Por Adrián De Benedictis
  River derrotó con justicia y oportuna contundencia a un Racing empeñoso pero desordenado en un partido que completó el trámite interrumpido por la lluvia la semana pasada. Con esta victoria, los de Gallego sacan ventajas sin duda definitivas (ver aparte) y alcanzan los umbrales del bicampeonato tras un torneo que los tuvo siempre como protagonistas.
El partido de dividió en dos segmentos de 36 minutos para completar los 72 que restaban. Y Racing lo comenzó con el ímpetu que había mostrado ya bajo la lluvia durante los 18 primeros. Así, mientras algunos jugadores del virtual campeón aparecían apurados y tensos pese a los gritos de Gallego, Racing prevalecía en el medio. Sin llegar a inquietar, claro, porque sólo un tiro libre de Simionato a los 15 minutos puso algo de peligro en el arco de Bonano. A todo esto, River, con Pereyra flojo y sin proyección ofensiva de Coudet y Zapata, se contenía, sólo contestaba por vía de pelotas paradas; así, hubo un tiro libre de Aimar arriba y sólo pasada la mitad del período aparecieron los tres: Aimar, Saviola y Angel, buscándose, y Cáceres tapó ante el colombiano.
Tal vez las llegadas más claras del período para el puntero hayan sido una escapada de Angel por derecha anulada por offside y una más allá de la media hora en que Zapata �entrando por la izquierda� le dio al palo. En el balance de la primera etapa no se habían sacado ventajas claras, pero siempre parecía River como más peligroso ante una defensa racinguista vacilante.
Y en el comienzo del complemento, en menos de diez minutos, River lo resolvió. Las dos veces por derecha. Primero fue una gran habilitación de Coudet para Angel que resolvió cruzándosela a Cáceres con seguridad; y al rato, después que Loscri había golpeado el travesaño de Bonano en un peloteo, de la contra llegó el segundo de River: gran habilitación en cortada de Aimar para Coudet, llegada al fondo y centro preciso y pasado que, ante la pasividad de Cáceres, ganó muy bien Zapata por arriba: 2-0 y se acabó el partido.
Los cambios �entraron Hernán Díaz y Garcé� hicieron que River se acomodara para esperar y Racing dispusiera un poco de la pelota. No varió el trámite sin embargo, y fue River el que tuvo más oportunidades de convertir y Simionato le tapó un remate de gol a Saviola, muy activo y preciso toda la noche. Un tiro de lejos de Bastía fue todo lo que aportó Racing en ataque. Para esto, ya la gente de River celebraba por anticipado.
Tiene muchas ganas, muchos motivos y mucho tiempo para celebrar.
GANO 2-0 EN EL ADIOS de arruabarrena
Boca hundió al Pincha
Con goles de Bermúdez y Delgado, Boca le ganó 2-0 a Estudiantes y lo dejó muy comprometido en la lucha por la promoción, en un encuentro que tuvo diferentes matices, aunque todos disociados: varios jugaron un partido aparte. La gente de Boca seguía festejando la Copa y despedía en cada pelota a Arruabarrena. El Vasco sabía que era su último partido, pero lo jugó como si fuera uno más. Por su pasado, Guillermo lo tomó de manera especial e intentó eludir todo obstáculo albirrojo que se le cruzara, sin importar cuántos. Y para los hinchas de Estudiantes el duelo con el Mellizo era casi tan importante como que su equipo atacara. En cuanto al resto, para los jugadores de Boca era un partido más, y se notaba que tenían la cabeza puesta en otra cosa. En cambio, para los visitantes era decisivo, por lo que a ellos se les notaba el miedo a perder. Sin embargo, todos esos �partidos aparte� simultáneos no alcanzaron para conformar uno que valiera la pena. Boca arrancó mejor, y en los primeros quince minutos el travesaño le negó el gol tres veces con los tiros libres de Guillermo y La Paglia, y luego en una chilena de Barijho. Pero de a poco, el equipo de Bianchi se fue desinflando hasta aburrir por su lentitud. Con ese trámite, Estudiantes se sintió cada vez más cómodo y hasta se animó con un par de contras. Cuando todo llevaba al empate, apareció la cabeza de Bermúdez para marcar el gol. Allí Boca jugó un ratito muy bien, creó varias situaciones y lo liquidó con un golazo de Delgado.
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opinion
Por Ariel Greco |
| Vasco Viejo
En la NBA se acostumbra entregar premios a los mejores jugadores de cada año, aunque no sólo se tienen en cuenta a las grandes estrellas. Uno de los trofeos más valorados y de mayor reconocimiento es el que se le otorga al �jugador de mayor progreso�. Si en el fútbol argentino se entregaran distinciones similares, sin dudas que en las últimas dos temporadas un candidato seguro a quedarse con ese premio hubiese sido Rodolfo Arruabarrena. Tras su paso a préstamo por Central, el Vasco retornó a Boca y tuvo que pelear el puesto con Mauricio Pineda. No sólo se quedó con el lugar sino que con el tiempo se convirtió en un indiscutido y en un referente del plantel. Claro que llegó a ese lugar por el esfuerzo personal y por lo que demostró en la cancha, no por declaraciones explosivas ni por exposición pública. Y en ese proceso de maduración le fue agregando condimentos a su juego. Primero se afirmó como marcador, luego le sumó la proyección por sorpresa y por último le incorporó el gol. Así se transformó en uno de los goleadores de Boca en la Copa Libertadores, con el plus de los dos que le convirtió al Palmeiras en la final. Esos atributos le valieron ser uno de los jugadores preferidos de la hinchada, que ayer le brindó un merecido homenaje. Cada vez que tocó la pelota, desde las tribunas bajó una cálida ovación. Luego, en el final, llegó el clásico �olé, olé, olé, Vasco, Vasco�, y un pedido imposible: �No se va, el Vasco no se va...�. Cuando le tocó despedirse, no cambió el discurso: �Soy fanático de Boca, aunque no creo que la gente haya tenido en cuenta eso a la hora de juzgarme, creo que se fijó más en que nunca me guardé nada y siempre traté de dar lo máximo. Hace muchos años que estoy en el club y la gente siempre reconoció mi entrega�, remarcó el Vasco. Carlos Bianchi sintetizó el sentimiento de la mayoría: �Humanamente, me da placer que se vaya a Europa. Futbolísticamente, uno sabe lo que pierde. Todas las cosas que se pueden decir sobre Rodolfo quedan cortas�, sintetizó Carlos Bianchi. Y tal vez tenga razón. Con el partido 2-0 y cuando se jugaba tiempo de descuento, Simone quedó cara a cara con el arquero. Sin embargo, Arruabarrena se jugó entero y llegó con lo justo al cruce para salvar el peligro. El grito se asemejó al de un gol. Como para que ya lo vayan extrañando. |
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