Por Felipe Yapur
Si algo quedó en claro ayer durante la sesión del Senado, fue que el espíritu de cuerpo pesa más que la necesidad de transparentar el manejo administrativo de la Cámara alta. Media docena de legisladores, radicales y justicialistas, plantearon cuestiones de privilegio contra el vicepresidente Carlos �Chacho� Alvarez por la �afrenta� que significó para ellos la publicación de las listas de empleados del Senado y la denuncia de ñoquis en la Cámara que preside. Alvarez sólo fue defendido por el frepasista Pedro Del Piero, pero el detalle más significativo fue que las autoridades del bloque aliancista guardaron un llamativo silencio. �Así Chacho se está quedando solo�, graficó un senador del oficialismo. Sin embargo, Alvarez minimizó la embestida e insistió en que la imagen de la Cámara alta �está bastante deteriorada�.
La reacción corporativa, pocas veces vista según los memoriosos, fue iniciada por Eduardo Menem. Con tono pausado y sin exaltarse, el riojano destacó el �desprestigio� que generan �maniobras mediáticas� de este tipo y advirtió que �ha colocado a todos en estado de sospecha�. Dijo que de este cuerpo habían salido siete gobernadores y un Presidente, Fernando de la Rúa, �quien estuvo seis años en el mismo Senado que hoy se critica y fue un digno titular de la Comisión de Asuntos Constitucionales�. El hermano del ex presidente Carlos Menem realizó luego un racconto de algunos políticos que pasaron por el cuerpo y se esmeró en destacar al chaqueño Deolindo Bittel, de quien recordó que �accidentado, doblado de dolor, concurría a las sesiones. Usted lo sabe muy bien, señor presidente�. El ejemplo no fue gratuito, Alvarez trabajó en el despacho de Bittel desde 1983 hasta el �89, cuando accedió a una banca de diputados.
El entrerriano Héctor Maya hizo suyas las palabras de Menem y propuso la urgente publicación de una lista de todos los empleados del Senado �para saber quién es quién�. El tercer senador en coincidir con las expresiones de Menem fue, para sorpresa de propios y extraños, el radical santacruceño Juan Melgarejo, quien pronunció su discurso visiblemente emocionado. Recordó sus orígenes humildes y señaló la vergüenza que le produjo el escándalo de los �ñoquis� y agregó, levantando la voz, �ahora estoy en la lista de los sospechados, de los corruptos y yo tengo una mujer, dos hijos y tres nietos�. El otro radical que también se sumó a la cuestión de privilegio planteada por Menem fue Juan Carlos Altuna: �Lo que ocurrió me ha dolido mucho�, se quejó.
Había transcurrido más de una hora de expresiones contra el titular del cuerpo y la defensa de Alvarez todavía no aparecía. Chacho se mantuvo en silencio mientras los legisladores hablaban, pero un pequeño detalle demostró lo incómodo que le resultaba el contenido de los discursos. En un momento olvidó desconectar su micrófono y se pudo escuchar claramente cuando se quejaba frente a un colaborador: �¿Y para cuándo los homenajes?�. La defensa llegó sólo de Del Piero, ni el presidente provisional del cuerpo, José Genoud, ni el titular del bloque de la Alianza, Raúl Galván, hablaron. El frepasista les reprochó a sus colegas el hecho de que ahora quieran confeccionar una lista de los empleados cuando existe un proyecto de su autoría para publicar por Internet el movimiento administrativo y la nómina completa de los empleados y el lugar donde desempeñan sus tareas. �Pasó un año, y hoy siento que estamos en una sesión con dolores de parto. Parece que mis colegas se decidirán a tratar mi propuesta�, dijo tras remarcar que no suscribía los dichos de Menem.
La actitud tomada por los radicales tensó aún más las relaciones existentes entre Alvarez y los senadores, quien unos quince días atrás había acusado a los justicialistas de conformar una �banda� que pretende hacerse de la �caja� del Senado. De todas formas, Alvarez prefirió mantener su postura y aseguró, cuando la sesión había concluido, que �más allá de los discursos hay una conciencia en todos los bloques de que las cosas que se definen como anomalía en el Senado tienen que cambiar. Y yo me quedo con ese avance en este cuerpo�.
LA CAUSA POR LA DENUNCIA DE ALVAREZ NO AVANZA
Ñoquis de cocción muy lenta
Por A. M.
Funcionarios del Congreso de la Nación fueron citados como testigos en la causa sobre la presunta existencia de empleados ñoquis en ambas cámaras. El fiscal federal Eduardo Taiano interrogó ayer a los directores de la Biblioteca del Congreso y citó para hoy a empleados de la imprenta de ese cuerpo legislativo. La causa se inició por la denuncia de un particular que se hizo eco de los dichos del vicepresidente Carlos Alvarez. El juez Gustavo Literas le envió un pliego de preguntas para obtener precisiones. El funcionario aún no respondió.
El abogado Juan Carlos Iglesias inició una demanda en enero a partir de las declaraciones de Alvarez, quien había asegurado que en el Congreso había unos 800 ñoquis. Uno de los primeros escritos que hay en el expediente es una carta del director de Asuntos Jurídicos de la Cámara de Diputados, Ariel Puebla, que señala que en ese ámbito no se ha detectado ninguna irregularidad y no hay ningún sumario administrativo en marcha.
El Senado, en cambio, adoptó un rol más activo en el expediente. El asesor legal del cuerpo, Víctor Vanini, les informó a los investigadores judiciales que deberán esperar las conclusiones del censo de personal, que recién estarán terminadas dentro de dos meses. A partir de esa información será posible determinar con mayor precisión qué tareas realiza cada empleado y por quién fue nombrado. La lista oficial de 3156 nombres que el vicepresidente difundió la semana pasada a la prensa llegó ayer a los tribunales. Sin embargo, los investigadores relativizaron su valor porque sostienen que la nómina en sí misma no sirve para detectar a los ñoquis y separarlos de los empleados que trabajan mucho y bien. El Senado, además, entrecruzará información con los datos de la ANSES para detectar posibles incompatibilidades. Las autoridades de la Biblioteca del Congreso aseguraron que no hay ñoquis en ese sector y también aportaron el listado de empleados. Antes de delegar la investigación en la fiscalía de Taiano, Literas le mandó un oficio al vicepresidente para pedirle precisiones sobre su denuncia. El fiscal reiteró la solicitud a la vicepresidencia pero hasta ahora no obtuvo ningún resultado.
Autointervención en UOCRA
Lo que no logró hacer ayer un grupo de diputados de la Alianza ante la falta de apoyo de sus pares peronistas, lo hizo Gerardo Martínez: como respuesta al escándalo que produjo la difusión de un video en el que se ve a su secretario adjunto, Juan Ladina, como partícipe de un presunto hecho de corrupción, el titular de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA) y también diputado intervino la seccional porteña de su gremio.
La intervención de la UOCRA Capital fue impulsada en la Cámara baja por los diputados aliancistas a propósito de la investigación que realizó �Telenoche Investiga� y en la cual se vio a Ladina, titular de la seccional porteña, involucrado en un supuesto pedido de coimas a un empresario de la construcción, a cambio de no denunciar su incumplimiento de las normas de seguridad. El planteo de solicitar al Ejecutivo que interviniera el sindicato lo formuló el radical Carlos Passo en la Comisión de Trabajo.
Además del rechazo de los peronistas a su pedido, Passo no contó con un respaldo pleno de su compañero de bancada. El freno aliancista a su iniciativa lo puso especialmente la gremialista Alicia Castro, quien sostuvo que �los delegados que aceptan coimas de las patronales para dejar de defender los derechos de los trabajadores ponen al sindicalismo bajo sospecha�, pero pidió �diferenciar entre instituciones y personas�.
La estrategia de Martínez ante sus pares fue mostrarse como el principal damnificado por la actitud de Ladina. Recordó que �en la UOCRA hay 70 seccionales� y �más de 300 dirigentes� y agregó que sentía dolor porque se intentaba dejar al gremio como �si fuese una organización dedicada a corromper a los trabajadores�. Más tarde anunció la intervención de la seccional.
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