Por Martín Granovsky
 �Estoy aquí para defender la soberanía argentina sobre las Malvinas�, decía el radiograma que el capitán del barco dirigió directamente al presidente Fernando de la Rúa. Además, según información británica, el buque pesquero �Ceres� se internó en la zona de conservación que el Reino Unido reivindica como propia. Y así se produjo el primer incidente diplomático entre la Argentina y Gran Bretaña desde que De la Rúa asumió la Presidencia.
Los funcionarios del Gobierno que relataron a Página/12 el mensaje del capitán también indicaron que éste es un ex combatiente de Malvinas, aunque no supieron precisar si revistó en la guerra de 1982 como soldado u oficial de Marina.
�¿Ustedes alentaron al capitán del barco? �preguntó este diario a un alto diplomático argentino.
�De ninguna manera. No solo no lo alentamos sino que no estamos de acuerdo en que trabaje dentro de una zona en la que nosotros mismos impusimos restricciones en 1990.
El funcionario aludía a un decreto que acompañó los primeros acuerdos con Gran Bretaña, y que limitaba la pesca libre cerca de las islas.
El 6 de julio, el �Ceres� y otro barco, el �Estreito de Rande�, de 70 metros de largo, anunciaron que se acercarían a las islas. La embajada británica emitió ayer un comunicado que reproduce a su vez otro de la Oficina de Pesca kelper. �Un vuelo en la mañana del miércoles 12 de julio avistó cuatro buques pesqueros argentinos operando a 15.5 millas náuticas dentro de la Zona Externa de Conservación de las Islas Falkland�, dijo.
Para los isleños, las causas de que los barcos hayan llegado a ese sitio obedecen a razones internas argentinas. �De acuerdo a informaciones aparecidas en la prensa argentina respecto de la existencia de buques argentinos que se dirigían hacia aguas de las Islas Falkland con intención de pescar como forma de protesta en contra de las restricciones a la actividad pesquera dentro de su propia zona económica, se han incrementado los vuelos de vigilancia en la lado oeste de las Zonas de Conservación tanto interna como externa de las Islas Falkland�, señaló el comunicado.
Naturalmente, todo el tiempo aviones ingleses vuelan sobre territorio que la Argentina reivindica como propio. Pero cada vez que un vuelo queda asentado en un documento la Cancillería queda obligada a responder. Y a protestar. Ayer por la tarde, el Ministerio de Relaciones Exteriores faxeó una nota de protesta al embajador británico William Marsden, que recibirá hoy la versión oficial del documento. Le achaca al Reino Unido �violación del espacio aéreo argentino�.
�Esa zona es nuestra y no podemos aceptar que quede legitimada como británica �fue la explicación que recibió este diario.
Según los isleños, el buque patrulla �Dorada� y un avión volvieron a realizar observaciones en la zona. �Los buques, cuyo número había ascendido a cinco, se encontraban pescando en su propia Zona Económica Exclusiva y fuera del límite de la Zona Externa de Conservación de las Islas Falkland.�
Funcionarios argentinos �varios de ellos diplomáticos� coincidieron en un punto con los kelpers. Para todos, el fondo del problema es la guerra pesquera argentina:
 El nuevo director de Pesca, Horacio Rieznik, opina que la flota pesquera está sobredimensionada para la cantidad de merluza que puede pescarse sin dejar desierto el mar.
La Dirección contrató a la cátedra de Derecho Administrativo de la Facultad de Derecho de la UBA para revisar 800 contratos de pesca.
Una reglamentación impide que los pesqueros hagan capturas al norte del paralelo 48. Las Malvinas están al sur de esa latitud.
Para los grandes pesqueros, bajar a pescar al sur del paralelo 48 es una obligación. Pero pescar cerca de las islas es, a la vez, una forma de desafiar las prohibiciones recordando, de paso, que si no se puede pescar más al norte tampoco debería haber restricciones al sur.
�Las autoridades nacionales llevarán a cabo las investigaciones que correspondan�, dice la última parte de un comunicado que emitió ayer la Cancillería como respuesta al texto británico.
�No es cuestión de que pesqueros que ejercen ilegalmente su actividad terminen amparados por nuestra protesta contra el sobrevuelo del espacio aéreo �tradujo anoche un diplomático argentino.
Página/12 pudo establecer que el Gobierno ya tiene claro que los barcos argentinos fueron a pescar, como se dice en la jerga, �al borde del alambrado�, y que cruzaron unos metros ese borde para llamar la atención.
�Tratan de ganarse a la opinión pública con la escarapela �fue la definición de un funcionario del Ejecutivo que pidió reserva de su nombre.
Antes de cruzar, los buques incluso avisaron sus coordenadas a la Prefectura, que les respondió como es de práctica: indicó que se acercaban a una zona reivindicada por el Reino Unido como propia y repitió la fórmula de que esa zona no es reconocida como ajena por la Argentina.
Las autoridades consultadas dijeron confiar en dos fuentes para determinar la ubicación exacta de los barcos. Una es la aportada por Prefectura, por comunicaciones y sobrevuelo. Otra es un sistema llamado Monpesat, que conecta señales emitidas desde el buque a un satélite, y de allí a la Dirección de Pesca. Hoy funcionan 100 de esos sistemas, y la apuesta oficial es que muy pronto lo hagan 380.
El canciller Adalberto Rodríguez Giavarini eligió estos días realizar algunos gestos, como negar la mano a los representantes de los isleños en las Naciones Unidas e ignorarlos como parte en el conflicto de soberanía.
�¿El comunicado británico es una respuesta a eso? �preguntó este diario al alto diplomático que ayer aceptó el diálogo.
�No lo veo así. Más bien me parece que los británicos se están atajando por si hay un aluvión de pesqueros argentinos.
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