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Las puertas del night club estaban abiertas. Adentro, detrás de las barras, algunas chicas vendían, sin saberlo, las últimas copas. Por fuera de ese cabaret montado sobre el Camino del Buen Ayre, de San Miguel, el grupo Halcón de la Bonaerense preparaba un allanamiento. Fue durante la madrugada de ayer, por orden del juez federal Martín Juárez Araujo. En la boite encontraron a un grupo de mujeres presuntamente sometidas a esclavitud para ejercer la prostitución. El procedimiento se repitió en otros tres bares nocturnos: en total la Justicia halló cerca de 200 mujeres en idénticas condiciones. La mayoría son extranjeras sin documentos que habrían sido amenazadas y obligadas a prostituirse. Entre ellas había menores, de entre 13 y 15 años. Hasta el momento hay seis hombres detenidos sospechados por privación ilegal de la libertad. La estructura hallada en San Miguel contiene indicios de una organización poderosa. El número de mujeres que habrían sido explotadas por los regentes que conducían los tres cabarets llegaría a 200. Aunque no todas pertenecerían a un mismo patrón, el método de reclutamiento respondería a idénticos mecanismos. Entre los detenidos se encuentra quien aparece como responsable de Imagina. Ese local ubicado sobre Camino del Buen Ayre y la ruta 201 está frente a una de las entradas de Campo de Mayo. Hace ocho meses, el night club sufrió un allanamiento pedido por Migraciones: fueron detectadas 38 mujeres indocumentadas. Ninguna, en principio, era menor. Vicente Serio, su dueño, pagó multas por su personal y logró mantener el local abierto hasta ayer. Para conseguirlo, según indicaron fuentes consultadas, habrían existido pagos semanales a fuerzas políticas locales y a la policía. Existe una lista detallada de pagos y recibos en la que el precio máximo alcanza a 2000 pesos semanales, destinados únicamente a una de las seis reparticiones a las que dirigirían el dinero. Ahora, detrás las puertas de Imagina, la Justicia volvió a encontrar a mujeres en idéntica situación. La mayoría ni siquiera habrían cruzado la frontera como turistas. �Las traían en camiones para simular su paso por la frontera�, dijo a este diario una fuente de la investigación. Este método de reclutamiento sería el mismo usado por los regentes de los otros dos prostíbulos allanados, entre quienes habría un ex integrante de la SIDE. En su cabaret, estaban las más menores. �Las alquilan, dejan un dinero en Encarnación a cambio de hospedaje aquí. Pero no les regalan ese hospedaje: se los cobran con trabajo�, indicó la fuente. Las mujeres saldrían así de Paraguay creyendo que en Buenos Aires conseguirán trabajo y la tramitación de una documentación que nunca llega. �Las tienen durmiendo la siesta, amenazadas. Les dicen que si salen se las lleva la policía�, asegura ahora la diputada Graciela Podestá a cargo de la Comisión de Seguridad de Diputados de la provincia. En principio, las mujeres permanecerían cerca de un mes en el mismo local. Después de ese lapso, las rotan hacia un club nocturno vecino. En el local, la policía halló fuertes medidas de seguridad y detectores de metales que les impedirían abandonar la casa. Los centros contaban con alojamiento permanente. En Imagina, sus dueños habían dispuesto pequeños apartamentos para las entre 70 y 100 mujeres que manejarían. Pero esa infraestructura ni siquiera estaba habilitada para las mujeres de Status. Las chicas no tenían espacio suficiente para dormir. Entre ellas, la Justicia encontró a las más chicas. Algunas de 13 años. Hasta antes del cierre, Status exhibía en sus barras a poco más de veinte mujeres que en ocasiones podrían llegar hasta cuarenta. Ninguna se ocultaba, ni siquiera las más chicas. Tenían un precio, impuesto por los regentes: de treinta a cincuenta pesos. Por esa suma se ofrecían niñas y un cuarto sauna donde el servicio express quedaba consumado.
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