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LA SUBA DE LA DESOCUPACION SE EXPLICA POR DESPIDOS
El desaliento copó la calle

En Economía admiten que la desocupación se ubicaría entre 15,4 y 15,7 por ciento. Menos gente pide empleo por falta de oportunidades.

La larga cola de desocupados supera los 2 millones de personas.
En Economía dicen que los que ya no buscan empleo no lo necesitan.


t.gif (862 bytes) Según admiten, resignados ya a tener que anunciar una tasa de desocupación que rondará entre el 15,4 y el 15,7 por ciento, en el Ministerio de Economía ahora miran con preocupación otra estadística que revela la dramática situación del mercado laboral. En mayo pasado, la cantidad de gente que buscó activamente empleo habría caído, desalentada por las escasas oportunidades laborales después de dos años de recesión. El dato es clave por varios motivos. Primero, la llamada �tasa de actividad� suele aumentar en la encuesta de mayo, cuando por estar empezando el año laboral todavía hay esperanzas de encontrar algún puesto. Segundo, de haberse mantenido, al menos, la cantidad de gente que busca trabajo, entonces la desocupación hubiera superado el 16 por ciento. Tercero, revela que todo el aumento de la desocupación se explica por la destrucción de puestos de trabajo. 
En Economía trataban ayer de encontrarle una interpretación no tan pesimista al asunto. Así, aunque parezca mentira, una de las hipótesis que barajaban era que menos personas salen del hogar a la caza de un conchabo porque, al haber mejorado en los últimos meses su situación económica, ya no lo necesitan. 
Los agentes del Indec preguntan a quien se encuentra sin trabajo, en la tradicional encuesta permanente de hogares (EPH), si en la última semana buscó activamente empleo. Si la respuesta es afirmativa, entonces el encuestado pasa a integrar la categoría de desocupado. Si responde negativamente, entonces no es considerado en la estadística oficial un desocupado sino un �inactivo�, es decir, que no pertenece a la población económicamente activa (integrada tanto por ocupados como por desempleados). Por eso es tan importante saber la proporción de individuos que declara estar buscando empleo, al determinar la tasa de desocupación. Esta puede crecer o bien porque hay más gente buscado empleo y no lo encuentra; o directamente, como habría sido el caso de mayo último, porque si bien hay gente que dejó de buscar, hubo destrucción de puestos de trabajo: es decir, que nuevos desocupados fueron �literalmente� despedidos de fuentes de trabajo que se cerraron. 
En la última década, la llamada �tasa de actividad� tendió a subir, fundamentalmente, por el ingreso al mercado laboral de la mujer, cuya participación hasta ese momento había sido muy baja a los estándares internacionales. También se sumó a este fenómeno, la búsqueda de empleo, cada vez en mayor proporción, de los jóvenes de la familia. Más allá del cambio en los patrones culturales, en ambos casos la salida al mercado laboral de estos grupos se debió a la necesidad de complementar la pobre remuneración de los jefes de hogar, insuficiente para asegurar la subsistencia familiar.
Las encuestas del Indec se revelan desde principios de los �70 dos veces al año: en mayo y en octubre. En los últimos dos años también realizó una medición en agosto, que está en duda si se repetirá este año. En promedio, la tasa de actividad siempre fue en mayo superior a octubre. Y la explicación, de sentido común, indicaba que a comienzos de año había más gente esperanzada en encontrar trabajo que en octubre, cuando ya el desaliento, que provocaba la falta de oportunidades a lo largo del año laboral, llevaba a muchos a abandonar la búsqueda. 
Con el 75 por ciento de la muestra del Indec procesada, en Economía admitieron ayer que la desocupación se ubicaría entre el 15,4 y el 15,7 por ciento. También que habría caído la tasa de actividad. La conclusión inmediata, entonces, es que hubo una fuerte destrucción de puestos de trabajo que �según las fuentes oficiales� habría estado concentrada en el golpeado sector de la construcción. Más aún, las especulaciones de los técnicos indicaba que entre 0,8 y 1 punto de caída del empleo �unos 110 puestos de trabajo� se explicaría por el derrumbe de la construcción. En cuanto a las interpretaciones de por qué se habría retirado en mayo gente del mercado laboral, cuando habitualmente ocurre lo contrario, se barajaron las tesis más insólitas. En Economía apuntaron a una supuesta ola de optimismo en las familias respecto de su situación futura, lo que habría llevado a algunos integrantes a retraerse en la comodidad del hogar. Los analistas rechazan esa explicación. Y dicen que la verdadera causa no sería otra que el �efecto desaliento�.

 

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