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Por Raúl Dellatorre La propuesta de reactivación impulsada por la Unión Industrial Argentina atravesará la semana entrante por un camino de cornisa. Junto a sus dos socios del Grupo Productivo (Confederaciones Rurales y Cámara de la Construcción), se sentará el lunes frente a la CGT oficial (Rodolfo Daer) para interiorizarla de su plan. Paralelamente, directivos de la UIA se reunirían el mismo día en forma reservada con dirigentes de la CGT disidente (Moyano-Palacios) para seguir delineando una propuesta más audaz que tratarían de imponer en la mesa del consenso convocada por la Iglesia. En tanto, desde el Gobierno buscarán quebrar esa alianza multisectorial en ciernes tentando a los dirigentes empresarios con un conjunto de medidas impositivas y financieras para el sector productivo, que se sumarían al ya adelantado plan de obras públicas. El consenso con los industriales sobre el plan está muy avanzado, el problema es que por muy poco el Gobierno los compra, confió a Página/12 una fuente gremial ligada a la CGT disidente. Teniendo en cuenta la diversidad de gestiones simultáneas encaradas, los directivos de la UIA fueron muy prudentes al referirse a los pasos que darán en los próximos días. El lunes tenemos una reunión con la CGT de Rodolfo Daer, que nos pidió que lo interiorizáramos de nuestra propuesta, como también solicitó un encuentro la CGT de (Hugo) Moyano, explicó equidistante Osvaldo Rial, titular de la UIA, que además planteó gestos conciliatorios hacia el Gobierno. Creo que hay una fuerte voluntad de parte del Gobierno para consensuar un plan de reactivación. Tuvimos algunas señales positivas del equipo económico con respecto a nuestra propuesta, estamos esperando una reunión con el Presidente de la Nación para hacérselo conocer en detalle, describió en una entrevista del programa Mate Amargo, de Radio Splendid. Ignacio de Mendiguren, secretario de la UIA, se expresó en igual sentido al ser consultado por la agencia oficial Télam. Somos optimistas, vemos que las medidas están teniendo aceptación dentro del Ministerio de Economía y el Gobierno, y nos han dicho que se van a implementar, señaló. El entusiasmo revelaría la predisposición empresaria a bajar las propuestas más irritativas para el Gobierno, como la restitución de los aportes patronales a los servicios y las concesionarias de sectores privatizados, que financiaría un seguro de desempleo para jefes de hogar sin trabajo. La estrategia delineada en común por la UIA y la CGT disidente, con aval de la Pastoral Social de la Iglesia, era avanzar en un proyecto común que diera fuerte impulso a la demanda interna y al que se pretendía sumar a otras entidades empresarias y sindicales. La propuesta también incluía estímulos por el lado de la oferta, buscando reducir costos de producción y posibilitar la refinanciación de pasivos. Si el Grupo Productivo, en cambio, acepta una contrapropuesta del Gobierno limitada a medidas ofertistas, la estrategia común de empresarios y sindicalistas disidentes haría agua. Al ser consultado por la propuesta del seguro de desempleo, el propio Rial la relativizó en el mencionado reportaje radial. Teníamos prevista -dijo sugestivamente la eliminación transitoria de los descuentos de aportes patronales para sectores no transables, donde tendríamos aproximadamente 1200 millones de dólares disponibles para ayudar, también en forma transitoria, a jefes de familia para que puedan paliar la situación. El Gobierno, en tanto, no por mera casualidad habría demorado el anuncio de un paquete de medidas que, en principio, fue titulado como shock productivo, y luego relativizado y bajado a la categoría de flujo permanente de iniciativas para alentar la producción. Midiendo el paso, esperará el encuentro del Grupo Productivo con De la Rúa, para responder posteriormente con las medidas en carpeta. No habrá impulso a la demanda privada, pero sí un generoso plan de obra pública. Habrá apoyo financieroen la forma de diferimiento de pagos de servicios públicos, además de probables medidas para facilitar el financiamiento de proyectos productivos. E impositivo, mediante un nuevo régimen de promoción. Una promesa de mayor control aduanero responderá al reclamo de suba de aranceles a la importación. Si el Grupo Productivo acepta, el idilio entre UIA y CGT disidente no habrá sido más que un fugaz romance, pero el objetivo de un shock reactivante quedará reducido a un alivio para pasar el invierno. Si la propuesta oficial no conforma, entonces la alianza multisectorial tendrá espacio para seguir adelante.
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