The Guardian de Gran Bretaña
Por Andrew Osborne y Kate Connolly
Desde Bruselas y Viena
Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea, dio ayer su más clara señal hasta la fecha de que considera que las sanciones impuestas a Austria por permitir que el partido de ultraderecha de Joerg Haider se uniera a su gobierno de coalición, fueron un error de criterio y deberían levantarse rápidamente. Los comentarios de Prodi, que probablemente incomoden a los duros patrocinantes de las sanciones, como Francia y Bélgica, llegaron después que el canciller conservador austríaco, Wolfgang Schuessel, se comprometiera firmemente a que su país no se vengará saboteando las actividades de la Unión Europea.
Fue un buen día para Schuessel, que estaba en su primera visita a la sede de la Comisión en Bruselas desde que en febrero comenzó la disputa. Ayer, la Corte Europea de Derechos Humanos nombró a un panel de tres sabios para que decidan si las sanciones deben anularse o deben permanecer. Los llamados �sabios� producirán ahora un informe considerado una estrategia para salvar la cara, dándole a los 14 miembros de la Unión Europea un pretexto para declarar que las medidas ya no son necesarias. Algunos países de la Unión Europea, incluyendo a Italia, Irlanda, Finlandia y Grecia, dejaron en claro detrás de la escena que querían que se levantaran las sanciones. El panel, nombrado por la corte de Strasburgo, y formado por el ex presidente finlandés, Martti Ahtisaari, el ex ministro de Relaciones Exteriores español, Marcelino Oreja y el abogado alemán Jochen Frowein, comenzará ahora a investigar la forma en que Austria trata a las minorías étnicas, a los inmigrantes y los refugiados. Los diplomáticos dijeron ayer que la mayoría de los gobiernos de la Unión Europea creen que es sólo cuestión de tiempo para que se levanten las sanciones. En su arranque más franco hasta la fecha, Prodi, a quien no se lo consultó por las sanciones, dejó en claro dónde estaba parado.
�No creo en general, que las sanciones en estos casos den mejores resultados que los que se logran en un diálogo profundo y serio,� dijo, añadiendo que quería que los sabios terminaran su informe �tan pronto como fuera posible�. En una señal más de que está interesado en que se anulen las medidas, le pidió al panel que trabajase durante el verano y al gobierno austríaco que renuncie a sus vacaciones si esto apura el proceso. Ayer, Schuessel tuvo cuidado en elegir un tono moderado y se esforzó por desestimar sugerencias de Joerg Haider, y de miembros de su propio gobierno de que Austria contraatacará a la Unión Europea bloqueando las reformas internas.
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