Por F.C.
La sintonía pública del ex presidente Raúl Alfonsín con la marcha del gobierno de Fernando de la Rúa comenzó a desafinar. Luego de muchos gestos de apoyo �el último la semana pasada cuando fue a la Rosada en el marco del diálogo político�, Alfonsín, presidente de la UCR, decidió calificar al Gobierno con �7 puntos� y considerar su andar como �un poco lento�. Ni al Gobierno en general ni a De la Rúa en particular estas declaraciones les cayeron en gracia. �El está dentro del Gobierno, así que es una manera de autocalificarse�, respondió De la Rúa sobre los 7 puntos, que si bien en términos universitarios es bueno, al Presidente le sonó a poco. �Yo sé que lo hace con toda generosidad, de ponerme una nota más alta que la que él tenía�, agregó, con un dejo irónico.
Un rato antes de que De la Rúa le contestara, Alfonsín había vuelto a las andadas. En el programa �Desayuno�, que emite Canal 7, Alfonsín no descartó que en las elecciones legislativas del año que viene a De la Rúa le pase lo que a él en las del �87, cuando perdió con el peronismo y se aceleró la descomposición de su gestión. �En muy poco tiempo el Gobierno llega a la mitad del período, así que bien podría ser, si las cosas anduviesen mal, que el 2001 sea como el �87 mío, donde perdimos y eso me ocasionó, en cierta forma, quedar pedaleando en el aire�, sostuvo el ex presidente.
En el Gobierno saben de las objeciones de Alfonsín �porque las viene planteando en privado� a algunos aspectos de la gestión como, por ejemplo, la morosidad en que la ayuda social llegue a los sectores más postergados. �Hay que resolver los problemas de urgencia, que no pueden esperar, para luego hacer hincapié en lo social�, remarcó ayer el ex presidente. Cerca de Alfonsín consideraban sus expresiones dentro de los márgenes que podía esperarse de él. �Es bastante 7 puntos�, respondían sin ironía. �Alfonsín está apoyando al Gobierno más de lo que todos esperaban, pero ese apoyo también tiene un precio�, consideraban.
Ya a esta altura, el ex presidente no niega sus intenciones de postularse como candidato a senador en el 2001, un objetivo para el que considera necesario encontrar un discurso que lo diferencie del Gobierno. �Si el partido y la Alianza insisten en que sea no le puedo decir que no�, respondió ayer Alfonsín cuando lo consultaron sobre la posibilidad de lanzar su candidatura.
Las mismas críticas que hizo en público, Alfonsín las acentuó el miércoles a la noche, en una reunión que mantuvo con legisladores radicales bonaerenses. �Dijo que el Gobierno venía lento y demoraba demasiado en tomar decisiones�, explicó uno de los asistentes al encuentro. Eso sí, hizo la salvedad en salvar de las críticas al ministro de Economía, José Luis Machinea, a quien insiste en calificar como �progresista�. �Si se va él, vendrá algo mucho peor�, remarcó.
Es de esperar que el cruce de declaraciones entre De la Rúa y Alfonsín enfríe las relaciones entre ambos que, aunque nunca fueron amigos, tampoco tenían tropiezos. �Es una anécdota�, respondió el Presidente, incómodo, cuando lo consultaron por los dichos de Alfonsín. �El sabe que tengo un gran cariño por él, así que él sabe que es parte del Gobierno. Es una manera de autocalificarse también�, agregó. Luego siguió recorriendo la planta de la empresa Lockheed, en Córdoba, un poco más intranquilo.
DURO CRUCE ENTRE MENEM Y RUCKAUF
Esta vez fue la economía
Carlos Menem y Carlos Ruckauf llevaron su interna al terreno socioeconómico. Mientras el ex presidente insistió en su idea de �dolarizar� y consideró la posibilidad de que se produzca �ingobernabilidad a causa del malestar social�, el gobernador bonaerense le respondió que no se debe �llamar a los fantasmas del pasado�.
En un discurso realizado en el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas, Menem alertó sobre posibles �estallidos de violencia� e insistió en dolarizar la economía a fin de impulsar un �fuerte shock de confianza interna e internacional�.
En su política de acercamiento a Fernando de la Rúa, Ruckauf se diferenció de Menem proponiendo �trabajar para que haya gobernabilidad, más trabajo y reactivación económica�. Durante un acto en la sede porteña del Banco Provincia, el gobernador aseguró que �en lugar de que nos peleemos, los políticos tenemos que trabajar en una tregua por un año para acordar políticas de reactivación, de baja de la presión fiscal, de baja de tasas de interés, de persecución de grandes evasores y que se den soluciones al tema del trabajo�.
Ruckauf no quiso hablar del 2003. Pero de eso se encargará hoy un sector del justicialismo porteño encabezado por Fernando Maurette y Miguel Duche en un acto en el centro social y cultural �Raúl Scalabrini Ortiz� que dará apoyo al proyecto presidencial del gobernador.
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