Nueva muestra de esta artista argentina residente en Francia, cuya obra resultó elegida para el Parque de la Memoria.
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Por Fabián Lebenglik Uno de los accesos al futuro Parque de la Memoria de la Costanera Norte porteña se va a abrir con una frase elocuente: Pensar es un hecho revolucionario. Se trata del enunciado inscripto en la obra de Marie Orensanz, una de las ganadoras del concurso internacional que se llevó a cabo el año pasado para elegir las esculturas propuestas por artistas de todo el mundo para mantener, desde la perspectiva artística, la memoria viva en temas como el terrorismo de Estado y los desaparecidos, que exceden las fronteras argentinas. Esta conciencia transnacional se verificó en los casi setecientos envíos provenientes de 44 países. Las palabras que conforman la oración pensar es un hecho revolucionario estarán caladas en una gran estructura minimal y conceptual que configuran una suerte de monumento imponente y transparente al mismo tiempo, cortado verticalmente a la mitad. A su vez cada mitad estará levemente corrida respecto de la otra, de modo que la forma debe ser recompuesta con la mirada, de acuerdo con el lugar y el punto de vista. La frase también debe ser reconstruida mentalmente por el espectador, porque las secuencias de letras no conforman palabras, ya que se cortan en unidades diferentes de las indicadas por la gramática y en consecuencia lleva unos segundos armar cada palabra y acceder al sentido. Es decir que la sentencia afirma, al menos, otro enunciado simultáneo: por su estructura, por su materialidad, por su composición ortográfica y morfológica, el sentido de esa frase es el resultado de una construcción material, mental, gramatical, política, cultural, filosófica, estética, etcétera... La oración constituiría además una cita con la historia o, más exactamente, una cita que recuerda a otra cita: aquella célebre escrita en francés por Sarmiento antes de cruzar hacia su exilio chileno. La frase de Orensanz recuerda, precisamente en el contexto del Parque de la Memoria, que tiranos y censores son enemigos del pensamiento. Y lo recuerda en un juego formal que, a pesar de su aparente simplicidad, recupera y al mismo tiempo critica la tradición escultórica del monumento, del bulto, citando en su obra tendencias y escuelas artísticas de los últimos cuarenta años. En estos días, y hasta el próximo sábado inclusive, la artista que, condensadamente: nació en Buenos Aires en 1936, reside en Francia hace muchos años y se dedica a la escultura, el videoarte y el dibujo presenta una muestra de dibujos y videos en la galería Ruth Benzacar. La exposición incluye una pequeña maqueta de la obra que se emplazará en el Parque y ésta a su vez sirve como ilustración de tapa del catálogo. Se trata, por otra parte, de la primera muestra en este espacio luego de la muerte de la querida galerista en mayo pasado. Por esta causa y por lo que se cuenta más arriba la exposición adquiere una dimensión especial. La obra central de la exposición también está ligada a la reflexión sobre la vida, la muerte y ese objeto único, el pensamiento. Se trata del video A través del tiempo (2000), en el que la artista condensa dramáticamente toda su vida en tres minutos. Pero no sólo el efecto de condensación resulta dramático sino también la aceleración y la fragmentación que se incrementan en el tramo final del video. La sensación relativa de que con el paso de los años se suele tener la percepción de que el tiempo se contrae y acelera, está evocado como efecto de composición y montaje en el trabajo de Orensanz. La ilusión es que producto de este efecto de la percepción acentuado en A través del tiempo toda una vida cabe en un breve racconto, en una ficha de diccionario: la familia parental, la primera infancia, los estudios, la adolescencia, la vida de relación, el período de formación,los viajes, la familia conyugal, los amigos, la vida adulta, el trabajo, los gustos... todo está reducido a un instante. La galería de arte, como espacio genérico, extendió sus funciones para pasar a ser también el lugar de un ritual laico; un lugar de reflexión, de producción de pensamiento; un lugar de enunciación de la utopía. Y si bien la reflexión sobre la muerte está siempre ahí, hay todavía una fuerte sensación de ausencia en la galería de Ruth Benzacar, que también genera un sentido en relación con el video de Orensanz. La proyección, fugaz, actúa sobre el espectador con una carga inductiva, de modo que se genera un razonamiento encadenado que va de lo particular a lo general, de los fragmentos al todo, de los hechos a los fenómenos, de los efectos a las causas y de lo otro a lo propio, entre otras posibilidades (Galería Ruth Benzacar, Florida 1000, hasta el 8 de julio). INDIVIDUALES,
GRUPALES, RETROSPECTIVAS... Remate
de obras de maestros en el Museo Sívori: trabajos de Alonso, Berni,
Blas Castagna, Cogorno, Doffo, Eckell, Gorriarena, Kuitca, Lozza, Nigro,
Santander, Raúl Russo, Dompé, Benguria, Schvartz y otros,
hoy; en Infanta Isabel 555.
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