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LA CUMBRE ISRAELO-PALESTINA SE INICIO CON PRONOSTICO RESERVADO
Ultima oportunidad para la pax clintoniana

El presidente Bill Clinton recibió ayer al premier Ehud Barak y al presidente Yasser Arafat en su intento final por lograr un acuerdo de paz israelo-palestino. Pero hay poco tiempo para lograrlo, y el clima es de pesimismo.

Margen: Un funcionario israelí dijo que el intento de derrocar a Barak en la víspera de su partida demostraba su escaso margen de maniobra.

Barak, Clinton y Arafat en el primer día de la nueva ronda de negociaciones.
Para las partes, ceder demasiado puede ser más explosivo en su frente interno que volver sin un acuerdo.


The Guardian de Gran Bretaña
Por Julián Borger
Desde Camp David

t.gif (862 bytes) Rodeado de malos augurios, el conflicto de 52 años entre israelíes y palestinos se aproximaba ayer a su momento decisivo luego de que el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, diera comienzo a las negociaciones entre el premier Ehud Barak y Yasser Arafat en Camp David. Bajas y oscuras nubes cubrían el refugio presidencial donde 22 años atrás había comenzado el proceso de paz de Medio Oriente. Después de incontables cumbres y conferencias, los temas más fundamentales y viscerales siguen sin resolverse: el destino de 3 millones de refugiados palestinos, el tamaño del Estado palestino y, el más difícil de todos, la soberanía sobre Jerusalén.
Había pocas razones evidentes ayer para creer que las negociaciones se podrían cerrar la semana entrante, cuando el presidente Clinton volará a una cumbre económica en Japón. Exceptuando la clara posibilidad de que el fracaso significaría un resurgimiento de la violencia en Cisjordania y Gaza. Barak llegó con un atraso de 12 horas, habiendo superado a duras penas un voto de censura en su Knesset (Parlamento). Un Arafat suspicaz llegó tras considerables presiones desde el Departamento de Estado norteamericano. Antes de partir de la Casa Blanca hacia Camp David, el presidente Clinton describió la cumbre como un momento decisivo, y dijo que el �peso de la historia� pesaba fuertemente sobre los hombros de ambos líderes. �Tenemos la oportunidad de llevar al conflicto entre Israel y Palestina a un justo y duradero fin. Esa es la clave para una paz duradera en todo Medio Oriente. Por supuesto, no hay garantías de éxito, pero no intentarlo es garantizar el fracaso�, concluyó el presidente. 
El ceremonial comenzó con un �desacuerdo amistoso� entre Arafat y Barak sobre quién entrararía primero a la residencia donde se llevarían a cabo las negociaciones. Ambos líderes quisieron que el otro pasara primero. Clinton sugirió salomónicamente que entraran juntos. Finalmente Barak cortó por lo sano, puso su brazo sobre los hombros de Arafat y lo condujo dentro de la residencia.
Las conversaciones comenzaron con reuniones por separado de Clinton con Barak y con Arafat, seguidas por sesiones plenarias, en las que ambas partes desplegaron fuertes equipos de 12 negociadores. Las conversaciones de esta semana cubrirán la cuestión del derecho de retorno para la diáspora palestina, obligada a huir de sus hogares tras sucesivas derrotas militares en 1948 y 1967. Los funcionarios de ambos lados dicen que el resultado más probable será el regreso simbólico de algunos refugiados a sus hogares de la preguerra, pero que la gran mayoría será compensada financieramente por un fondo internacional. El segundo tema importante será el tamaño de un Estado palestino y cuánto será el territorio de la ocupada Cisjordania que Israel anexará para los colonos. Todo esto, dicen los diplomáticos, no es más que una cuestión de porcentajes y millas cuadradas, en la cual es bastante posible llegar a un arreglo. El tema más difícil será Jerusalén, que ambos lados consideran como el núcleo espiritual de su identidad. Ayer no había compromiso a la vista entre la exigencia palestina de poseer su parte de la ciudad y sus lugares sagrados, y la insistencia israelí de que Jerusalén siga siendo la capital �eterna e indivisa� del Estado judío. 
El desarrollo de la cumbre estará marcado por el más absoluto silencio ante los medios. Antes de asumir su voto de silencio, Clinton se permitió algunas declaraciones a los corresponsales en la cumbre. Afirmó que �el camino hacia adelante sólo lleva hacia adelante�, pero después complicó su metáfora al afirmar que el camino de la paz �va en dos direcciones�. Al fin de cuentas, resumió, ambas partes enfrentan �temas profundos ydesgarradores� pero �no puede haber éxito sin un verdadero compromiso�. El presidente notó entonces que había un acuerdo para no hablar con los medios y aseguró que �respetaré esto y no les contestaré�. 
Tanto Barak como Arafat asistieron a la cumbre con una situación muy inestable en su retaguardia. En Jerusalén, 15.000 religiosos realizaron una multitudinaria manifestación ante el Muro de los Lamentos contra la cumbre en Camp David. Un funcionario israelí que acompañaba la delegación dijo que el intento de derrocar a Barak en la víspera de su partida demostraba su escaso espacio de maniobra, especialmente con respecto a Jerusalén. Los palestinos también saben que las concesiones excesivas llevan un precio alto. �El ánimo de los palestinos es más volátil aún que el de los israelíes�, dijo un funcionario. �Si regresamos con los acuerdos equivocados la explosión será peor que si regresamos sin ningún acuerdo.� 

Traducción: Celita Doyhambéhère


Claves

Ayer comenzó una cumbre de paz entre israelíes y palestinos en Camp David. Todos los participantes están de una manera u otra bajo sentencia suspendida. Esta cumbre podría ser la última oportunidad para la paz. 

Pero los asuntos que se tratarán siguen siendo muy delicados, y el tiempo no es infinito: Clinton deberá partir en una semana a otra cumbre internacional.

 

 

LAS CLAVES DE LA CUMBRE DE CAMP DAVID ENTRE ISRAELIES Y PALESTINOS
El Medio Oriente en cinco entregas

Por Suzanne Goldenberg
Desde Jerusalén

El choque de voluntades que comenzó ayer entre Yasser Arafat y Ehud Barak se jugará en terreno que ya ha sido exhaustivamente recorrido. Antes de partir para la cumbre, ambos líderes delinearon sus posiciones con inusual claridad. A primera vista, éstas parecen imposiblemente distanciadas luego de siete años de entrecortadas negociaciones. 

El punto de partida: Arafat busca un compromiso de que Israel reconocerá al Estado palestino que planea proclamar el 13 de setiembre o más tarde, en este año. La fecha del 13 marca los siete años desde que el presidente norteamericano Bill Clinton guió su brazo hacia el histórico apretón de manos con el (después asesinado) premier israelí Yitzhak Rabin frente a la Casa Blanca. Si Arafat proclama unilateralmente su Estado Nacional Palestino, Israel asegura que anexará grandes porciones de su territorio. Hasta ahora, la Autoridad Palestina de Arafat tiene soberanía total por sobre el 40 por ciento de Cisjordania. Pero mientras que Israel controle las principales carreteras, su tierra seguirá siendo un archipiélago. El temor es que el nuevo Estado palestino nacerá bañado en sangre si las negociaciones fallan y Arafat se juega a una proclama unilateral. Funcionarios de las fuerzas de seguridad israelíes han advertido que existen enormes depósitos de armas en áreas palestinas. 
La visión que Barak tiene de la paz prevé la completa separación entre árabes y judíos, con ambos pueblos confinados a sus respectivos enclaves. A esto denomina �seguridad�. Militantes pacifistas israelíes lo llaman �apartheid�. 
Ambas partes también esperan beneficios desde terceros luego de un acuerdo de paz. Para Barak, eso se traduce en más envíos de armas y un radar antimisiles desde Estados Unidos, mientras que el principal asesor económico de Arafat habló la semana pasada de un paquete de 40.000 millones de dólares, la mayor parte para la compensación de refugiados. 

Territorio: Abandonado por sus compañeros de coalición, quienes lo acusan de realizar peligrosas concesiones de territorio, Barak ha jurado que no habrá un regreso a las fronteras de antes de la Guerra de los Seis Días de 1967, cuando el Estado hebreo ocupó Jerusalén Este y Cisjordania. Arafat insiste que Israel debe devolver todas las tierras ocupadas desde la guerra de 1967. Incluso esto es una concesión considerable de su parte: Gaza y Cisjordania representan sólo el 22 por ciento del viejo mandato de Palestina; él abandonó su reivindicación del total de Israel al comenzar el proceso de paz. 
Posibles soluciones: A pesar de la retórica de ambas partes se han registrado importantes progresos durante negociaciones realizadas en Suecia a comienzos de este año. Las esperanzas se cifran en la cesión de territorios dentro de la misma Israel, que recibiría a cambio el control de algunos asentamientos de colonos situados dentro del futuro Estado palestino. Israel parece dispuesta a ceder hasta el 92 por ciento de Cisjordania.

Asentamientos: Las negociaciones sobre el territorio están ineludiblemente ligadas al futuro de unos 145 asentamientos judíos en Cisjordania y Gaza. Desde 1967, aproximadamente 250.000 colonos se han mudado a esas dos áreas. Barak ha prometido proteger a la mayoría de los colonos... pero no a todos. Hasta 40.000 de ellos podrían tener que mudarse a Israel o vivir bajo un gobierno palestino. Los asentamientos más pequeños serían eliminados, especialmente en el valle del Jordán. Pero los bloques más grandes sobrevivirían.

Seguridad: Las exigencias de Israel en pos de su seguridad parecen salidas de la ciencia-ficción. Barak espera poder cercar al Estado palestino. Inclusodesde abajo: ya hay excavadoras trabajando por debajo del Monte de los Olivos para que los colonos judíos puedan ir desde el Maale Adumim hasta la Universidad Hebrea en el Monte Scopus. Se proyecta además construir una carretera elevada para conectar Cisjordania y Gaza. Arafat espera obtener un Estado palestino con fronteras reales y excluyentes. Quiere que las tropas israelíes abandonen el aeropuerto de Gaza. 
Posibles soluciones: A pesar de sus declaraciones públicas, Israel está dispuesta a eliminar gradualmente su presencia en el valle del Jordán, quizá después de arrendarles el territorio a los palestinos. El gobierno israelí también acepta la evacuación de los asentamientos en el valle del Jordán. 

Jerusalén: Este tema es tan delicado que Barak y Arafat podrían decidir dejarlo de lado por el momento. El líder israelí se rehúsa a contemplar su división. Los palestinos tienen una cabeza de puente en Abu Dis, una aldea parcialmente dentro de los límites de la ciudad donde se está construyendo un Parlamento palestino. 
Posibles soluciones: Fuentes oficiales sugieren que Barak estaría dispuesto a abandonar dos barriadas palestinas (Shuafat y Beit Hanina) en el norte de la ciudad.

Refugiados: La suerte de los alrededor de 3.6 millones de refugiados palestinos, desplazados cuando Israel fue creado en 1948, es desgarradora. Israel se rehúsa de plano a reconocer el derecho de los refugiados a regresar (derecho respaldado por resoluciones de la ONU) o a aceptar responsabilidad moral o legal por su sufrimiento. Los palestinos dicen que Israel debe asumir responsabilidad por las expulsiones y permitir que los refugiados regresen a sus antiguos hogares. 
Posibles soluciones: Japón, Europa y Estados Unidos podrían contribuir a un fondo para asistir a que la Autoridad Palestina se haga cargo de unos 500.000 refugiados a lo largo de las próximas dos décadas, o para compensar a aquellos que elijan no regresar.

 

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