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Retornó el idilio con la Selección

La contundente victoria ante Colombia volvió a enamorar a los hinchas del equipo nacional.

Por Enrique Escande
t.gif (862 bytes)  El fútbol provoca en la actualidad alegrías y entusiasmos masivos en Argentina desde la contundente producción de la Selección en las eliminatorias del Mundial 2002 hasta la obtención de Boca de la Copa Libertadores y la cercanía de River con el título del Clausura.
Si la Selección, Boca y River transitan eufóricos por los caminos del triunfo, el eclipse sobre las minorías es casi absoluto. La victoria del equipo nacional sobre Colombia en Bogotá logró sumar a este estado ideal de acontecimientos futbolísticos el resultado positivo de una intención seductora que superó desencuentros y rencores recientes.
Las críticas, exigencias y presiones heredadas por la Selección desde la etapa encabezada por Daniel Passarella habían puesto en la picota al conjunto que dirige Marcelo Bielsa hasta el comienzo de las eliminatorias.
El equipo y los jugadores estaban obligados a rendir examen y, consciente de la situación, el técnico insistió varias veces durante sus apariciones públicas en la necesidad de curar heridas entre la Selección y su público, distanciados como nunca en las últimas dos décadas.
Juan Verón, Claudio López, Gabriel Batistuta, Diego Simeone y otros dejaron de tener crédito hasta el primer partido de las eliminatorias ante Chile, y hasta se levantaron numerosas voces que pidieron terminar con la convocatoria de “extranjeros” para promocionar lo que había en casa. Pero, como casi siempre, los triunfos arreglan todos los problemas, disipan las dudas, tapan las bocas de los críticos y recuperan los amores que se daban por perdidos.
Con cuatro victorias en cuatro jugados, doce goles a favor, dos en contra y cuatro puntos de ventaja en la tabla sobre Brasil, la Selección logró enamorar otra vez al hincha. No obstante, queda claro que quienes cayeron en el lazo de la seducción terminaron de enamorarse el jueves, en lo que se consideraba el examen más exigente del primer tramo de las eliminatorias, y ahora ven a la Selección encaminada cómodamente hacia Corea y Japón pese a que faltan jugarse catorce encuentros.
Detrás de la victoria, lo que impresionó fue la actitud del equipo, de sus individualidades, y la voracidad de Gabriel Batistuta y Hernán Crespo, dos de los delanteros más caros del mundo. El triunfo, que pudo ser más amplio, también tuvo un efecto contundente sobre algunas dudas que reaparecieron en el partido anterior, cuando la selección argentina se vio en problemas para ganarle 1-0 a Bolivia y asomaron algunas críticas, incluso las de Diego Maradona, sobre la manera de afrontar situaciones complicadas por la sólida construcción de muros defensivos de parte de los rivales.

 

Dos miradas sobre el momento de Argentina

Por Ariel Greco
Los de acá y los de allá

La excelente tarea de la Selección ante Colombia dejó en segundo plano una cuestión que ante el menor tropiezo vuelve a plantearse: ¿jugar con los de acá o los de allá? El partido del jueves entregó un dato que puede aportar para esclarecer la discusión. En la cancha, Colombia puso más jugadores “de acá” que la propia Selección. Y ningún cuatro de copas. Tanto Bermúdez, Angel, Yepes, Córdoba y, en menor medida, Grisales, son figuras de los mejores equipos argentinos del momento, y cada domingo hacen diferencias jugando para sus clubes. A ese grupo se les puede sumar Iván Córdoba, todavía en proceso de adaptación en Italia tras su salida de San Lorenzo. Esas figuras “de acá” casi no tuvieron oportunidades y se vieron opacados por las estrellas “de allá”. Y es muy probable que a los propios jugadores argentinos que se destacan en nuestro medio les hubiese sucedido lo mismo. Si bien Bielsa asegura que todos tienen las mismas chances, también remarcó cada vez que lo consultaron que él toma muy en cuenta el nivel de la competencia en que se desempeña cada jugador. Y por eso no es casual que, en cada convocatoria y en cada equipo que forma, el ochenta por ciento esté actuando en Europa. Casi todas las fechas, Batistuta enfrenta a un defensor de nivel mundial. Un domingo lo marca Thuram, al siguiente lo espera Maldini, en el otro le toca Couto, entre semana por la Copa lo recibe Stam o Desailly, y así con cada uno de “los de allá”. Igual con los defensores: que Bati, que Del Piero, que Shevchenko, que... y siguen las firmas. En cambio, acá un domingo te marca una gran figura, al otro el suplente de uno que se fue el campeonato pasado, y al siguiente el pibe de reserva que debutó porque el titular quedó libre por falta de pago. Tal vez allí se puedan encontrar las ventajas de “los de allá” sobre “los de acá”.


Adrian De Benedictis
No necesita gran esfuerzo

El camino hacia el Mundial de Japón y Corea parece más corto. La Selección argentina rápidamente se ubicó en lo más alto, con cuatro partidos jugados e igual cantidad de victorias. Pero más allá de las estadísticas, la realidad indica que el equipo conducido por Marcelo Bielsa no tiene que esforzarse demasiado para marcar diferencias. Después del triunfo en Bogotá, esa sensación terminó de confirmarse. Si se considera que Argentina ganó el segundo partido más complicado de la serie –el primero es Brasil, también como visitante–, al equipo le sobró tiempo y demostró que jugando sólo un rato le es suficiente para irse victorioso.
Hasta el momento, Argentina no fue aplastante ni mucho menos. Con pequeños momentos de Batistuta, otros de Ortega, y otros, quizás, de Verón, el equipo fue dominador del rival de turno. Porque está claro que ni en el 4–1 ante Chile la Selección marcó una gran superioridad sobre los trasandinos, y tampoco desplegó un funcionamiento brillante ante los limitados venezolanos. Quizás la experiencia europea de los integrantes del plantel sea uno de los factores principales. Pero no sólo por los nombres, sino también por el estilo. Como también le sucede a Brasil, más allá del pobre empate frente a Uruguay. Porque a esta altura, nadie duda de que ambos ya tienen un lugar asegurado en el torneo del 2002.
De esta manera, el fútbol sudamericano continúa perdiendo posiciones con las máximas potencias. Habrá que esperar qué sucede en diciembre cuando se enfrenten Boca y el Real Madrid. Además de que sea por la Copa Intercontinental, en esa final estará presente la jerarquía absoluta.

 

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