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Por Fernando Almirón Carlos Ruckauf le regaló ayer a Carlos Menem, en las vísperas de su 70º cumpleaños, un sonoro reclamo de jubilación política. El gobernador bonaerense eligió un escenario netamente peronista el seminario sobre La identidad del peronismo hoy que organizó Antonio Cafiero para exigir al ex mandatario que renuncie a la presidencia del PJ y, con ello, delegar la conducción partidaria en un cuerpo colegiado integrado por gobernadores y los jefes de las bancadas de senadores y diputados nacionales. Menem se acantonó ayer en Anillaco, donde elaboró con un grupo de íntimos la estrategia de respuesta que se iniciará hoy, en el mismo escenario elegido por Ruckauf, donde tiene un lugar entre los oradores. Cada uno de los hombres del movimiento debe saber cuándo conducirlo a la victoria y cuándo llegó el momento de irse a una jubilación digna y responsable, dijo ayer Ruckauf durante su discurso en el seminario en el que se debate la identidad del peronismo. Menem debe tener un gesto de grandeza y dar un paso al costado en la conducción partidaria, insistió el bonaerense ante los periodistas que lo esperaban en la puerta de la sede partidaria del PJ, en Matheu 130. En el entorno del gobernador señalan que su ofensiva tiene dos direcciones. La primera hacia adentro del partido. El pedido de renuncia de Menem, que hasta ahora nadie se había atrevido a manifestar, pondrá en marcha un proceso de separación de aguas que le permitirá al gobernador y a su socio político en esta estrategia, Eduardo Duhalde, medir las fuerzas con las que cuentan unos y otros en el justicialismo. Esto es forzar a sus dirigentes a tomar una posición sin medias tintas. El segundo objetivo consiste en enviarle señales claras al Gobierno al poner en duda la representatividad de los peronistas elegidos para compartir la mesa del diálogo político que se concretó el jueves. Si ellos creen que negociando con el menemismo pueden lograr acuerdos sólidos con el justicialismo, están muy equivocados, le aseguró a Página/12 un allegado a Ruckauf. El poder real de la oposición hoy está en manos de los bloques legislativos y los mandatarios provinciales, y Ruckauf es el gobernador de la provincia más importante del país y ocupa el otro extremo en la imagen que Menem tiene entre la población, remató la fuente. Los bonaerenses intentan seguir socavando la representatividad de Menem dentro del PJ para forzar al gobierno a instalar canales de diálogo directo con los dirigentes peronistas con poder real. Y no quieren verse obligados a alinearse detrás del ex presidente si Fernando de la Rúa lo consagra como el interlocutor entre el oficialismo y la oposición. Mucho menos ahora que Menem ya no oculta sus deseos de competir por la candidatura presidencial del justicialismo, a la que también aspiran el propio Ruckauf y los gobernadores Carlos Reutemann y José Manuel de la Sota, quienes observan el nuevo enfrentamiento desde la distancia. Pese al reclamo, con toda seguridad Menem se negará a convertirse en un pasivo político refugiado en su casa de Anillaco donde mañana festejará su cumpleaños. Un cumpleaños que ahora se convirtió, por ausencia o presencia de invitados que se sumen al evento, en un acto de evidente contenido político. Pero antes el ex presidente asistirá hoy al seminario organizado por Cafiero, donde según fuentes menemistas le responderá a Ruckauf. Carlos Corach admitió ayer que existen ciertos cuestionamientos a la conducción partidaria de Menem, aunque desalentó expectativas al afirmar que las futuras autoridades del PJ serán legitimadas en internas limpias, transparentes y con padrones depurados. Esto es a fines del 2002, pese a que el propio Menem estaría pensado en comienzos del próximo año. A nadie se le puede ocurrir hacer ahora internas partidarias, estamos en las puertas de las elecciones para elegir candidatos a senadores y diputados para el 2001, y los gobernadores por ahora prefieren invertir en sus propias disputas domésticas, le expresó a este diario un mandatario del norte argentino. Humberto Roggero, uno de los señalados por Ruckauf para integrar la nueva conducción partidaria, no se mostró de acuerdo con la propuesta. Primero tenemos que analizar lo que significó el gobierno peronista. Recién después debe surgir la futura conducción. De lo contrario me parece que discutimos nombres y no políticas, afirmó el jefe de los diputados del PJ. Carlos Reutemann, que también debía exponer ayer en el seminario donde Ruckauf pidió la renuncia de Menem pero al cual no asistió, argumentó que no pudo llegar porque se me quedó el auto. Pero es posible que el gobernador santafesino, al tanto de la intenciones de su par bonaerense, haya preferido pagar el faltazo. Por las dudas, aclaró: No creo que sea tan sencillo forzar la renuncia de Menem.
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