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ARTE CONTEMPORANEO PARA EL JUAN B. CASTAGNINO
Un museo de colección

28 de los mejores artistas rosarinos de hoy donaron obra al Museo Castagnino para fundar una colección contemporánea.

Por Fabián Lebenglik
Desde Rosario

t.gif (862 bytes)  En estos días, el Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino, de Rosario, presenta cuatro muestras que en conjunto exhiben un equilibrio entre la mirada histórica, la visión moderna y la perspectiva más contemporánea. Por una parte se expone una muy buena selección del patrimonio. Por otra, dos muestras transitorias, una de fotografía, que viene organizada por el Museo Nacional de Bellas Artes, y otra de arte joven que pertenece a la colección de la empresa Telefónica –una selección muy despareja que fue adquirida con muy buenas intenciones en 1995, y que desde entonces está siendo presentada por todo el país, pero que hoy sorprende por la rapidez con que fue perdiendo aquello que supuestamente la distingue: su juventud–. La cuarta muestra del Museo es la recientemente inaugurada “Colección de Arte Contemporáneo de Rosario”.
Es esta última la que llama especialmente la atención, porque se trata de un buen conjunto de piezas donadas por 28 de los mejores artistas rosarinos del presente, que actualmente están en plena producción. La mayoría vive y trabaja en la ciudad, algunos viven en Buenos Aires, otros en Estados Unidos o Francia.
La solidez del patrimonio histórico del Museo es fuerte en el período que va desde el último tercio del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. En la actualidad, el ingreso de obras nuevas se reduce a los premios adquisición de los salones y a esporádicas donaciones de particulares, por lo cual existe un vacío en la colección que, entiendo, debe ser subsanado. La conformación de una Colección de Arte Contemporáneo de Rosario es, en este marco, el primer proyecto que se concreta.
“Rosario –dice Fernando Farina, el nuevo director del Museo, que asumió la gestión hace seis meses– ha sido históricamente un ámbito generador de artistas relevantes tales como Antonio Berni, Lucio Fontana, Manuel Musto, Augusto Schiavoni, Juan Grela, Leónidas Gambartes, Juan Pablo Renzi y grupos de interesante acción local y nacional, como la Mutualidad de Artistas Plásticos Rosarinos, el Grupo Litoral y la vanguardia de los ‘60. Por eso corresponde hablar de una tradición alternativa frente a otros centros de producción artística, que vuelve a ponerse en evidencia en los últimos años con el surgimiento de un grupo importante de creadores. El Museo Castagnino debe perfilarse como una referencia ineludible de los artistas rosarinos, como un agente productor y comunicador cultural tanto a nivel nacional como internacional. Las obras, que pasan a formar parte del patrimonio del museo, ponen de manifiesto la importancia y singularidad del arte rosarino, que se construye a partir de propuestas nada sumisas a los dictados de ciertas instituciones que tradicionalmente han legitimado el arte en Argentina.”
Es seguro que un buen patrimonio no se hace en base a donaciones sino por obra bien elegida. No deberían ser los donantes sino las instituciones quienes diseñen el perfil de una colección y quienes aporten su propio capital real o simbólico. En este caso, el director del Museo consultó a un grupo de destacados especialistas que funcionó como un comité de selección.
El revés de trama de esta actualización es llamar la atención sobre una política de compras de este y de todos los museos del país, para lo cual no suele haber presupuesto. Son entonces los artistas, quienes, para contribuir con el crecimiento del Museo y en apoyo de su lúcido director, sostienen la actualización patrimonial del Castagnino. En este sentido hay que señalar el aval que significa la participación tanto de artistas consagrados –Carnevale, Escandel y Puzzolo, entre otros–como el de un grupo que tiene activa presencia internacional, como Marcaccio, Scheimberg, Orta, Daniel García, Nicola Costantino y otros. Más allá del buen nivel general, se destacan también los trabajos de Eladia Acevedo, Raúl D’Amelio, Claudia del Río, Aurelio García, Mauro Machado, Andrea Ostera y Graciela Sacco. La nueva colección, que comprende pinturas, fotografía, videoarte, escultura, instalaciones, objetos y arte digital, se completa con obras de Rubén Baldemar, Leo Battistelli, Hugo Cava, Fabiana Imola, Diana Kleiner, Juan Maidagan y Dolores Zinny, Arturo Marinho, Julio Pérez Sanz, Emilio Torti, Carlos Trilnick y Román Vitali.
Está previsto que la nueva colección sea mostrada en distintos lugares del país y el exterior. Como complemento, se ha editado un catálogo bilingüe de las obras que incluye un apéndice con una breve historia del arte local. (Hasta fin mes, en el Museo Castagnino de Rosario.)

 

ELADIA ACEVEDO EN LA ALIANZA FRANCESA
De la banalidad a la sensualidad

Por F. L.
La rosarina Eladia Acevedo (1960) presenta en la Alianza Francesa su tercera muestra individual en Buenos Aires.
Una de sus obras se destaca especialmente en la nueva “Colección de arte contemporáneo de Rosario” que se comenta por separado en esta página. En 1994 la artista partía de los mecanismos estéticos de presentación que usan las firmas de modas, perfumería y joyería en las revistas y vidrieras. A través de un despliegue barroco de drapeados, terciopelos y brillos varios, la artista desmontaba y analizaba esos mismos mecanismos por la doble vía de la crítica y la exaltación.
En su nueva muestra, Acevedo fabrica en series limitadas de carácter aparentemente industrial, objetos de invención propia en cuya elaboración se mezclan los diseños de elementos de tocador y de artefactos para el baño, así como caireles, capullos, vulvas y pomos.
De la banalidad a la sensualidad, la artista moldea pequeñas series de piezas –todas parecidas, pero con diferencias de tamaño, forma y diseño dentro de la misma serie– que con apariencia inofensiva, en una segunda mirada invitan al espectador a examinar los umbrales de deseo.
Tanto como la calidad de la realización se destaca la del montaje directo sobre la pared, y la de los juegos de transparencias y reflejos.
La muestra, compartida con Fernando Traverso, está curada por Rubén Echagüe y forma parte del ciclo “Paseando por el interior”, que aunque con un título muy poco feliz, es una buena idea de la Alianza Francesa para mostrar la obra de artistas de todo el país a través de curadores locales en cada caso. (Córdoba 946, hasta el 28 de julio.)

Eva Jawerbaum: gráfica pictórica

Por F. L.
En principio, la producción de Eva Jawerbaum parte del dominio y la combinación de técnicas: distintas especialidades de la gráfica sobre las que se suman elementos pictóricos. Este compendio de técnicas genera un efecto de completud y de sobrecarga en cada obra, en donde el punto de partida es la gráfica pero el resultado es pictórico.
En su nueva muestra, más allá de la aspiración táctil y volumétrica sobre la que E. J. vuelve una y otra vez a lo largo de los años, incursiona en piezas escultóricas: una serie de paneles de acrílico que, a escala humana –miden dos metros de altura por 50 cm de ancho, y están montadas “de pie”, en grupo, en un sector de la sala– se presentan para establecer un tipo de diálogo más activo, tal vez algo intimidatorio, con el espectador. Como si la artista intentara darles forma en el espacio a sus obras enmarcadas para “decir” algo más.
En esta nueva exposición lo primero que se ve es la saturación de colores apastelados y texturas múltiples en el espacio virtual de cada trabajo. Luego aparecen, en el interior de cada pieza, las imágenes reconocibles, que junto con el título inducen a pensar en diferentes mundos, generalmente interiores.
La actividad plástica sería para Eva Jawerbaum fundamentalmente una cuestión expresiva, como si cada trabajo condensara estados de ánimo y de conciencia; memorias y sueños, momentos y acentos íntimos que se exhiben como un diario personal pero cifrado. Todo puede ser revelado, parece leerse en esta obra, a condición de que esté oculto entre el artificio técnico. Cada obra propone, a través de una accidentada superficie, que el camino de la mirada debe pasar de esas superficies a otras realidades ocultas detrás de eso que se ve. (Centro Borges, Viamonte y San Martín, hasta el 27 de julio.)

 

Inauguran de la semana

Eduardo Médici, “Los paraísos perdidos”, hoy, en Diana Lowenstein, Avenida Alvear 1595.
Marta Ares, María de la Paz Lencina y Nox Group, videoinstalaciones, hoy, en Duplus, Bustamante 750, 1 piso, depto. 2.
Duilio Pierri, pinturas, hoy, en Feldman, Suárez y Asociados, Esmeralda 1274.
Adriana Bustos, “”Ruta Nº 9”, fotos, hoy, en Gara, Honduras 4952.
Carolina Esparza, pinturas, hoy, en Milion, Paraná 1048.
Pablo Bolaños, pinturas para armar, hoy en ProArte, Mario Bravo 960.
Homenaje a Urruchúa, por 50 alumnos de la Asociación Estímulo de Bellas Artes, hoy, en Córdoba 701.
Germán Fasola, arte y música, hoy, en el Centro Cultural Borges, Viamonte y San Martín.
Sally Dietrich, pinturas y César Lorenzano, fotos, mañana, en Sara García Uriburu, Uruguay 1223.
Alfredo Portillos, “De la muerte a la vida”, retrospectiva 1945-2000, mañana, en la Fundación Andreani, Suipachaa 272.
José Luis Inzizar, “Zapatos”, dibujos y objetos, en un espacio que inaugura el jueves 14: Elsi del Río, en Arévalo 1748.
Sara Brodsky, pinturas, el viernes 15, en Hebraica, Sarmiento al 2300.
María Laura San Martín, “De los deportes y las barcas”, pinturas, el sábado 15 en el Museo Sívori, Av. Infanta Isabel 555 (Frente al Rosedal).
“Abrazo al Botánico”, en el Marco del “Festival de la Luz”, XI edición del importante festival fotográfico internacional. El gobierno de la Ciudad y los fotógrafos Elda Harrington y Alejandro Montes de Oca, convocan al público en general para que lleve sus propias fotos con el fin de presentar una exposición en todo el perímetro del Jardín Botánico; el domingo 16 (en caso de lluvia se pasa al 23), desde las 10 de la mañana.

 

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