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Graciela presentó un plan social y De la Rúa repartió el pan

En la presentación de planes sociales en la Rosada, el Presidente repartió un pan horneado por chicos de Felices los Niños.

El presidente De la Rúa reparte pan en el Salón Blanco. 
Lo había hecho bendecir por un sacerdote ortodoxo.


Por Eduardo Tagliaferro 

t.gif (862 bytes) Preguntó �¿habemus pan?�. Luego levantó la bandeja con los panes, horneados por los chicos de la Fundación Felices los Niños, y le alcanzó un trozo al sacerdote ortodoxo Kirilos Doumat quien, antes de tomarlo, lo bendijo. Luego le ofreció una ración a cada uno de los ministros y asistentes al acto en el que se presentó el Plan Unidos y el Programa Nacional de Prevención contra la Mortalidad Materno Infantil. Más que nuevos anuncios de asistencia social, el presidente Fernando de la Rúa parecía estar al frente de una misa laica. Misa en la que el ministro de Salud, Héctor Lombardo, presentó un plan consensuado con las veinticuatro provincias, y la ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide, hizo lo propio con un programa al que caracterizó como �de alto contenido federal�.
�Dijimos que íbamos a reformular los planes sociales y la presentación de estos programas es una muestra de ello�, dijo De la Rúa. �En la asistencia social es necesario trabajar juntos y concurrir en ayuda de las provincias necesitadas. La solidaridad es amor y no hay democracia sin amor y solidaridad�, afirmó el Presidente.
El Programa Unidos integra el Sistema Alimentario Federal y tiene entre sus objetivos atender la situación de cerca de 744 mil familias. Los destinatarios serán los hogares con menos recursos que tengan jefe o jefa de familia con primaria incompleta o familia numerosa o hijos menores de seis años y ayuda a mayores de 60 años. 
�Unidos� es la fusión de tres planes preexistentes: Asoma, Prani y Prohuerta, que se estaban implementando con partidas presupuestarias ya asignadas al Ministerio de Desarrollo Social.
�La situación de la pobreza lastima y no alcanza con políticas de reparación. Queremos construir un programa (de gobierno) que apunte a que todos tengan un empleo digno y bien remunerado�, dijo Fernández Meijide, desde el atril del Salón Blanco donde se presentó el plan. Y añadió �el registro público de beneficiarios apunta a darle transparencia al sistema de Seguridad Social y a desterrar el clientelismo político�. 
El Presidente y los ministros se encargaron de resaltar que tanto el plan destinado a combatir la mortalidad materno-infantil como el plan Unidos se implementarán en todo el país gracias a los convenios que el gobierno nacional fue suscribiendo con todas las administraciones provinciales. Para el Gobierno, el hecho merecía ser destacado, ya que la mayoría de las provincias son gobernadas por justicialistas.
La presentación de los dos planes asistenciales se realizó frente a un auditorio desbordante e integrado por funcionarios de los ministerios de Desarrollo Social, Salud y Educación, la diputada nacional Cristina Guevara, presidenta de la Comisión de Salud en la Cámara baja, la diputada provincial María del Carmen Banzas, el senador justicialista Omar Vaquir, el ex senador radical Conrado Storani, el sacerdote Julio Grassi, de la fundación Felices los Niños, representantes de cultos extranjeros, entre ellos el obispo ortodoxo de Antioquía, Kirilos Doumat, y el gran rabino en la Argentina, Slomo Benhamu.
�Nunca más en la Argentina debe morir gente por causas previsibles, en dos años se espera reducir al 12 por mil la mortalidad en el país�, dijo Lombardo, al presentar el plan contra la mortalidad materno-infantil. �Mortalidad que en la actualidad alcanza el 19,1 por cada mil niños nacidos vivos�, destacó el ministro.
Además de los objetivos asistenciales, la presentación de programas de ayuda social busca atenuar el impacto que tendrá la difusión de los próximos índices de desocupación de agosto y lograr un nivel de acuerdos con la oposición peronista.

 


 

CASARETTO ALMORZO CON EL PRESIDENTE Y GRACIELA
La pobreza, �cuestión de Estado�

Por Washington Uranga

Jorge Casaretto, obispo de San Isidro y presidente de Cáritas, le solicitó al presidente Fernando de la Rúa y a su ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide, que la lucha contra la pobreza sea tomada como �una cuestión de Estado� en la que se involucren todos los partidos y todos los sectores de la sociedad por encima de cualquier diferencia circunstancial. Este fue el principal mensaje que el obispo le dio a De la Rúa en ocasión de la visita que éste le hizo ayer en su propia casa. El Presidente le quitó trascendencia al encuentro diciendo que visitó a Casaretto �porque es el obispo de mi diócesis, donde está la residencia de Olivos�, afirmación que fue ratificada por el obispo al señalar que Fernando de la Rúa �vino como un feligrés más�.
El Presidente y la ministra almorzaron con el obispo en la sede del obispado de San Isidro y del encuentro participaron también la esposa del mandatario, Inés Pertiné, el director ejecutivo de Cáritas nacional, Eduardo Serantes, y varios sacerdotes entre quienes se contaba el párroco de la villa La Cava, padre Aníbal Filippini. �Coincidimos con monseñor Casaretto en lo difícil del momento de la pobreza, un tema que yo planteaba desde antes de asumir el Gobierno y por el que venimos trabajando�, dijo de la Rúa en Casa de Gobierno, tras regresar del encuentro con el titular de Cáritas.
Se sabe también que durante la reunión se le solicitó a Casaretto la participación de Cáritas en la implementación de los planes sociales del Gobierno, ante lo cual el obispo ratificó la disposición de la Iglesia a colaborar y, manteniendo su autonomía, a contribuir con una mirada crítica respecto de la aplicación de las ayudas. El obispo y sus visitantes coincidieron en la necesidad de profundizar en el diagnóstico de la situación de la pobreza para aplicar de la manera más pertinente los recursos que se tienen. �Por su función en Cáritas y su misión pastoral, el obispo Casaretto tiene un claro sentido social. Le expliqué que la vocación del Gobierno es atender las emergencias inmediatas y generar acciones para el crecimiento de la economía para que se cree trabajo para todos�, dijo Fernando de la Rúa.
Pero el extenso diálogo no se limitó a las cuestiones sociales. De la Rúa también preguntó sobre la situación de la Iglesia Católica en Argentina y sobre los puntos de vista predominantes en el Episcopado sobre distintas cuestiones internas de la institución eclesiástica. Como buen feligrés católico el Presidente quiso saber también si actualmente existe entre los obispos unidad de criterios y de acción, frente a lo cual recibió una respuesta afirmativamente categórica de su anfitrión.

 

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