Por David Cufré
Raúl Alfonsín no quiso irse de viaje sin reunirse antes con José Luis Machinea. El encuentro se concretó hace diez días. No hablaron de los viejos tiempos de los 80, sino de temas más urgentes. El ex presidente está muy preocupado, y por eso convocó al economista que él mismo impulsó para la jefatura del Palacio de Hacienda. El caudillo radical entiende que el tiempo del ministro para mostrar resultados se está agotando. Uno de sus asesores de cabecera en materia económica, Mario Brodersohn, le advirtió que si en los próximos 90 días no aparecen señales contundentes de reactivación, el malhumor social puede derivar en una profundización de la crisis, y disparar la salida de Machinea del gabinete. �Le reclamó acciones inmediatas�, confió a Página/12 un estrecho colaborador del ex mandatario. �Está nervioso porque ve que si no se resuelve la crisis, su propia dinámica puede terminar inclinando la balanza hacia los que propician la dolarización�, añadió el informante. Reactivación o dolarización: ésa es la hipótesis que Alfonsín le transmitió a Machinea. Una postura similar sostienen Chacho Alvarez, Rodolfo Terragno y la mayor parte del bloque de diputados oficialistas. Todos ellos le demandan a Machinea un urgente plan de reactivación con medidas de shock.
En esta línea de pensamiento también se ubica Enrique Nosiglia, lo que sacudió el tablero de alianzas dentro del elenco oficial. El �Coti� pasó de acompañar a Fernando de Santibañes en sus recomendaciones al presidente De la Rúa de no apartarse un ápice de la ortodoxia económica, a propiciar medidas de auxilio al sector productivo. La lectura política del influyente dirigente radical es coincidente con la de otros sectores de la Alianza, aunque mantenga con ellos abismales diferencias ideológicas. Nosiglia considera que el tiempo apremia para recuperar capital político, antes de que el clima de desánimo generalizado se transforme en enojo abierto hacia el gobierno y el 2001 resulte una catástrofe para la Alianza en su primer testeo electoral desde el poder.
Otro movimiento trascendente dentro de las filas del Poder Ejecutivo es el del vicepresidente Alvarez. Uno de sus alfiles en el Congreso comentó a este diario dos anécdotas que, aseveró, pesaron en el ánimo del líder del Frepaso. �Chacho estaba tomando un café en Varela Varelita, el bar de la esquina de su casa, y pasó una pareja de unos 35 años. Se le acercaron y la mujer le dijo: �¡Cómo nos cagaste!, te juro que confiaba en vos, pero ya no te creo más��, relató el diputado. El segundo golpe que Alvarez recibió en los últimos días fue un editorial de José Pablo Feinmann en la revista 3Puntos, donde recordó sus tiempos de militancia conjunta y la metamorfosis del vicepresidente desde que ocupa ese cargo.
Alvarez fue, junto a Alfonsín, quien más pujó por ubicar a Machinea en Economía. Y comparte la teoría de que los próximos 90 días serán definitorios para la suerte del ministro. El número dos de la Unión Industrial, José de Mendiguren, mantuvo dos extensas charlas con Alvarez cuando De la Rúa viajó a Estados Unidos, y le retrató la situación en el sector productivo en general, y el clima en el interior del país en particular. El vicepresidente tomó nota y se comprometió a trasladarle a Machinea el reclamo de un plan de reactivación del mercado interno.
Pero Alvarez hizo algo más. Le pidió a un grupo de diputados de su entorno la redacción de un programa con 25 medidas de impacto para sacudir la modorra de la economía. Ese programa recoge varias de las sugerencias del Grupo Productivo y será presentado a Machinea en diez días. �Si el Gobierno fracasa en inyectar expectativas positivas en la población, la crisis se va a tornar muy grave�, presagia Alvarez en charlas con legisladores. Su intención, al igual que la de Alfonsín, es fortalecer a Machinea y liberarlo de la presión de los sectores ortodoxos, dentro y fuera del Gobierno.
En la convención anual de la Asociación de Bancos de la Argentina, celebrada la semana pasada, quedó en claro que el establishment insiste enmantener la receta de la disciplina fiscal. Por su parte, De Santibañes, quien descree de las teorías �catastrofistas�, le dice a De la Rúa que aguante el chubasco y mantenga firme el timón en el rumbo trazado. Los economistas que trabajan junto a él en la SIDE estudian diversas variantes de un nuevo ajuste, en caso de que la recaudación siga planchada. El jefe de asesores de Machinea, Pablo Gerchunoff, y el secretario de Hacienda, Mario Vicens, también le recomiendan al ministro mantenerse dentro de la ortodoxia. �Si cambiamos de caballo en el medio del río vamos a terminar todos ahogados�, sostiene Gerchunoff. Así lo dijo en una reunión con dirigentes socialistas, que lo llamaron para conocer su visión sobre los problemas de la economía.
Pero además de Alfonsín, Alvarez y Nosiglia, Machinea recibe recomendaciones de lanzar un plan de reactivación de figuras de peso en el Congreso. Horacio Pernasetti, predidente del interbloque radical, y Darío Alessandro, jefe de la bancada de la Alianza en Diputados, son quienes más presionan por el programa de fomento del mercado interno. En la reunión que varios legisladores mantuvieron la semana pasada con De la Rúa se acordó presentar en el Congreso los próximos días dos proyectos de ley: uno denominado de �Desarrollo Regional�, y otro con el plan de obras públicas del Gobierno para el próximo quinquenio.
El apuro por anunciar medidas se vincula con hechos tanto económicos como políticos. En el primer caso, un factor que puede resultar determinante y complicar aún más la salida de la recesión es el eventual aumento de la tasa de interés por Estados Unidos. La Reserva Federal (banco central de ese país) resolvería en su reunión de agosto un nuevo incremento de la tasa de corto plazo, según estima la mayoría de los analistas. Si la suba se produce, Argentina sufrirá un encarecimiento de los servicios de la deuda, lo que podría licuar buena parte del último ajuste fiscal. En cuanto a lo político, la difusión el 20 de julio del índice de desocupación en la Argentina puede producir un nuevo impacto negativo en la opinión pública.
�Por más que mantengamos las cuentas fiscales en orden, si se produce una crisis social disparada por los problemas de la economía real, los mercados nos van a castigar de todos modos. Eso es lo que piensa Alfonsín�, señaló a este diario un colaborador cercano al ex presidente. Su máximo temor, añadió, es que se produzca una corrida cambiaria, como sucedió en Ecuador, y que, al igual que ese país, se declare la dolarización de modo unilateral. Antes que algo así ocurra, buena parte de la Alianza le pide a Machinea un giro salvador.
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