibarra le expresó con claridad que no está dispuesto a cederle todo el control de esa área. A Ibarra le resultaría difícil explicar al interior del Frepaso una aceptación del pedido de Felgueras porque Liliana Chiernajowsky hace años que viene trabajando en el tema de descentralización y ahora reclama esa subsecretaría que, además, es un área no menor.
Desde Descentralización se manejan los 17 Centros de Gestión y Participación (CGP) porteños, una formidable plataforma para hacer política de cara a las elecciones que a más tardar habrá que celebrar en el 2003 en las comunas en que se dividirá la ciudad. Se trata de un plato apetecible para ambos: Felgueras sabe que para hacer pie dentro del radicalismo debe construir cierto poder territorial y contar con una estructura que le responda; lo mismo necesita Ibarra para cualquier proyecto futuro que aspire a encarar.
El destino del socialista Norberto La Porta se constituyó en una duda de último momento. Ibarra no quiere cambiarle su lugar en el gabinete por un cargo de menor brillo y analiza alguna alternativa en ese sentido o la posibilidad, incluso, de dejarlo al frente de la Secretaría de Medio Ambiente.

 

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