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“TODO X 2 $”, FENOMENO DE CULTO QUE SIGUE CRECIENDO

Vacunas contra la tontería

En los sufridos televidentes argentinos el ciclo de Fabio Alberti y Diego Capusotto genera un efecto inmensamente liberador.

Por Horacio Bernades
t.gif (862 bytes)  Desde que apareció en la pantalla de Azul TV, el año pasado, “Todo x 2 $”, se consolidó rápidamente como el programa más adictivo de la televisión argentina. Primero fue adicción de pocos. O no tan pocos, si se tiene en cuenta que, apenas se supo que el programa quedaba fuera de la grilla, una “red solidaria” de fans descargó una tormenta de mails sobre las oficinas del canal. ¿No fue acaso esa reacción la que sirvió de palanca para que “Todo...” volviera al aire? Ahora, las mediciones de audiencia confirman que esos “pocos” cada vez son más. El rating de “Todo x 2 $” crece todas las semanas, y todavía no parece haber tocado su techo. Los 4.9 que midió el lunes pasado duplican el encendido promedio de Canal 7 y consolidan a “Todo x 2 $” como el más visto de la emisora estatal.
Teniendo en cuenta que el ciclo de Fabio Alberti & Diego Capusotto (con guiones de Pedro Saborido y dirección de Néstor Montalbano) va al aire en uno de los fragmentos más competitivos de la televisión argentina (lunes a las 23, donde debe vérselas con “Fort Boyard”, “Maldito lunes”, “Todos al diván” y “Por ese palpitar”), queda claro que la cosa va en serio. Tan en serio, que, en esa franja, de pronto, las tandas de Canal 7 se llenaron de anunciantes. Para calibrar la creciente popularidad del programa, se recomienda seguir un método casero: medir cuántos minutos se requieren para que el ya clásico “¿Qué nos pasa a los argentinos?” aflore en cualquier conversación entre amigos. Aquí es donde el seguidor histórico se hace la pregunta tan temida: Este culto creciente, la progresiva popularización del todopordospesismo y las presiones de rating y anunciantes ¿serán una ventaja o una contra? Un par de emisiones hicieron aflorar el miedo a la repetición y a la autoindulgencia. Pero allí estuvo, alto y firme, el envío del lunes pasado, para devolver la calma a los más aprensivos.
¿Qué es lo que puede generar tanta adicción para con un simple programa cómico?, se preguntan los descreídos. Para decirlo de una vez: es el espejo más lúcido con que cuenta el sufrido argentino medio para redimir tanta berretada ambiente. Ver a Marcelo/Alberti asumir el aire académico del peor analista televisivo, hacerse preguntas presuntamente importantes y a continuación torpedearlas con el absurdo más sistemático, revolviendo a cualquier juez de la nación con una vedette o a Fidel Castro con Juan José Camero, es el mejor modo de develar, de un solo golpe brutal, cuánta estupidez hay detrás de cada uno de esos “explicadores” al paso que pululan de canal en canal y de programa en programa. El grupo Los Lecheros, que reproduce maniáticamente cada pose grandilocuente de algún grupo softklórico y transmuta el kitsch pseudo-romántico en la más ramplona procacidad, es parte del rito purificador de cada lunes. Lo mismo puede lograrse con sólo agregar un par de letras al clásico melódico “A mi manera”, convirtiéndolo en “A mi manguera”, o trasponiendo algún hit del mismo rubro para dar “Boluda total”.
La trastrocación, el sumir y mezclar lo alto con lo bajo, las pretensiones de alta cultura con lo “grasa”, son algunas de las claves en las que “Todo x 2 $” sustenta su efecto inmensamente liberador. No por nada Capusotto suele recuperar, con la mayor felicidad, algún desprestigiado icono popular (sus frecuentes “¡Viva Perón!”) e, intercalándolo como expresión de alegría, le devuelve la cuota de subversión perdida. No hay más que imaginar a una pareja de falsos mellizos, ponerle de nombre “Los Sábato”, caracterizarlos de calva y majestuoso bigote, hacer de ellos un dúo pop y ponerlos a cantar “Fiebre de Sábato por la noche”, para derrumbar al instante la pretensión de seriedad de cualquier mausoleo cultural. Parecido efecto se logra al meter de contrabando algún monumento del pianismo “culto” en medio de un tema bailantero-berreta, subidísimo de tono. O inventando una consejera juvenil, Irma Jusid, que se dedica a desalentar perejiles, de esos quepueden mojarle la oreja a un barra brava, de puro tontos nomás. Vacunas contra la tontería, revestidas de disparate: eso es lo que le inyecta al espectador “Todo x 2 $”. Y lo que genera tanta adicción.

 

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