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VIOLENTO ASALTO COMANDO EN LA PLANTA DE BAGLEY
El infierno en Constitución

Una banda fusiló al custodio y esperó en la empresa el camión de caudales. Después de un tiroteo se llevaron 150 mil pesos.

t.gif (862 bytes)  No hubo improvisación. El robo a la planta de la empresa Bagley de Constitución fue planificado segundo a segundo. Incluso, antes del día señalado –el de ayer, día de pago de haberes y aguinaldos– hubo un ensayo: una voz anónima llamó a la seccional 16 para denunciar un robo en esa empresa alimentaria. Falsa alarma, una táctica para cronometrar el tiempo que tardaría la policía en llegar al lugar. Ya con el atraco en marcha, primero ingresaron tres miembros de la banda con el uniforme del personal de limpieza y facilitaron el acceso a los otros diez, que venían en un Gol rojo. Fusilaron sin vueltas al custodio que vigilaba el acceso –tenía 70 años y estaba desarmado– y esperaron quince minutos al camión de caudales, tiempo en el que además dispararon en un pie a un oficial de la Federal que llegó un poco tarde cumplir su adicional y a un operario de la zona de Calderas que quiso ver lo que pasaba y recibió un impacto en la rótula. Cuando llegó el blindado se trenzaron en un violento tiroteo con los custodios. Finalmente, lograron alzarse con todo el dinero de las sacas: entre 140 y 150 mil pesos. Y con las armas de los demás custodios.
Un reguero impresionante de vainas servidas quedó desparramado por el playón de entrada de la planta, en la calle Hornos al 260. La banda no desperdició tiempo ni escatimó balas: entró con la seguridad de quien conoce el lugar y le sobra información. La policía maneja la hipótesis de la existencia de un entregador, un informante que delató la fecha clave y la hora en que se pagarían los sueldos.
La División Robos y Hurtos de la comisaría 16ª trabajó intensamente en el lugar durante todo el día de ayer, junto al juez de instrucción porteño Guillermo Carbajal. Según una fuente de esa repartición, “llegaron a robar todo lo que tenía el camión, y las armas de los custodios. Fue un robo con gran tarea de inteligencia”.
Los delincuentes se levantaron temprano: a las 7.30 estaban en la puerta de la administración de la empresa en un Gol rojo. Los investigadores piensan que la puerta de acceso la franquearon con ayuda de falsos empleados de limpieza que habían ingresado anteriormente y no bien se bajaron del auto, dispararon contra Miguel Reynoso, un custodio de la empresa Prosegur que tenía 70 años y que no llevaba arma.
Con el camino libre y un automóvil de reaseguro en la puerta de salida, esperaron la llegada de los billetes, que según la información que manejaban llegaría en quince minutos en un camión de Juncadella. Pero en ese lapso, ingresaron dos personas que no estaban previstas: un agente de la federal que llegó más tarde a cumplir su adicional, Aníbal Reina, de 35 años, al que le dispararon en un pie y en una mano, y Rodolfo Duarte, un operario calderero de 38 años, que recibió un disparo en la rodilla.
Mientras tanto, el resto de la planta, que ocupa una manzana, trabajaba sin advertir lo que ocurría.
Finalmente, el camión de caudales dobló por Hornos y se detuvo frente al portón de acceso de la fábrica, que fue abierto por los propios delincuentes. Cuando el blindado estacionó en la playa de Bagley –aparentemente sin que los custodios advirtieran lo que sucedía– las puertas del camión se abrieron normalmente para descargar la plata en el cajero. Fue ahí cuando los ladrones abrieron fuego sin detenerse hasta que se apoderaron del dinero y de las armas de los custodios. Huyeron en el auto en el que llegaron, que cruzó un bulevar de contramano, hacia uno de los accesos a la zona sur del conurbano bonaerense, secundado por otro vehículo, con destino hacia el puente Avellaneda, según el relato de un testigo.
Los detalles de la investigación están bajo estricto secreto de sumario, y aunque la pesquisa apunta hacia la hipótesis del entregador, hasta anoche, el dato no fue confirmado.

 

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