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Creencias. El desafío de Menem, quien tiene mandato en el Consejo Nacional Justicialista hasta septiembre del 2002, es tomado con pinzas en sus propias filas. A lo sumo, admiten la posibilidad de que la interna se realice en el segundo trimestre del 2001, simultáneamente con la elección de candidatos a senadores y diputados. Los gobernadores del PJ también se expresan en el mismo sentido, sobre todo porque están preocupados en resolver las crisis locales. Estrategia. Ruckauf, que la última semana había pedido la jubilación de Menem, restó importancia al desafío. Y si bien no quiso pecar de poco cortés con el ex presidente en el día de su cumpleaños, no cesó en su estrategia: dio expresas órdenes a varios que están bajo su férula para que lo sigan devaluando. En ese marco, no fueron casuales las duras expresiones de Felipe Solá pidiendo un paso al costado de Menem para recuperar el justicialismo. Semejanzas. El vicegobernador bonaerense también se quejó por la manera en que el ex presidente defiende a funcionarios de su gestión, que están siendo investigados por la Justicia. Sin decirlo, aludió constantemente a figuras como Víctor Alderete y María Julia Alsogaray. Ruckauf había dicho algo parecido el día anterior en Mar del Plata: Yo no ataqué a Menem, salvo que él piense que decir que dé un paso al costado es atacarlo. O que sienta que cuando critico a Alderete ataco a un peronista. Cabeza: Solá no fue el único que complació a Ruckauf en la estrategia de socavar a Menem. Un grupo de dirigentes del Peronismo que Suma pidió abiertamente la cabeza del presidente del Consejo Nacional Justicialista. En su lugar, propusieron conformar un cuerpo colegiado, integrado por los gobernadores, los presidentes del partido y los jefes de los bloques de legisladores nacionales. Esto indica que a Ruckauf no le seduce en lo más mínimo ir a una interna con Menem. Promesas. El Peronismo que Suma es una corriente que respaldó la fórmula Domingo Cavallo-Gustavo Beliz en las últimas elecciones porteñas, dándole la espalda al menemista Raúl Granillo Ocampo. Entre sus principales integrantes están Alberto Iribarne, Jorge Argüello, Alberto Fernández, Roberto Digón, Miguel García Moreno y Julio Vitobello. Este grupo ahora promete retornar a las filas del PJ si Menem se retira definitivamente de la conducción partidaria. Grandes. En Anillaco, donde el ex presidente festejó sus 70 años, no hubo expresiones en voz alta sobre la pelea con Ruckauf. Pero sí mucho murmullo sobre el tema. Uno de los pocos que no se calló en público fue el senador Carlos Corach, quien debutó en eso de celebrar el cumpleaños del ex presidente en tierras riojanas. Nadie se jubila en política y menos los grandes jefes y grandes conductores, dijo, encolumnado. Aunque, como tantos otros justicialistas, no está tan convencido del éxito de Menem en el 2003. Enojo. El que tampoco cerró la boca fue Antonio
Cafiero, impulsor del seminario La identidad del peronismo hoy
que Ruckauf y Menem utilizaron para pelearse. Traté de hacer
una cosa elevada, evitando la interna, se quejó ante Página/12. Crédito. Cafiero, en cambio, le dio mayor crédito
a Menem y a Carlos Reutemann, otro de los presidenciables, a quienes consideró
víctimas de las palabras de Ruckauf. Competencia. La bronca de Menem se traslució el sábado, en el hotel Sheraton de Córdoba, cuando le preguntaron por el gobernador José Manuel De la Sota, otro de los presidenciables del PJ. Creo que está haciendo un muy buen gobierno y creo que vamos a tener una competencia interesante, porque si quiere ser presidente tendrá que pelear conmigo. Ya me tocó competir con él en 1988, cuando la fórmula Cafiero-De la Sota compitió con Menem-Duhalde. Guerra. Anoche, mientras departía saludos y besos, en su casa de la calle Echeverría, Menem volvió a mascullar bronca por la afrenta de Ruckauf. Lo espero en las urnas, le dijo a uno de sus íntimos, cansado de que le pregunten por los cuestionamientos del gobernador. Al parecer, la guerra recién comienza.
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