Por Roque Casciero
�Este es el mejor homenaje que hemos recibido, en especial porque viene de otros artistas�, dijo un emocionado Marcelo Moura, cuando finalizaba el primero de los shows de tributo a Virus que organiza el ciclo Molotov del Centro Cultural Ricardo Rojas. Con Marcelo en la voz, su hermano Julio en guitarra y el espíritu de Federico Moura sobrevolando el ambiente, una banda formada para la ocasión por músicos reconocidos entregó una buena versión de �Desesperado secuencia uno� y, ante el enfervorizado pedido de quienes colmaban la sala, debió repetir �Amor descartable�.
El ciclo Molotov, donde cada martes se presentan bandas que no han alcanzado al público masivo, lanzó hace dos meses una convocatoria a artistas que quisieran participar del tributo a la banda de los hermanos Moura. Fabián Jara, el coordinador, explica que �más que en el rock o en la música alternativa, Virus fue fundamental para la canción... Para la gloriosa canción pop de tres minutos�. Lo que Jara no esperaba era una respuesta como la que recibió: a sus manos llegaron más de ochenta covers, de bandas poco conocidas y de artistas como Charly García (un �Wadu Wadu� a la Say No More). El tema más elegido fue el himno �Imágenes paganas�. Finalmente, unas veinte versiones conformarán el CD tributo que publicará Discos del Rojas con el auspicio de dos marcas de indumentaria, lo que permitirá que el costo al público no supere los cinco pesos. El CD será publicado en agosto, mes en el que el Rojas albergará otros dos shows de tributo a Virus. El 1º será el turno de artistas electrónicos como Eloísa López, Pulso Fino y Ojos y Angeles. El 15 tocarán algunos de los que no pudieron participar del primer show: Francisco Bochatón, Trixy, Satélite, Highland Gauchos (con una muy buena versión de �Amor descartable�, con gaitas e instrumentos electrónicos) y Epidemia Melódica (banda formada por los Say No More Mariela Chintalo, Murray Dubarry y Mario Serra, ex Virus).
El martes, la sala del Rojas estaba completa. Junio Verde abrió la noche con dos relajadas y glamorosas versiones de �Soy moderno, no fumo� y �Amor descartable�. Le siguió Evidencia Jinnah, cuyas �Imágenes paganas� y �Pronta entrega� aparecieron desprolijas, como si la banda apenas las hubiera ensayado. Refinado Tom subió la puntería con �El probador� y �Sin disfraz�; Loch Ness les dio aires de brit pop a �Tomo lo que encuentro� y �Dame una señal�, y Cleopatra Paradise falló en su intento de trasladar �Destino circular� y �Agujero interior� a un contexto a la Marylin Manson. Por momentos se hacía demasiado el tiempo que cada banda tardaba en armar su set, pero nadie protestaba demasiado. Es que, sin llegar al acartonamiento, predominaba el espíritu de homenaje sentido.
El final fue para Pirus, un quinteto formado especialmente por el cantante Sergio Pángaro (Baccarat), el guitarrista Pablo Heredia (Venus), la bajista y cantante Pat Coria (ex Man Ray), el baterista Martín Millán (Arbol) y el tecladista Patricio Fontana (ex Virus). Con profesionalismo y buen gusto, hicieron �Amor descartable�, �Pronta entrega� (impecable) y la inolvidable �Qué hago en Manila�. Cuando subieron los Moura, recibieron una ovación. El tributo, que podría haberse parecido a un vacuo ejercicio de nostalgia, funcionó como recordatorio de todo lo bueno que era Virus. Y si alguien se pregunta acerca del porqué de la vigencia de su música (a más de doce años de la muerte de Federico), sólo hay que escuchar discos hoy míticos como Recrudece, Superficies de placer o Locura para encontrar la respuesta.
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