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Ganó su 63º torneo como profesional
En Wimbledon, Pete Sampras se consagró el mejor de la historia

Fue su 13º título de Grand Slam, un logro nunca antes alcanzado. Le ganó en cuatro sets al australiano Patrick Rafter.

Por Miguel Luengo (EFE)
Desde Wimbledon

t.gif (862 bytes)  El estadounidense Pete Sampras sumó su séptimo título en Wimbledon para lograr el decimotercero individual del Grand Slam en su carrera, y convertirse así en el mejor jugador en la historia.
Sampras derrotó al australiano Patrick Rafter 6-7 (10-12), 7-6 (7-5), 6-4, 6-2, en dos horas y 58 minutos, en un partido que a punto estuvo de no acabar ayer, por las dos interrupciones por lluvia y por falta de luz después. Pero el americano logró activar sus músculos a una velocidad superior para acabar a tiempo y no retrasar más su cita con la historia: deshacer la igualdad con 12 grandes que mantenía desde hace un año con el australiano Roy Emerson.
Sampras terminó llorando su gran triunfo. Había pasado por grandes problemas, su grave lesión en el tobillo izquierdo, sus dudas sobre su juego. Pero al final su raza de campeón no resistió la emoción y el americano acabó derramando sus lágrimas en la cancha central de Wimbledon. Luego, cuando se serenó, subió por las escaleras para fundirse en un emotivo abrazo con sus padres, Sam y Georgia, que habían llegado para verlo triunfar.
Fue su título número 63, el segundo esta temporada (tras Key Biscayne), que lleva consigo un cheque por 754.450 dólares, aunque para el campeón, hoy lo importante no era el dinero. En un partido histórico no faltaron famosos y personalidades en el palco real y la grada, como Juan Antonio Samaranch, presidente del COI, o los actores Tom Hanks –que celebraba su 44º cumpleaños– y el británico Sean Connery.
Sampras emergió de la derrota, en un partido en el que estuvo a punto de convertirse en un nuevo fracaso para él en su lucha por ser el más grande en el Grand Slam. Rafter, brillante verdugo de Andre Agassi en semifinales, plantó una gran resistencia porque quería convertirse en el primer australiano que ganaba el torneo desde Pat Cash en 1987, pero Sampras, en su séptima final en ocho años, lo impidió con 27 saques directos y un resto que acabó por apabullar al jugador de Queensland.
El estadounidense sufrió más de lo debido en el decimocuarto enfrentamiento entre ambos. Tuvo Sampras dos set-points en el primer tiebreak de la tarde, pero las perdió y terminó entregándolo con su quinta doble falta, de las 12 que cometió durante el duelo.
El segundo set también se decidió en el desempate, porque Rafter no daba su brazo a torcer y levantaba los puntos de ruptura con feroces ataques en la red. En este juego corto, Sampras estuvo abajo 4-1 y servicio del australiano, pero en una magnífica recuperación ganó cinco puntos seguidos para hacerse luego con el este pequeño parcial por 7-5. Ahí estuvo la clave del partido y la victoria que rozó con los dedos.
Los padres de Rafter, Jim y Jocelyn, habían viajado desde Australia para ver triunfar a su hijo. En el palco, junto con la novia del jugador, Laura Feltham, y el hermano de éste, su agente Steve, sufrieron por la derrota de Rafter.
Una ruptura en el quinto juego del tercer parcial, después de nueve intentos fallidos, dio por fin el liderazgo a Sampras, que con mucho más ritmo y con increíbles voleas ponía cerco a su triunfo. Sampras selló este parcial con su 24º ace.
En el cuarto set, Sampras volvió a romper en el quinto game. Luego salvó un punto de ruptura en el siguiente, pero de nuevo volvió a la carga y su resto terminó por cercenar la resistencia de Rafter que cedía su saque en el 5-2. “Pistol Pete” no concedió más indulgencias y ganó su servicio a continuación para entrar en la historia.

 

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