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Por F.C. El presidente Fernando de la Rúa viajó a Tucumán para festejar el Día de la Independencia y desde allí, pese al mal clima, volvió a su política de hablar sólo de las buenas noticias: confirmó que el Gobierno anunciará en breve un programa de empleo, así como la reformulación de los programas sociales y un plan general de infraestructura y vivienda. Además, buscó la manera de presentar el duro ajuste realizado a las cuentas estatales como un beneficio para la gente. Hay que poner orden en las cuentas para que no se las pasemos después al pueblo, explicó. La decisión de designar a Tucumán como Capital de la República cada 9 de Julio la tomó el ex presidente Carlos Menem en 1991. Supuestamente, al trasladar la capital, ese día también se movía al norte todo el Gobierno. Sin embargo, con el tiempo y las elecciones provinciales adversas, Menem fue perdiendo la costumbre que ayer decidió retomar De la Rúa. El Presidente llegó al aeropuerto provincial a las 10.45 en el Tango 01. Lo acompañaron su esposa, Inés Pertiné, el ministro de Infraestructura, Nicolás Gallo, el de Salud, Héctor Lombardo, y la interventora del PAMI, Cecilia Felgueras. También se sumó el presidente de la Corte Suprema, Julio Nazareno. En cambio, varios ministros que habían sido anunciados prefirieron quedarse en sus casas. La comitiva cumplió con la tradición del Te Deum, homenajeó a los congresales de 1816 y luego marchó al desfile que, como en casi todo el país, se realizó bajo una persistente llovizna y baja temperatura. El palco se levantó sobre la avenida Soldati, en la céntrica zona del parque 9 de Julio. De la Rúa se encontró con la prensa durante su visita a la casa en la que se declaró la independencia. Los hombres de aquel tiempo afrontaron circunstancias difíciles, Fernando VII había vuelto al trono de España y quería recuperar estos territorios, rememoró el Presidente, entusiasmado por el recorrido histórico. Luego se refirió a temas más coyunturales. Es inminente el anuncio del programa de empleo, la reformulación de los programas sociales y el plan nacional de infraestructura y vivienda, que generará mucho empleo y trabajo en el país, insistió De la Rúa. Las iniciativas vienen siendo preparadas a todo trapo en diferentes ministerios y buscarán darle una cara más social al Gobierno que hasta ahora priorizó el orden de las cuentas. Con el plan de infraestructura, por ejemplo, se pondrán en marcha obras públicas paralizadas desde hace tiempo a un costo inicial de 2000 millones de pesos. En ese sentido, el Presidente sostuvo que la atención de los problemas sociales es una política fundamental que debe acompañar a las medidas de saneamiento financiero y a los programas de crecimiento. Antes de volver al frío de la calle, De la Rúa justificó la poda en el gasto estatal para cumplir con las metas del déficit acordadas con los organismos de crédito. La responsabilidad de los gobiernos es ser austeros y sensatos, respondió. Para ello, es necesario gastar sólo lo que se tiene porque cuando se inflan los presupuestos, se pasan las cuentas al pueblo trabajador y recae sobre los más débiles.
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