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![]() El festival, organizado por la Secretaría de Cultura y Comunicación de la Nación, servirá para reforzar los puentes entre una música con arraigo histórico en la ciudad, pero alejada casi siempre de los habituales circuitos de difusión, con los espectadores no acostumbrados a presenciar este tipo de eventos. Acorde con este espíritu, pero con unas fichas puestas en el incentivo turístico, se confirmó también la realización en octubre del Festival Internacional de Jazz de los Siete Lagos, que se llevará a cabo en San Martín de los Andes y Bariloche, y contará con la participación, entre otros, de Dave Holland Quintet, Dino Saluzzi, John Pattituci Trío, Chucho Valdés Trío y Casandra Wilson. El ciclo en el Cervantes hará converger a distintas figuras que podrían ser consideradas como clásicas dentro del jazz, con prestigio ganado a través de décadas de trajinar los más diversos escenarios. Es el caso, por ejemplo, de Fats Fernández, a esta altura casi una leyenda, e institucionalizado en el medio como la trompeta argentina del jazz. El músico, acompañado por el pianista Andrés Beeuwsaert, interpretará un repertorio similar al que escuchan sus fans en Clásica y Moderna: esto es, temas de Cole Porter, Miles Davis, Dizzy Gillespie, Louis Armstrong, etc. A mí me gusta tocar donde sea detalla el trompetista en diálogo con Página/12, ya sea al aire libre como en un pub, y si es gratis, mejor. Esto es interesante también por eso. Todos tienen derecho a escuchar jazz. Contrariamente a lo que piensan muchos, yo opino que es para todo el mundo. Depende de la difusión que tenga, nada más. Otro histórico, Walter Malosetti, interrumpe una de sus clases particulares para contar que es la primera vez, en mi larga trayectoria, que voy a ser partícipe de un evento de estas características, y eso que toqué en todos lados, y me parece fantástico. Me parece que es síntoma, también, de que el jazz está muy bien, pese a que son pocos los medios que se distraen para darle lugar. Pero por debajo hay un movimiento grande, con muchos jóvenes que estudian y evolucionan. El jazz, por suerte, ya no es una cosa rara. En el concierto de esta noche, y con el swing que lo caracteriza, ejecutará standards, temas tradicionales de Armstrong, un blues de Thelonious Monk, clásicos de George Gershwin, Django Reinhardt y Jim Hall, entre otros, además de creaciones propias. Jorge Padín, con la agrupación que también integran Pierre (saxo alto y clarinete), Cirigliano (piano) y Remus (contrabajo), se reivindica como parte de una tradición de jazz moderno que respeta las líneas melódicas. Sostiene también que, además de esto que pasa en la Capital Federal, es muy importante el trabajo que se hace en el interior, donde el público está esperando día a día que vayan músicos de jazz, porque les gusta muchísimo, sólo que sin apoyo oficial sería imposible organizar conciertos en las provincias, por los costos. El Valentino Jazz Bazar, que tiene dos discos en la calle y otros tantos años de trayectoria, muestra afinidad con el estilo que patentó en su momento West Montgomery, aunque el cuarteto argentino le agrega ciertos condimentos soul y funk (el jueves estará como invitada Deborah Dixon) e interpreta una versión del clásico de Los Beatles Eleonor Rigby. Valentino, de 38 años, criado con la música de Mono Villegas y OscarAlemán y habitual compañero de escena de Willy Crook, cuenta que para él es un honor tocar antes de gente como Baby López Furst y Jorge Navarro, a quienes siempre admiré mucho. Precisamente, los dos pianistas, de dilatada trayectoria en distintos géneros (y también en el terreno de la música publicitaria), serán los encargados de cerrar el ciclo el próximo jueves.
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