Por Fabián
Lebenglik
Desde Rosario
En estos días, el Museo Municipal de Bellas Artes Juan
B. Castagnino, de Rosario, presenta cuatro muestras que en conjunto exhiben
un equilibrio entre la mirada histórica, la visión moderna
y la perspectiva más contemporánea. Por una parte se expone
una muy buena selección del patrimonio. Por otra, dos muestras transitorias,
una de fotografía, que viene organizada por el Museo Nacional de
Bellas Artes, y otra de arte joven que pertenece a la colección de
la empresa Telefónica una selección muy despareja que
fue adquirida con muy buenas intenciones en 1995, y que desde entonces está
siendo presentada por todo el país, pero que hoy sorprende por la
rapidez con que fue perdiendo aquello que supuestamente la distingue: su
juventud. La cuarta muestra del Museo es la recientemente inaugurada
Colección de Arte Contemporáneo de Rosario.
Es esta última la que llama especialmente la atención, porque
se trata de un buen conjunto de piezas donadas por 28 de los mejores artistas
rosarinos del presente, que actualmente están en plena producción.
La mayoría vive y trabaja en la ciudad, algunos viven en Buenos Aires,
otros en Estados Unidos o Francia.
La solidez del patrimonio histórico del Museo es fuerte en el período
que va desde el último tercio del siglo XIX hasta mediados del siglo
XX. En la actualidad, el ingreso de obras nuevas se reduce a los premios
adquisición de los salones y a esporádicas donaciones de particulares,
por lo cual existe un vacío en la colección que, entiendo,
debe ser subsanado. La conformación de una Colección de Arte
Contemporáneo de Rosario es, en este marco, el primer proyecto que
se concreta.
Rosario dice Fernando Farina, el nuevo director del Museo, que
asumió la gestión hace seis meses ha sido históricamente
un ámbito generador de artistas relevantes tales como Antonio Berni,
Lucio Fontana, Manuel Musto, Augusto Schiavoni, Juan Grela, Leónidas
Gambartes, Juan Pablo Renzi y grupos de interesante acción local
y nacional, como la Mutualidad de Artistas Plásticos Rosarinos, el
Grupo Litoral y la vanguardia de los 60. Por eso corresponde hablar
de una tradición alternativa frente a otros centros de producción
artística, que vuelve a ponerse en evidencia en los últimos
años con el surgimiento de un grupo importante de creadores. El Museo
Castagnino debe perfilarse como una referencia ineludible de los artistas
rosarinos, como un agente productor y comunicador cultural tanto a nivel
nacional como internacional. Las obras, que pasan a formar parte del patrimonio
del museo, ponen de manifiesto la importancia y singularidad del arte rosarino,
que se construye a partir de propuestas nada sumisas a los dictados de ciertas
instituciones que tradicionalmente han legitimado el arte en Argentina.
Es seguro que un buen patrimonio no se hace en base a donaciones sino por
obra bien elegida. No deberían ser los donantes sino las instituciones
quienes diseñen el perfil de una colección y quienes aporten
su propio capital real o simbólico. En este caso, el director del
Museo consultó a un grupo de destacados especialistas que funcionó
como un comité de selección.
El revés de trama de esta actualización es llamar la atención
sobre una política de compras de este y de todos los museos del país,
para lo cual no suele haber presupuesto. Son entonces los artistas, quienes,
para contribuir con el crecimiento del Museo y en apoyo de su lúcido
director, sostienen la actualización patrimonial del Castagnino.
En este sentido hay que señalar el aval que significa la participación
tanto de artistas consagrados Carnevale, Escandel y Puzzolo, entre
otroscomo el de un grupo que tiene activa presencia internacional,
como Marcaccio, Scheimberg, Orta, Daniel García, Nicola Costantino
y otros. Más allá del buen nivel general, se destacan también
los trabajos de Eladia Acevedo, Raúl DAmelio, Claudia del Río,
Aurelio García, Mauro Machado, Andrea Ostera y Graciela Sacco. La
nueva colección, que comprende pinturas, fotografía, videoarte,
escultura, instalaciones, objetos y arte digital, se completa con obras
de Rubén Baldemar, Leo Battistelli, Hugo Cava, Fabiana Imola, Diana
Kleiner, Juan Maidagan y Dolores Zinny, Arturo Marinho, Julio Pérez
Sanz, Emilio Torti, Carlos Trilnick y Román Vitali.
Está previsto que la nueva colección sea mostrada en distintos
lugares del país y el exterior. Como complemento, se ha editado un
catálogo bilingüe de las obras que incluye un apéndice
con una breve historia del arte local. (Hasta fin mes, en el Museo Castagnino
de Rosario.)
ELADIA ACEVEDO
EN LA ALIANZA FRANCESA
De la banalidad a la sensualidad
Por
F. L.
La rosarina Eladia Acevedo
(1960) presenta en la Alianza Francesa su tercera muestra individual
en Buenos Aires.
Una de sus obras se destaca especialmente en la nueva Colección
de arte contemporáneo de Rosario que se comenta por
separado en esta página. En 1994 la artista partía
de los mecanismos estéticos de presentación que
usan las firmas de modas, perfumería y joyería en
las revistas y vidrieras. A través de un despliegue barroco
de drapeados, terciopelos y brillos varios, la artista desmontaba
y analizaba esos mismos mecanismos por la doble vía de
la crítica y la exaltación.
En
su nueva muestra, Acevedo fabrica en series limitadas de carácter
aparentemente industrial, objetos de invención propia en
cuya elaboración se mezclan los diseños de elementos
de tocador y de artefactos para el baño, así como
caireles, capullos, vulvas y pomos.
De la banalidad a la sensualidad, la artista moldea pequeñas
series de piezas todas parecidas, pero con diferencias de
tamaño, forma y diseño dentro de la misma serie
que con apariencia inofensiva, en una segunda mirada invitan al
espectador a examinar los umbrales de deseo.
Tanto como la calidad de la realización se destaca la del
montaje directo sobre la pared, y la de los juegos de transparencias
y reflejos.
La muestra, compartida con Fernando Traverso, está curada
por Rubén Echagüe y forma parte del ciclo Paseando
por el interior, que aunque con un título muy poco
feliz, es una buena idea de la Alianza Francesa para mostrar la
obra de artistas de todo el país a través de curadores
locales en cada caso. (Córdoba 946, hasta el 28 de julio.)
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Eva Jawerbaum:
gráfica pictórica
Por
F. L.
En principio, la producción
de Eva Jawerbaum parte del dominio y la combinación de técnicas:
distintas especialidades de la gráfica sobre las que se suman elementos
pictóricos. Este compendio de técnicas genera un efecto
de completud y de sobrecarga en cada obra, en donde el punto de partida
es la gráfica pero el resultado es pictórico.
En su nueva muestra, más allá de la aspiración táctil
y volumétrica sobre la que E. J. vuelve una y otra vez a lo largo
de los años, incursiona en piezas escultóricas: una serie
de paneles de acrílico que, a escala humana miden dos metros
de altura por 50 cm de ancho, y están montadas de pie,
en grupo, en un sector de la sala se presentan para establecer un
tipo de diálogo más activo, tal vez algo intimidatorio,
con el espectador. Como si la artista intentara darles forma en el espacio
a sus obras enmarcadas para decir algo más.
En esta nueva exposición lo primero que se ve es la saturación
de colores apastelados y texturas múltiples en el espacio virtual
de cada trabajo. Luego aparecen, en el interior de cada pieza, las imágenes
reconocibles, que junto con el título inducen a pensar en diferentes
mundos, generalmente interiores.
La actividad plástica sería para Eva Jawerbaum fundamentalmente
una cuestión expresiva, como si cada trabajo condensara estados
de ánimo y de conciencia; memorias y sueños, momentos y
acentos íntimos que se exhiben como un diario personal pero cifrado.
Todo puede ser revelado, parece leerse en esta obra, a condición
de que esté oculto entre el artificio técnico. Cada obra
propone, a través de una accidentada superficie, que el camino
de la mirada debe pasar de esas superficies a otras realidades ocultas
detrás de eso que se ve. (Centro Borges, Viamonte y San Martín,
hasta el 27 de julio.)
Inauguran
de la semana
Eduardo Médici, Los paraísos perdidos,
hoy, en Diana Lowenstein, Avenida Alvear 1595.
Marta Ares, María
de la Paz Lencina y Nox Group, videoinstalaciones, hoy, en Duplus,
Bustamante 750, 1 piso, depto. 2.
Duilio Pierri, pinturas,
hoy, en Feldman, Suárez y Asociados, Esmeralda 1274.
Adriana Bustos, Ruta
Nº 9, fotos, hoy, en Gara, Honduras 4952.
Carolina Esparza, pinturas,
hoy, en Milion, Paraná 1048.
Pablo Bolaños,
pinturas para armar, hoy en ProArte, Mario Bravo 960.
Homenaje a Urruchúa,
por 50 alumnos de la Asociación Estímulo de Bellas
Artes, hoy, en Córdoba 701.
Germán Fasola,
arte y música, hoy, en el Centro Cultural Borges, Viamonte
y San Martín.
Sally Dietrich, pinturas
y César Lorenzano, fotos, mañana, en Sara García
Uriburu, Uruguay 1223.
Alfredo Portillos, De
la muerte a la vida, retrospectiva 1945-2000, mañana,
en la Fundación Andreani, Suipachaa 272.
José Luis Inzizar,
Zapatos, dibujos y objetos, en un espacio que inaugura
el jueves 14: Elsi del Río, en Arévalo 1748.
Sara Brodsky, pinturas,
el viernes 15, en Hebraica, Sarmiento al 2300.
María Laura San
Martín, De los deportes y las barcas, pinturas,
el sábado 15 en el Museo Sívori, Av. Infanta Isabel
555 (Frente al Rosedal).
Abrazo al Botánico,
en el Marco del Festival de la Luz, XI edición
del importante festival fotográfico internacional. El gobierno
de la Ciudad y los fotógrafos Elda Harrington y Alejandro
Montes de Oca, convocan al público en general para que lleve
sus propias fotos con el fin de presentar una exposición
en todo el perímetro del Jardín Botánico; el
domingo 16 (en caso de lluvia se pasa al 23), desde las 10 de la
mañana.
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