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Matar policias en Madrid, la nueva consigna de ETA

ETA hizo estallar ayer un coche bomba en una calle céntrica de Madrid. No hubo más que diez heridos, dado que ocurrió a la madrugada. Se cree que ETA buscaba matar policías.

La calle Carmen luego de que estallara el coche-bomba.
Ayer se recogieron más de 50 toneladas de escombros.
 


t.gif (862 bytes) ETA parece estar cambiando sus tácticas, aunque eso no fuera del todo aparente ayer, luego de que la organización terrorista vasca hiciera estallar un coche-bomba en Madrid. La modalidad pareció una muestra de fuerza, de su capacidad para hacer estallar 20 kilos de explosivos en el centro de la capital española. El mismo tipo de �acción armada� como las 15 que realizaron en los últimos diez años en esa ciudad, que produjeron un total de 25 muertos y 132 heridos. Ayer, sin embargo, la cifra fue relativamente modesta: 10 heridos. La explosión ciertamente hubiera producido una cifra mucho mayor si hubiera ocurrido a alguna hora concurrida, pero la bomba estalló a la madrugada. Tal es la clave para entender lo que podría ser una nueva estrategia de ETA. Después de intentar intimidar a los medios, ahora parecen estar atacando a las fuerzas de seguridad españolas. Esa era, al menos, la conclusión ayer de las mismas autoridades en Madrid. 
�El objetivo primordial era matar policías.� El director general de la Policía, Juan Cotino, no tuvo dudas. Su tesis era la única forma de explicar la curiosa modalidad del atentado. A las 6.11, �se realizaron tres llamadas desde el mismo teléfono, una a la delegación del Gobierno de Madrid, otra a la policía y la tercera a los bomberos�. Todas tenían un mismo mensaje: había un Renault 21 cargado con explosivos en la Calle del Carmen, que atraviesa la plaza Callao. Estallaría en 20 minutos. Quienes llamaron identificaron a ETA como el autor del atentado. Su información era correcta en todo salvo en un importante detalle: el detonador estaba programado para las 6.31, diez minutos antes de lo que se había dicho a la policía. Al buscar que la mayor cantidad posible de policías se acercara al automóvil antes de que estallara, ETA podría haber buscado producir el máximo número de policías muertos. 
Estuvieron cerca de lograrlo. De los 10 heridos ayer por la explosión, cuatro eran agentes de policía. Ninguno de ellos está grave, sin embargo. La persona más herida fue un mendigo �curiosamente, un ciudadano israelí-, quien recibió �una fractura en la pelvis y diversas heridas de metralla�. Dentro de todo, estas cifras fueron ligeras si se considera que el poder de la explosión fue devastador. �Parecía como si se fuera a caer la Plaza del Callao�, relató un vecino de la zona. Un mozo que se dirigía a su puesto aseguró que �el estallido fue muy fuerte. Lo sentí casi en mi cara�. Inmediatamente después de la explosión, la policía acordonó el lugar y comenzó la búsqueda de bombas trampa. No había ninguna. Podía comenzarse a contabilizar los daños materiales. Eran enormes. La bomba había estallado entre dos grandes comercios, el shopping El Corte Inglés y la cadena francesa de libros y discos FNAC. Las fachadas de estos edificios fueron destruidas. �Todo el mundo empezó a correr. Pensé que iba a morir�, contó Josefa Simón, una empleada de limpieza que se encontraba dentro de la Galería Inglesa cuando se produjo el estallido. Ayer se recogían unas 50 toneladas de escombros, entre hierros, cristales y piedras. La televisión española aseguró que las cámaras de seguridad locales lograron filmar a los dos hombres que habrían colocado la bomba. Su accionar probaría, según el ministro del Interior Jaime Mayor Oreja, que ETA todavía dispone de una célula en Madrid. 
Euskal Herritarrok, el frente electoral de ETA, intentó distanciarse ayer del ataque en Madrid. El líder del organismo, Arnaldo Otegi, consideró pausadamente que �fue un acción armada más que se da en un contexto de ruptura del alto del fuego por parte de ETA; por tanto, no cabe sorprenderse de que la organización armada continúe con sus acciones tanto en el País Vasco como en el Estado español�. El ministro Mayor Oreja fue mucho más contundente y calificó el ataque como �una salvajada absoluta: con seguridad se trata de una operación donde ETA quiere volver a mostrar que está presente, volver a amenazar, volver a asustar a una sociedad�. La reacción más significativa vino del Partido Nacional Vasco (PNV), que gobierna el País Vasco y el año pasado estaba en una alianzapolítica con ETA. �Es absolutamente injustificable e incomprensible�, dijo Josu Jon Imaz, portavoz de la presidencia autónoma vasca.
El atentado de ayer fue el primer acto de terrorismo a gran escala desde que ETA suspendió su tregua unilateral el 5 de diciembre. Los anteriores habían sido advertencias (como la bomba de bajo poder frente al diario El Correo de Vitoria) o asesinatos individuales (como el del periodista José Luis López de la Calle). Ayer había sido el aniversario del asesinato en 1997 de un concejal del PP. Pero el paralelo geográfico pareció ser más certero: en 1995, en el mismo lugar, un coche-bomba había matado a un policía municipal. El objetivo, como entonces, parece ser el mismo. 


Claves

Ayer ETA hizo estallar un coche-bomba cargado con 20 kilos de explosivos en el centro de la capital española de Madrid. 
Fue el primer atentado a gran escala cometido por la organización desde que suspendió su tregua unilateral en diciembre. 
Pero el ataque no causó más que 10 heridos, dado que la bomba estalló al amanecer, pero los daños materiales fueron enormes. De haber ocurrido más tarde, las víctimas fatales habrían sido numerosas.
Por la modalidad del atentado, las autoridades españolas creen que ETA buscó matar la mayor cantidad de policías posible.

 

 

MUERTES POR VIOLENCIA PROTESTANTE EN EL ULSTER
La noche de las hogueras naranja

Entre las cenizas aún calientes de la tradicional �Noche de las Hogueras� protestantes, la policía de Irlanda del Norte buscaba ayer pruebas incriminatorias sobre una decena de graves incidentes, incluidos dos asesinatos y un intento de asesinato. Todas las víctimas son miembros de la comunidad protestante que ayer puso fin a su semana de festejos patrióticos con multitudinarios desfiles orangistas en 18 localidades de la provincia. 
La tensión de los últimos días desembocó, en la noche del martes al miércoles, en violencia indiscriminada y desorden callejero. Al ponerse el sol, los protestantes norirlandeses prendieron gigantescas hogueras festivas en pueblos y ciudades pero, al calor de las llamas y a medida que se consumían litros de cerveza, comenzaron a caer las víctimas. Víctimas y victimarios proceden, al parecer, de la misma comunidad protestante que el miércoles conmemoró por todo el territorio norirlandés la victoria, cuatro siglos atrás, de Guillermo de Orange sobre las tropas católicas del rey Jacobo I. La policía investiga una decena de incidentes graves. Entre ellos, el asesinato por disparo en la nuca de un joven de 22 años, asociado con los paramilitares lealistas. Antes de morir, cerca de la hoguera de Larne, enclave costero al norte de Belfast, la víctima fue apaleada por una docena de personas. A pocos kilómetros murió Robert McMullan, de 33 años, por repetidos navajazos.

 

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