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COMBAL HABLA DE LA ABSOLUCION DE SANCHEZ REISSE
“No lo juzgan, lo perdonan”

El empresario, víctima de un secuestro extorsivo, insiste en la culpa del ex servicio. Y detalla los vicios del fallo que lo liberó.

Por Lila Pastoriza
t.gif (862 bytes)  Lo que demuestra este fallo sobre Leandro Sánchez Reisse es que en la Argentina persisten determinados rangos de impunidad. En verdad, ya el hecho de que a un tipo como él se lo ‘aloje’ en Gendarmería habla de lo mismo...” señaló a Página/12 el empresario Fernando Combal que hace 21 años fue la víctima del secuestro extorsivo cuya autoría intelectual se le imputa al ex agente del Batallón de Inteligencia 601 que acaba de ser absuelto. “El juez no ha juzgado, ha perdonado y eso sólo yo podría haberlo hecho”, subrayó Combal, enfatizando que este mismo magistrado ya había intentado dejar en libertad al apodado ‘Lennie’ antes que en setiembre de 1998 la Cámara revocara esa medida.
Fernando Combal, entonces dueño de una financiera, fue secuestrado el 8 de marzo de 1979 cuando el taxi en el que viajaba se detuvo en el semáforo de Santa Fe y Aráoz, en la Capital Federal.
Martínez “el Japonés” se metió junto al conductor mientras Rubén Bufano me apuntaba con una ametralladora en el asiento trasero. A ambos los reconocí en rueda de presos en Suiza, donde estaban detenidos por el secuestro del banquero uruguayo Carlos Koldobsky. Mi sorpresa fue encontrar en la rueda a Sánchez Reisse, a quien no había visto al ser secuestrado (estaba tabicado, como decían ellos), pero a quien conocía a través de mi empresa”, rememora Combal.
Los tres detectados por el empresario, vinculados estrechamente a los grupos de tareas que actuaran aquí y en el exterior en la represión ilegal, se dedicaban por entonces a los secuestros extorsivos de empresarios. “El 19 de enero de 1979 la víctima fue Koldobsky (quien luego fue nuevamente secuestrado), el 13 de marzo Jaime Prisant, y el 9 de mayo me tocó a mí. El mismo grupo fue el autor. El identikit confeccionado por Prisant permite identificar a Martínez y Bufano... Luego yo pude reconocer la casa donde estuve secuestrado, era en la calle Mendoza... Pertenecía a Martínez, un cabo que tenía una casa con pileta iluminada...”, precisa Combal.
–¿En qué se basa la sentencia?
–No la tenemos aún, no la hemos leído. El jueves nos informaron que había salido el fallo, pero no lo que decía. Yo me enteré el viernes a las seis y media de la mañana, porque me llamaron de una radio.
–¿Cómo reaccionó usted?
–Indignado, me puse frenético. Esperábamos la máxima condena. Había pruebas más que suficientes. Ni deben haberlas evaluado para dar una sentencia así.
–¿Cuáles son, a sus juicio, las pruebas importantes?
–En primer término, que Sánchez Reisse nos conocía perfectamente a nosotros tres, a los que fue capturando uno por uno. Yo tenía entonces una agencia de turismo y lo conocí porque me compraba pasajes. Un día sábado me pidió 5000 pesos prestados para internar a su padre en el Instituto del Diagnóstico. Se los presté y a partir de ahí varias otras veces. Me debía mucha plata en la época del secuestro. En segundo lugar, las coartadas que presentó nunca pudieron probarse. La del cumpleaños (que fue al día siguiente de mi secuestro) ha sido totalmente desvirtuada en la causa. El 22 de mayo de aquel año, poco después de cobrar mi rescate por un millón de dólares, él y su mujer (que hasta entonces no tenían un peso, según ellos) se fueron de viaje en primera por el mundo... Y en tercer lugar, la confesión de Sánchez Reisse que implica su firma página por página de la entrevista que le hizo en 1985 el periodista Juan Gasparini para su libro La pista suiza y cuyo original él entregó a la Justicia en 1998.
–¿En qué consiste esa confesión?
–Sánchez Reisse le cuenta a Gasparini -.y corrige de puño y letra la entrevista– cómo organizó el informe que aportó los datos para los secuestros... En cuanto al mío, ni lo niega ni lo reconoce, pero dice que “se arregló en la parrilla”. Ellos me torturaron con picana eléctrica y golpes, me pedían dos millones. Yo les ofrecí medio millón... Y relata detalladamente el montaje de lo que llamaban las operaciones contra la subversión económica...
–¿Qué piensa hacer ahora?
–Apelar. Ya lo hizo la fiscal, en cuanto tengamos la sentencia lo haremos nosotros, aun a nivel internacional. Sánchez Reisse está imputado por el juez Garzón, ha declarado en Estados Unidos. Tres países (Suiza, España y Estados Unidos) concedieron su extradición y nunca lo habrían hecho sin que hubiera semiplena prueba...Yo inicié el juicio apenas me liberaron. Y lo he seguido. He viajado tres veces a Suiza. Esto empezó con un muy buen juez, Carlos Olivieri, que persistió siempre, aunque le barrieron su vivienda. Luego vinieron las idas y vueltas. El juez Warley dicta la prisión preventiva de Sánchez Reisse. Daffis Niklisson lo absuelve. Con este sistema no damos seguridad jurídica. ¿Quién se hace responsable de mi suerte? Porque delincuentes como éstos volverán a las andadas. Yo seguiré adelante. Y espero que haya jueces ecuánimes. Para bien de todos. La historia continúa.

 

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