Era el primer examen complicado y lo superó con altura. Argentina demostró toda su jerarquía al ganarle 3-1 a Colombia en Bogotá y quedó como único líder del grupo con el puntaje ideal. Las intenciones del equipo argentino quedaron bien marcadas desde el comienzo. Simeone se plantó diez metros adelante del círculo central, con lo que Argentina se afirmó en ese sector para adueñarse de la pelota. Y lo logró. Sin grandes lujos, pero con una buena presión en la salida rival, el equipo de Bielsa logró un leve predominio. Incluso pudo ponerse en ventaja, con dos muy buenas intervenciones de Batistuta, aunque Córdoba controló bien.
Argentina era más porque Ortega arrastraba a los del fondo y los desordenaba, y Batistuta era una amenaza permanente para Córdoba. Además, la mayor virtud que mostraba la Selección quitarle la pelota a los locales, que apenas la podían sostener cuando le llegaba a Oviedo. Por eso, más allá de algún sobresalto, Argentina casi no sufrió el trámite del partido. Y cuando el dominio se iba tornando cada vez más evidente, Argentina golpeó. Ortega apiló a tres colombianos por el medio del área y alcanzó a habilitar a López, que esperaba abierto. El Piojo la cambió toda para Batistuta, que llegó por el segundo palo para tocar al gol. Un golazo por la ejecución y por la concreción.
Claro que Argentina se desconcentró un segundo y lo pagó carísimo. Dos minutos después de quedar en desventaja, Colombia llegó al empate luego de un error de Bonano, que falló en la salida y permitió que Oviedo lo anticipara. El impacto de la igualdad se sintió. El equipo perdió parte de la fisonomía que había exhibido hasta ese momento, aunque nunca pudo ser desbordado por los locales. Tanto es así, que hasta en el peor momento siguió siendo más peligroso que su rival. Y cuando parecía que el primer tiempo se iba igualado, el Piojo le robó una pelota imposible a Bermúdez y metió un centro perfecto para Batistuta, que definió con clase lejos de Córdoba.
De a poco, Argentina modificó en parte su postura del comienzo. Se replegó un poco más cerca de Bonano, le regaló la tenencia de la pelota a Colombia y esperó para contragolpear. Y si bien sufrió más que en la primera parte, también tuvo varias chances para aumentar, hasta convertir a Córdoba en figura. El muy buen gol de Crespo después de un gran pase de Zanetti sirvió para coronar una tarea redonda. Como para ilusionarse.
opinion
Por Juan Sasturain |
La lengua se dobla
Se sabe �desde los dichos del epigramático Passarella� que más allá del Ecuador y a partir de los dos mil y pico de altura las reacciones físicas se hacen incontrolables, los elementos se rebelan y todo puede suceder con los cuerpos en movimiento. Así, en Ecuador, por lo menos hace unos años la pelota no doblaba y anoche fue evidente que la pelota no bajaba, o al menos no bajaba con la velocidad y facilidad con que subía en diagonal en centros y disparos al arco (iris). La pelota anoche fue realmente un globo de cumpleaños que sube rápido a golpes y baja despacio, flotando.
Pero no solamente las leyes de la gravedad sufrieron alteraciones anoche en las alturas colombianas. También se alteró el desplazamiento y correcta la percepción de las ondas sonoras, ya que hubo una distorsión flagrante entre los sonidos emitidos y los sonidos percibidos. En algún lugar del espacio intermedio entre emisores y receptores, el sonido hacía una pirueta y se convertía en otro. El fenómeno se hizo evidente a los 69 minutos, cuando Batistuta se enteró de que el técnico había decidido su reemplazo y dio su opinión al respecto, articulando con toda claridad los movimientos bucolinguales precisos que permitieron leer en sus labios la expresión �Andá a la concha de tu madre� �poco más o menos�.Sin embargo, es evidente, y la transmisión televisiva sirve para atestiguarlo, que no fue eso lo que se oyó en las inmediaciones del banco argentino -destinatario más que probable del mensaje� sino algo así como �Qué lástima que me sacás, con las ganas que tengo de seguir aportando al rendimiento del equipo�.
Evidentemente, en Colombia, la lengua se dobla. |
unoxuno |
Bonano: Comenzó un poco inseguro y se fue afirmando con el correr de los minutos. Se equivocó en el gol de Oviedo al salir a destiempo cuando quiso cortar el centro de Rincón.
Sensini: Fue superado por Angel cuando salió a buscarlo al medio, y Oviedo también lo complicó por ese sector. No se proyectó nunca. Se ganó la tarjeta amarilla por una falta fuerte al delantero de River.
Ayala: Fue el más firme de la última línea de Argentina. Cerró por ambos costados y cubrió bien las espaldas de Sensini y Samuel. Tuvo complicaciones para ganar de arriba.
Samuel: No mostró la firmeza que había desplegado en los partidos anteriores. Abusó de los pelotazos en lugar de buscar por abajo.
Zanetti: Durante la primera parte no se desprendió por el lateral derecho. De esa manera, el equipo perdió una de sus principales caminos para acercarse al arco de Córdoba.
Simeone: Volvió a cumplir como volante central. Cortó y distribuyó en igual proporción. Controló bien a Rincón y a Oviedo.
González: Levantó su nivel respecto del encuentro ante Bolivia. Estuvo firme en la marca y buscó el arco desde media distancia.
Verón: Se lo vio más preciso y eligió el juego corto antes que buscar con pelotazos largos.
Ortega: Está retornando a su mejor nivel. Desequilibró en el primer gol de Argentina, y siempre generó peligro cuando fue a buscar por los costados.
Batistuta: El mejor del equipo. Se nota que atraviesa uno de sus mejores momentos. Convirtió un gol de media vuelta luego de sacarse un hombre de encima, y después definió muy bien entrando por el segundo palo. Casi convierte otro de tiro libre.
López: Habilitó muy bien a Batistuta en los dos primeros goles. Volvió a crear peligro con sus desbordes por la izquierda. Cuando intentó la individual fue intrascendente. |
Fuera de juego |
Desde el arribo del seleccionado argentino de fútbol al Hotel Tequendama Inter-Continental de Bogotá, el hall central de ese establecimiento fue copado por los medios de prensa colombianos y los 150 hinchas albicelestes que presenciaron el partido �ganadores de un concurso para viajar a presenciar el encuentro� que llegaron en dos grupos de 94 y 56 personas entre el miércoles y las primeras horas de ayer.
Lejos de la tranquilidad que existió en el hotel hasta el martes, a partir del miércoles por la noche el hall central estuvo permanentemente concurrido por simpatizantes, hinchas y algunos dirigentes de la comitiva argentina. Además, la Policía Metropolitana de Colombia reforzó la seguridad en el hotel y solamente pudieron ingresar los pasajeros y los periodistas acreditados para el partido. Por otra parte, varios agentes recorrieron desde el miércoles todos los pisos del hotel con perros entrenados para detectar explosivos.
Hacia las dos de la mañana de ayer unos treinta colombianos se pararon en una de las entradas al hotel, hicieron sonar durante unos quince minutos las bocinas de sus vehículos e insultaron al plantel argentino, que descansaba en el piso 16. Ese grupo se dispersó sin que se registraran incidentes y sin necesidad de que la policía actuara.
Los futbolistas se despertaron cerca de las diez de la mañana, hicieron movimientos regenerativos en el gimnasio ubicado en el piso 17 y luego almorzaron pizza y pastas en el restaurante ubicado también en ese nivel del hotel. El resto del día estuvieron en sus habitaciones, fuertemente custodiados por personal de la Policía Metropolitana que impidió todo contacto. Alrededor de las 21 el plantel argentino partió rumbo al estadio. El regreso se hizo en forma inmediata después del cotejo, en un vuelo charter de la empresa LADE.
Una versión que surgió entre los periodistas colombianos en los últimos días indica que en caso de que el delantero Juan Pablo Angel sea transferido al fútbol europeo al finalizar el torneo Clausura de la Argentina, Jairo Castillo podría incorporarse a River Plate. Castillo, delantero del América de Cali, de 22 años, es la nueva estrella del fútbol colombiano: un personaje particular, que se destaca por lucir imponentes cadenas, anillos, aros y pulseras de oro y por hacer chistes en forma permanente.
Varios de los titulares de anoche en los dos seleccionados son compañeros en distintos clubes y hoy jugaron con casacas diferentes: Córdoba, Bermúdez y Samuel (Boca); Juan Pablo Angel y Roberto Bonano (River Plate), Iván Córdoba y Javier Zanetti (Inter de Italia), Jorge Bolaño y Ariel Ortega (Parma de Italia) y Alexánder Viveros y Juan Pablo Sorín (Cruzeiro de Brasil). |
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